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La ausencia de Pumpido (en la imagen junto a Dani Rodríguez en el partido contra el Somozas) ha agravado la crisis goleadora cántabra

La sequía más inoportuna

El Racing suma 331 minutos sin marcar, en una mala racha que coincide con el decisivo play off de ascenso a Segunda División

Sergio Herrero

Martes, 7 de junio 2016, 08:12

Que el Racing no ha sido un dechado de virtudes en materia ofensiva a lo largo de la temporada es algo evidente. No tanto en cuanto a los números, ya que el equipo cántabro cerró el campeonato regular con 56 goles y finalizó como segundo máximo anotador de su grupo. Pero sí por las sensaciones. La dificultad para generar ocasiones y ver puerta ha sido una de las notas dominantes en esta larguísima temporada por los campos de Segunda División B. El problema es que esa rémora se ha convertido en el momento más inoportuno en un quiste que puede dar al traste con todas las opciones verdiblancas de lograr el ascenso a Segunda División. Desde que Óscar marcó ese tanto 56 en la última jornada de Liga, ante el Coruxo han pasado ya 331 minutos sin alegrías. El margen de error, ahora sí, y con la obligación adquirida de la remontada el domingo la eliminatoria frente al Cádiz, está agotado.

Contra el Coruxo, en el encuentro que desembocó en el sorpasso del Racing a su tocayo de Ferrol en la última jornada, el solitario gol del de Renedo fue suficiente para dar la victoria a los cántabros. Sin embargo, a partir de ahí todo han sido roscos. Y bastante preocupantes. Como el del partido de ida de la primera ronda del play off ante el Reus. En su propio estadio, el equipo cántabro fue incapaz de inquietar al meta del conjunto tarraconense. El único disparo en todo el encuentro se produjo en el minuto 91. Un tiro de Álvaro Peña desde la frontal que Edgar Badía detuvo con facilidad. En la vuelta, una buena ocasión de Artiles y un gol anulado a Dioni fueron los principales argumentos verdiblancos de cara a gol. Por segunda vez consecutiva, a cero.

Es cierto que el Racing fue recuperando, poco a poco, confianza en este pasado choque de ida de la segunda ronda de la fase de ascenso. Y se personó alguna vez más en el área rival. Pero sin muchos alardes. Una doble ocasión de Óscar y un remate de cabeza muy manso de Coulibaly, en una posición muy favorable, pudieron romper la maldición racinguista de cara a gol.

La maldición la personaliza personaliza que nadie Dioni. El delantero 'top' de la categoría al que el vicepresidente del club, Víctor Diego, vaticinó veinte goles para esta temporada, se encuentra bastante lejos de conseguir esa cifra.

El trece le ha dado mala suerte y se ha revelado definitivamente gafe. Ese fue el tanto que consiguió en la jornada 35 en Villaviciosa, y el olor a sidra dejó sin olfato goleador al malagueño. En cuanto a actitud y predisposición no se le puede achacar nada. Corre, se pega con todos -a veces demasiado-, se ofrece... Pero cuando no está desasistido, juega de espaldas a la portería, lejos del área o termina ofuscado ante la falta de balones claros. No es un delantero centro puro, pese a que en algunos momentos de la temporada -como este- se ha visto obligado a echarse a la espalda la responsabilidad del gol. No es su fuerte. Vive mejor participando en el juego que esperando al remate.

Precisamente esa era la función que venía a desempeñar Facu Pumpido a su llegada al Racing. Era, en teoría, el complemento ideal para Dioni. Un futbolista de área con el arco entre ceja y ceja. Aterrizó en Santander en enero con vistas a un futuro play off de ascenso a Segunda División y la desgracia ha querido que de momento no haya podido disputar ni un minuto en tres encuentros. En el entrenamiento posterior al partido frente al Coruxo el argentino sufrió un problema muscular en el músculo semimembranoso que le ha dejado en el dique seco en las últimas tres semanas y aún es una incógnita que pueda jugar el domingo frente al Cádiz. Visto lo visto, el Racing necesita algo diferente en los últimos metros. El argentino, que empezó su periplo racinguista con un buen promedio goleador, se quedó estancado en los tres tantos.

Sin soluciones

Para suplir la ausencia de Pumpido, Munitis ha optado por dar minutos tanto a Coulibaly como a Isma Cerro. Ninguno de los dos ha cumplido con su cometido. El senegalés está muy lejos de ser el jugador oportunista del tramo final de 2015. Y el extremeño ha pasado prácticamente desapercibido cuando el técnico le ha dado la oportunidad en el play off. De hecho, a Cádiz ni siquiera viajó. Y en la convocatoria le adelantó por la derecha el delantero hispanofrancés Manu Delgado, que hasta ahora ha jugado con el filial. El internacional en las categorías inferiores del fútbol galo debutó en el Ramón de Carranza y dejó buenas sensaciones en los pocos minutos de que dispuso. No se arrugó y provocó varias acciones a balón parado para su equipo. Una nueva variante ofensiva que quizá llega demasiado tarde.

El entrenador verdiblanco también ha probado un cambio de sistema, con la ubicación de un mediapunta para acompañar al delantero. El experimento dio resultado en el aspecto colectivo y competitivo. Con Dani Rodríguez por detrás del ariete, el Racing tuvo más consistencia en el centro del campo, aunque en ataque el equipo apenas dio pasitos hacia adelante.

Goles como soles, sin gol no hay paraíso o goles son amores. Son tres manoseados tópicos que en el caso verdiblanco se han convertido en una verdad irrefutable. El Racing lo tiene claro de cara al próximo domingo. Necesita un 1-0 para forzar la prórroga o ganar por dos tantos para dar la vuelta a la eliminatoria. Con la maldición de las telarañas en la portería rival será imposible seguir optando al casi obligatorio ascenso a Segunda División. Más allá de las tácticas y el trabajo psicológico, esta semana el conjunto cántabro tendrá que tirar ajos tras las porterías de los Campos de Sport o contratar los servicios de un brujo. Todo sea por seguir con vida.

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