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César Díaz, en el centro, golpea el balón durante una sesión en La Albericia.
Todos se apuntan al momento clave
racing | camino del ascenso

Todos se apuntan al momento clave

Con la vuelta de César Díaz, Ángel Viadero cuenta con todos sus hombres para el play off

Sergio Herrero

Miércoles, 31 de mayo 2017, 07:57

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César Díaz es un tipo rápido. Muy rápido. Al fin y al cabo, es hijo de un velocista tardío. Campeón veterano. De casta le viene al galgo. El albaceteño, a base de tesón y mucho trabajo lejos de los focos, se ha dado prisa para volver antes de que el garito de la temporada actual baje la persiana. A tiempo para el momento clave de la temporada. Con el regreso del delantero, Ángel Viadero podrá contar el próximo domingo, para la visita al Villanovense (19.00 horas), con todos sus hombres. Sin excepción. Díaz cierra la puerta de la enfermería al salir, en una campaña en la que las lesiones han castigado duramente al Racing.

Quizá sea precipitado que el manchego entre en la convocatoria para el partido en tierras extremeñas. Acaba de salir de seis meses en el dique seco y estas cosas se suelen hacer con calma. Aunque el tiempo apremia, la temporada se acaba y César Díaz quiere volver a sentirse futbolista. Sus sensaciones son buenísimas y nunca ha tenido miedo -al menos no lo ha aparentado- de meter el pie desde que empezó a trabajar al mismo ritmo que sus compañeros.

El pasado domingo, se cumplieron cinco meses desde que el club decidió dar la baja a César Díaz para dejar un hueco para la llegada de Israel Puerto. Justo el tiempo que obliga la Federación Española a tener fuera a un futbolista al que se le desactiva la licencia por una lesión de larga duración. Por eso, el lunes el futbolista albaceteño pasó el pertinente reconocimiento médico y ayer el Racing comenzó a tramitarle de nuevo la ficha.

Un sábado cualquiera, en concreto el del 19 de noviembre, César Díaz se rompió el ligamento cruzado anterior en la sesión matinal. Justo antes de que el Racing recibiese a la Arandina y en plena crisis de resultados del equipo cántabro. Tuvo que pasar por la mesa de operaciones. Perder al de Villamalea fue algo más que quedarse sin un hombre importante. Él era una de las marcas del estilo del potente Racing del inicio del campeonato. Además de su polivalencia en todo el frente de ataque, era quien iniciaba la presión en la punta de ataque y Viadero se quedó sin él.

Caye Quintana y Coulibaly no estuvieron a la altura a la hora de suplirle. El técnico racinguista probó hasta cambios de sistema. Javi Cobo llegó a actuar como segundo delantero. Nada funcionó como antes. Y, finalmente, cuando llegó el mercado invernal, el andaluz y el senegalés salieron y llegaron tres nuevos hombres para esas posiciones que podía ocupar César Díaz: Santi Jara -para el extremo derecho- y Carlos Álvarez y Abdón Prats para la punta. El Racing tuvo que reinventarse hasta conseguir llegar a ser lo que es actualmente.

El futbolista manchego fue el cuarto de una dolorosa serie de catastróficas desdichas. Antes de él cayeron lesionados y pasaron por el quirófano tres de sus compañeros. Apenas habían transcurrido cuatro jornadas cuando Julen Castañeda sufrió una luxación de hombro. Fue en Ferrol, en los últimos minutos del choque de A Malata. Acabó con el brazo en cabestrillo, pero no se libró del bisturí. Un problema añadido, ya que el vasco era -y es- el único lateral zurdo de la plantilla. Gándara y Camus, reconvertidos a esa posición, cubrieron el puesto de forma correcta, hasta que el club contrató a Leonel Bontempo. El argentino no cuajó y, finalmente, cuando Castañeda pasó los tres meses de baja, volvió a quedarse solo como especialista en el flanco zurdo.

El golpe más duro para el vestuario fue la lesión de Borja Granero, su capitán. El 5 de octubre, un grito de dolor paralizó el entrenamiento racinguista. El valenciano volvía a sufrir una rotura de ligamento cruzado anterior, aunque esta vez en la otra pierna. Justo cuando atravesaba un fantástico momento de forma. Su optimismo ha sido clave. Al día siguiente ya estaba por La Albericia animando a sus compañeros. Prácticamente seis meses después contó con sus primeros minutos tras la lesión. Frente al Caudal. Y en apenas unas semanas ya se ha hecho con un puesto en el once y ha anotado un gol en el presente play off de ascenso.

Lesiones repetidas

Las lesiones fueron a pares. Dos roturas del ligamento cruzado y dos luxaciones de hombro. El otro futbolista verdiblanco que sufrió esta última dolencia fue Óscar Fernández. El de Piélagos cayó sobre la articulación en el partido de la primera vuelta frente a la Cultural Leonesa. Intentó evitar el quirófano, pero fue imposible y al final fue operado. Otros tres meses de baja. Cuando volvió, se encontró con su puesto ocupado por un Santi Jara indiscutible. Y, para mayor desgracia, unas semanas después de su regreso, sufrió unos problemas musculares que le tuvieron otras tres semanas apartado del equipo. Ahora, en un segundo plano, intenta aportar todo lo que las oportunidades le permiten.

También ha sido una constante el problema de las lesiones musculares. Hombres como Córcoles, Abdón Prats o Santi Jara se han perdido algún partido por estos motivos. Pero quien más las ha sufrido ha sido Jagoba Beobide. El vasco, desde que llegó en el mercado invernal, tuvo una participación intermitente a causa de dolencias musculares. Un hándicap que, por suerte, parece haber superado definitivamente.

Quizá el Racing ha llegado al play off de ascenso a Segunda División en su mejor momento. Es difícil de medir. Pero al menos, el dato es muy gráfico. 22 futbolistas. 22 disponibles. En la próxima convocatoria, Ángel Viadero tendrá que dejar a cuatro jugadores fuera. El 'overbooking' racinguista ha tenido un daño colateral. Los canteranos, tan importantes durante la primera mitad del campeonato, se han visto obligados a dar un paso atrás, a la espera de oportunidades. Si el Racing asciende, también será gracias a ellos.

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