Uriarte busca el título júnior
El joven piloto cántabro puede dejar sentenciado hoy el Mundial júnior, que alterna con la competición en Moto 3
Montmeló este fin de semana y Valencia en menos de un mes. Eso es lo que le queda al Campeonato del Mundo júnior, y eso es también lo que le queda a Brian Uriarte (Santander, 2009) para ser campeón. El joven piloto cántabro es líder de la competición después de sus dos victorias, en Estoril y Jerez, su segundo puesto en Missano y su susto en Nevers Magny-Cours, donde se fue al suelo cuando rodaba en cabeza. «Tenemos muchas ganas y estamos preparando para estas dos últimas carreras con todo», señala el chaval, a quien en el último mes y medio apenas le ha dado tiempo para pensar mucho.
«Llevo seis semanas compitiendo en todas ellas, sin descanso. Ahora se va muy rápido y el nivel es muy alto, así que no podemos descuidar nada», explica con la madurez que aporta todo lo que le está ocurriendo últimamente, producto de su talento precoz. Apenas había llegado de Malasia, donde el pasado fin de semana sumó los primeros siete puntos en el Mundial de Moto 3 en su segunda carrera esta temporada, que empezó «con sueños y con ilusión, como siempre» y en la que «poco a poco han ido saliendo los resultados». A sus 16 años, ya forma parte de la parrilla de la primera de las cilindradas de la élite aprovechando la baja por lesión de David Muñoz. Ha adelantado así su debut, puesto que ya había firmado para ser piloto oficial en 2026.
Hoy tiene la oportunidad rematar la faena en el Mundial júnior, el último filtro del talento joven. «Está encaminado, pero todavía hay que hacerlo muy bien. Queda mucho y el nivel ahora es muy alto; todos van muy rápido», reflexiona cauteloso. Debe salir de Montmeló con 50 puntos de ventaja para acudir a las dos mangas de Valencia con la tranquilidad de que el título ya sea suyo. Ahora aventaja a su perseguidor en 62: «Es una diferencia importante, pero no te asegura nada, ni mucho menos».
Su versatilidad y capacidades le han permitido ir más allá «Siempre lo tienes en mente. Al principio lo ves como un sueño, pero una vez que está ahí, cuando estás cerca, te ilusionas y te motivas aún más para hacerlo lo mejor posible», continúa el cántabro, para quien formar parte del circo de Moto3 «es un regalo».
Su situación no es nada habitual, ya que de un día para otro debe cambiar el chip de competición en competición. Su experiencia en este mes de octubre, en el que se ha codeado con la élite, sirve de preámbulo de lo que será su futuro inmediato y le dice que «la diferencia entre las carreras júnior y en Moto3 está en que el nivel en estas últimas es alto desde el principio, mientras que en júnior se va evolucionando a lo largo de la temporada».
El resto es «parecido. Con excepciones, claro; te llevas algún susto al principio, pero normalmente es similar y estas carreras me están sirviendo para aprender». En un 2025 que sin terminar ya es para él «un año de diez», ha tenido que cambiar un tanto sus hábitos, fundamentalmente por la frenética vida que trae consigo la duplicidad de competiciones. «Apenas tengo tiempo, entre viaje y viaje, para poder entrenar, pero cuando estoy en casa sí que por la mañana trato de ir al gimnasio o entrenar en bici. Por la tarde vamos al circuito a mejorar cosas y a trabajar con la moto», explica para dibujar lo que es un día a día en su azarosa vida.
Su carrera ha ido ascendiendo peldaños con la misma velocidad con la que pilota. Sin embargo, este año ha sido el punto de inflexión después de que Emilio Alzamora se fijara en él: «Ha sido y es una persona muy importante para mí. Me ayuda con su experiencia, y con el palmarés que tiene me transmite confianza y me hace mejorar. Le agradezco su apoyo y realmente es un privilegio poder aprender de él y de todo el equipo que me rodea», señala el piloto antes de añadir que «es muy importante saberse rodear y saber quién te aconseja en una etapa como en la que estoy».
Insiste en que «hay que ser receptivo» en un deporte en el que todo evoluciona de un día para otro. La gran dependencia de la tecnología lo distingue de otros y en ocasiones no disponer de los últimos adelantos y novedades puede dilapidar el talento. Sin embargo, afortunadamente para Brian, este año se han juntado las dos variables.