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Ángel Viadero, junto a Oriol, uno de sus ayudantes, observa a sus pupilos en una sesión. María Gil Lastra
Apagar y encender
Fútbol | Segunda B

Apagar y encender

El técnico verdiblanco prepara varios cambios en el once inicial, como la entrada de Gonzalo, la vuelta de Héber a la izquierda y el regreso de Granero al doble pivote | Ángel Viadero busca ante el Barakaldo, esta tarde a las 17.00 horas en El Sardinero, «resetear» al Racing para rebajar la tensión y recuperar las buenas sensaciones

Sergio Herrero

Santander

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Domingo, 22 de octubre 2017, 08:56

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A Enjuto Mojamuto, el personaje animado creado por el humorista Joaquín Reyes, se le colgó la conexión a internet. Lo pasó mal. Fatal. Tanto, que a aquel suceso lo catalogó como «el peor día de mi vida». «Apagar y encender. Desconectar y conectar el router. Llamar al servicio técnico...», balbuceaba durante su relato. Así, ene veces. Jocosidades aparte, algo así le está sucediendo a Ángel Viadero con su Racing. La máquina no funciona todo lo bien que desearía. Al tran tran. Los resultados no son para echarse a temblar -todavía-, pero las sensaciones para un equipo de última generación, con ambiciones máximas, no son nada optimistas. La tristeza de Olaranbe hizo tan patentes los problemas que ni siquiera el técnico santanderino trató de ocultarlos. «En defensa estamos bien, pero eso no es suficiente. En ataque tenemos que hacer algo más», diagnosticó. El error había saltado en su pantalla. Su tratamiento más incipiente fue claro y conciso: «Tenemos que resetear». Y en eso ha andado el míster de Canalejas a lo largo de esta semana, mientras preparaba el choque de hoy frente al Barakaldo.

Vistas las probaturas que Ángel Viadero ha ido testando en el banco de pruebas de La Albericia, el entrenador verdiblanco prepara una especie de revolución. Apagar y encender. Revolución porque, para un técnico como él, tan poco amigo de los cambios, unas pocas modificaciones ya son un claro intento de buscar algo diametralmente diferente. Albert Einstein, que aunque no tuvo computadora en casa era un avanzado a su época, ya lo dijo y dejó escrito para que otros lo utilizasen, dentro del campo que fuese. Hasta en el de fútbol: «Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo». Quizá también el de Viadero es un intento de rellenar su depósito de credibilidad, porque un nuevo pinchazo o incluso una pírrica y fea victoria podrían agotar un poco más la ya mermada confianza de la grada sobre el banquillo.

Lo primero en lo que ha tenido que emplear su tiempo el preparador santanderino es en mentalizar a su muchachada de que el cambio no sólo es factible, sino que además es necesario. Prácticamente perentorio. Amante de la psicología deportiva -esa que existió toda la vida, pero que ahora los modernos llaman coaching-, todo lo que ha cultivado a lo largo de su carrera en ese aspecto debe salir a relucir en quizá su momento más crítico desde que llegó al club racinguista en el verano de 2016.

Apagar, encender y reprogramar el chip es posible, metafóricamente hablando. Para desconectar y conectar de nuevo el router -aquí no hay servicio técnico que valga-, Viadero programa diversos cambios en la alineación que hoy reciba al Barakaldo en los Campos de Sport de El Sardinero. De atrás a adelante. Iván Crespo, en principio, es inamovible. En la zaga, pese a que los números avalan la línea después de cinco encuentros consecutivos sin encajar un gol, recuperará parte de su fisonomía inicial. Gonzalo, ya recuperado del latoso golpe en su pie, volverá a convertirse en pareja de hecho de Regalón en el centro, ambos escoltados por Gándara y Julen Castañeda.

