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Nico Rosberg celebra la victoria del GP de Singapur.
Rosberg se pone en modo campeón
GP DE SINGAPUR

Rosberg se pone en modo campeón

El alemán retoma el liderato tras resistir la carga final de Ricciardo, con Hamilton, tercero y Alonso séptimo

DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO

Domingo, 18 de septiembre 2016, 00:16

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La historia se pone a favor de Nico Rosberg: todos los pilotos que han logrado ocho victorias o más en una misma temporada se han proclamado campeones. El hijo de Keké está más cerca que nunca de emular a su padre después de lograr la octava de 2016 en una memorable actuación en Singapur, en la que demostró sus mejores cualidades, tanto bajo presión como sin ella. Rosberg dio una lección de resistencia y templanza ante un Daniel Ricciardo que lo intentó hasta la mismísima línea de meta, en la que vio cómo se le escapaba la victoria por apenas cuatro décimas.

Mercedes sale muy reforzado de un fin de semana que han salvado con una nota muy alta. A la victoria de Rosberg se une un meritorio podio de Lewis Hamilton, que estuvo perfectamente cimentado desde el muro. En la recta final de la carrera, y después de haber visto cómo un excelso Kimi Räikkönen le levantaba la tercera posición de la carrera al vigente campeón, decidieron jugársela a lo que llamaron el plan B.

Dicho plan era intentar engañar a Ferrari, y coló perfectamente. La escuadra de Maranello se convirtió en un gigantesco siluro y se tragó el anzuelo. Hamilton entró en boxes para colocar neumáticos más competitivos, a ver si sonaba la flauta, y en Ferrari respondiendo haciendo lo mismo y perdiendo el tercer puesto por el camino. De una carrera en la que aspiraban, como mucho, a un podio la semana pasada, Mercedes sale con una victoria y un tercer puesto, superando por el camino problemas de frenos en las primeras vueltas. Y Ferrari con un cuarto puesto de Räikkönen, un quinto y espectacular remontada de Vettel (que le valió el premio de Piloto de la carrera) y la sensación de que se la han vuelto a colar.

En medio de los dos quedó un equipo, Red Bull, del que no se puede dudar nunca. Lo intentaron hasta los metros finales con Daniel Ricciardo, que se la jugó a una estrategia muy arriesgada para la recta final. En boxes trató de ganar lo que en pista parecía imposible: romper el escudo de Rosberg. Casi lo logra. A un ritmo de tres segundos por vuelta, a falta de poco más de 15 giros, puso en aprietos al nuevo líder del campeonato, que incluso tuvo que pedir a sus ingenieros que no le dijeran nada para no distrarle de su objetivo, que no era otro que la victoria.

Ricciardo entró con Rosberg en su punto de mira, y la sensación de que le faltó una vuelta al largo GP de Singapur. La otra cara de la moneda fue Max Verstappen, que falló en la salida y se despidió de sus opciones de podio antes de la primera curva. Para la historia de este Mundial queda la numantina (pero inútil) defensa del prácticamente despedido Daniil Kvyat, que aunque al final acabó cediendo ante quien le quitó el asiento en Red Bull, demostró que aún tiene carácter para echar de pista a quien haga falta. Cuando firme su más que probable finiquito, lo hará al menos con esta pequeña venganza en su memoria.

Alonso saca petróleo

Fernando Alonso cuajó una carrera muy regular. En la salida pasó del noveno al quinto puesto, que aguantó durante buena parte de la prueba, e incluso pudo pelear con el combativo Verstappen o con Kvyat. Al final finalizó en una séptima posición que le permite no sólo desempatar con Carlos Sainz, sino además acabar como el mejor del resto (o en inglés, the best of the rest, que tiene mejor sonoridad).

La mala salida de Verstappen provocó, sin querer, el primer y único coche de seguridad de la carrera, lo que generó una serie de acontecimientos que afectaron directamente a los intereses de Sainz. El holandés se quedó clavado en la parrilla por un problema en el embrague, lo que obligó a todos los que iban por su lado a apartarse de la trayectoria habitual o, directamente, a quedarse parados. Uno de los que fue por el medio, Nico Hülkenberg, se vio atrapado entre los Toro Rosso en su intento de llegar a la zona alta del pelotón, pero se tocó con el lateral del coche de Carlos Sainz y acabó entrompando. No llegó a dar ni 10 metros.

En ese incidente, Sainz vio cómo sus opciones de puntuar se iban por el desagüe. El golpe del Force India le rompió el lateral del Toro Rosso. Le sacaron la bandera negra con un punto naranja en el centro, que obliga a parar en boxes. Ese tiempo que perdió fue clave, aunque no fue su único problema. A mitad de carrera se quedó sin MGU-K, lo que a efectos prácticos supone una pérdida de potencia que le privó de pasar del 14º puesto final.

La próxima cita, Malasia, se antoja fundamental en la lucha por el título. El de Kuala Lumpur es un trazado en el que Hamilton sólo ha ganado una vez y Robserg ninguna, pero tampoco había ganado nunca en Singapur, hasta este fin de semana. Si vuelve a estar a esta altura en las próximas seis carreras, a Hamilton le va a costar mucho conseguir su ansiado cuarto título.

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