El ascenso vale nueve millones

Por tanto, la importancia que tiene para la entidad vediblanca recuperar la Segunda División es capital. Sólo con el dato referente a los conceptos televisión, el club multiplicaría por 18 el dinero que entraría en las arcas. Indiscutible. Además, ascenderían exponencialmente todos los ingresos intangibles y difícilmente cuantificables como la publicidad, mucho más cotizada en Segunda que en la categoría actual o el precio de los abonos de los aficionados, que crecería sensiblemente.

Los criterios establecidos y que están publicados en el Boletín Oficial del Estado reflejan la supremacía que se le da a los resultados deportivos de las últimas temporadas a la hora de repartir el montante, de ahí que el Racing salga poco agraciado debido a su periplo por la modesta Segunda B. Así las cosas, la repartición la próxima campaña seguirá estos parámetros; de la cantidad asignada a Primera -aún no está fijada- al menos el 50% se dividirá a partes iguales.

La cantidad restante atenderá a unas directrices que sí están ya aprobdas y que oscilan entre el 17% de dicho resto que recibirá el primer clasificado y el 0,25% que se llevará el último. En cuanto a la Segunda, la norma dice que al menos el 70% de la cifra que se apruebe para la categoría se repartirá a partes iguales entre, en este caso, 22 clubes de la categoría de plata. Se seguirá el mismo criterio que en Primera para distribuir el importe restante, atendiendo a unos porcentajes en base a la clasificación obtenida. Establece una diferenciación por categorías; a los clubes de Primera se les analizará en función de sus resultados de las últimas cinco temporadas, al contrario de los de Segunda en lo que sólo tendrá valor el curso anterior.

De esta manera es evidente que la brecha económica que se produce al pertenecer al fútbol profesional es enorme y difícilmente asumible por entidades endeudadas. El caso del Racing es un ejemplo de supervivencia. Tras su caída en picado desde la élite -hace ya siete campañas- hasta el pozo de Segunda B, la entidad verdiblanca no ha hecho más que reducir sus ingresos. Su situación se agravó considerablemente al no poder hacer frente a los compromisos de pago -primero de manera voluntaria por los expresidentes ahora juzgados por su gestión, Ángel Lavín y Francisco Pernía- y luego por la imposibiliadad de recaudar para poder pagar.

Afortunadamente la entrada de capital externo -con la llegada de Pitma- y la aprobación de otro calendario de pagos permitió que pese a sus cinco temporadas en Segunda B siga perviviendo. Los datos hablan por sí solos por escasos: esta temporada, en la que el Racing maneja un presupuesto de 3,5 millones que probablemente aumente, sus ingresos hasta la fecha han sido 155.000 euros por su participación en la Copa del Rey y 70.000 por la subvención de la Federación Española, además de una ayuda de 27.000 euros para el pago de los árbitros.