Eso provocará un efecto dominó. El entrenador racinguista ha probado ya numerosas variables en el doble pivote. Por el momento, ninguna ha convencido. Lejos de lo esperado. Borja Granero, en el último mes y medio central de urgencia, volverá a su hábitat natural. Viadero busca con ello más poderío físico en la medular y, sobre todo, mayor presencia ofensiva. Su acompañante, salvo sorpresa, será un Antonio Tomás que aún anda acumulando minutos después de una tardía pretemporada. En las bandas, parece que se acabaron los experimentos. Tenía pinta de que iba a ser así pasase lo que pasase, pero la lesión de Álex García, que será baja esta tarde, deja el camino expedito para volver a los orígenes. Héber estará de nuevo en la banda izquierda. Ese flanco por el que el naronés, uno de los futbolistas más desequilibrantes del Racing, hace daño de verdad. Allí donde inocula el virus que echa abajo cualquier sistema defensivo. Sus experiencias por la derecha ni tuvieron resultados positivos ni ayudaron al ánimo del gallego, incómodo a pierna cambiada. Por el otro lado, otro velocista. Piernas de fibra óptica. Óscar Fernández ha pasado toda la semana tocado por un fuerte golpe que le impidió jugar en Vitoria, pero llega a tiempo para esta tarde. Quizá sea la principal duda. O él o César Díaz. El caso es que la presencia del de Piélagos podría permitir a Viadero implementar el último de los cambios. Quizá, el que puede resultar clave para que el Racing recupere la identidad perdida.

Más cambios

Porque si Óscar actúa por la banda derecha, Juanjo puede ser otro de los damnificados por el bajo rendimiento de la maquinaria racinguista. César Díaz, junto a Dani Aquino en la punta de ataque. Igual que hace exactamente un año, justo antes de que el albaceteño sufriese una rotura del ligamento cruzado tras la que aún no ha recuperado su mejor nivel. Y eso sólo se consigue acumulando minutos sobre el césped. El caso es que, con el de Villamalea iniciando la presión, aquel Racing fue temible. Con un espectacular inicio de temporada a nivel de resultados pero, sobre todo, infundiendo esa sensación de ahogamiento e incomodidad sobre los rivales. La ausencia del manchego y las incorporaciones posteriores obligaron a Viadero a reinventar a su equipo. Ahora, la revolución es subirse al DeLorean, activar el condensador de fluzo y volver al pasado. Lo difícil será materializarlo en el conjunto cántabro por su entrenador, ambos viciados por la no consecución del ascenso la pasada temporada. Una rémora, una etiqueta, difícil de quitarse de encima. Esa necesidad de vencer y convencer que arrastra el conjunto cántabro semana tras semana. Ya es un tópico en verde y blanco.

Enfrente, el equipo montañés se encontrará con un rival clásico. Centenario. Con mayor potencial que enemigos como el Vitoria, el Izarra o la Peña Sport, ante los que el Racing no logró dar la nota positiva. El Barakaldo quiere dar esta temporada un paso hacia adelante y volver a meterse en los puestos de play off de ascenso. Ahí anda, a rebufo de los primeros clasificados. A dos puntos del Racing. Aunque, a favor de los cántabros, el cuadro vasco aún no sabe lo que es ganar lejos de Lasesarre. Apenas ha arañado dos empates a domicilio en lo que va de campeonato liguero.

La plantilla dirigida por el exjugador del Athletic Aitor Larrazábal basa su principal fortaleza en el centro del campo, con futbolistas como el ghanés Idrussi Baba o el capitán Galder Cerrajería. También destaca su máximo goleador, Ander Vitoria -cuatro dianas-. Además, en el banquillo gualdinegro se encuentra un viejo conocido de la parroquia verdiblanca. El segundo entrenador es Gonzalo -ahora más conocido como Gontzal- Suances, que pasó dos temporadas y media -desde 1995 hasta 1998- en los Campos de Sport -durante parte de una campaña fue cedido al Toledo- sin mucho éxito. Apenas jugó 19 partidos como verdiblanco, aunque para el recuerdo racinguista quedará aquel tanto anotado en el minuto 88 de un partido frente al Fútbol Club Barcelona en Santander, que sirvió para empatar el choque ante el conjunto culé. También estará hoy sobre el césped el meta Viorel, canterano de La Albericia que está rayando a buen nivel en el Barakaldo.

Al final, después de tantos intentos desesperados, Enjuto Mojamuto recuperó la calma. «La conexión volvió sola», reconocía el internauta compulsivo. Lo mismo que desea el racinguismo. Recuperar la normalidad, rebajar la tensión y volver a aunar esperanzas de cara a un futuro ascenso a Segunda División.

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