Borrar
Mayordomo (izquierda) y Pinillos (en último término) en La Albericia. : Javier Cotera
Cinco despidos pendientes de juicio
Fútbol | Segunda B

Cinco despidos pendientes de juicio

El primero de los trámites, el de la conciliación social, se produjo sin acuerdo | A los exempleados les han indignado las formas que utilizó el club para despedirlos

Marcos Menocal

Santander

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 3 de septiembre 2018, 07:58

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Raúl Domínguez, Álex García, Adolfo Mayordomo, Javier Pinillos y Antonio Tomás se verán las caras con el Racing en los tribunales. El último en sumarse a la nómina de despedidos fue el futbolista de Cartes que la pasada semana recibió la comunicación de que no se contaba con él a tres días de que finalizase el plazo para incorporar jugadores. El club, toda vez que decidió unilateralmente prescindir de sus servicios, les ofreció una propuesta de salida, que en todos los casos resultó insuficiente por lo que la única vía para finalizar los litigios serán los tribunales.

En el caso de los dos técnicos, Mayordomo y Pinillos, -con más de veinte años de servicio el primero de ellos-, como en el de Raúl Domínguez y Álex García, ya se ha cumplido el primero de los trámites para resolver la situación sin ningún resultado. Todos, por separado, fueron citados en el Orecla, el órgano que se dedica a la solución extrajudicial de conflictos laborales mediante la mediación, conciliación y arbitraje, pero en ninguno de los casos se llegó a punto de acuerdo. El siguiente de los pasos, no queda otro, será que el juez dicte sentencia.

A priori, no tiene fácil arreglo. Todos ellos tenían contrato en vigor, algunos más extenso y otros de una sola temporada. El club es el que tomó la decisión de despedirlos, ya que ninguno de ellos tenía la intención de abandonar la entidad antes de que finalizase su vinculación contractual. Cada caso es distinto, puesto que algunos pertenecían al cuerpo técnico y cumplían unas funciones concretas, sin embargo a todos les une la misma situación: han sido despedidos sin acuerdo en la indemnización.

La salida de Mayordomo y Pinillos fue una sorpresa. Ambos han cumplido en el club muchas y diversas tareas y han pasado por diferentes estamentos hasta llegar al primer equipo. Han sido entrenadores, delegados, preparadores físicos... Nunca han estado vinculados personalmente a un entrenador concreto ni a ningún dirigente en especial. Fueron hombres del club desde su entrada en la estructura verdiblanca. Sin embargo, la decisión de que el actual cuerpo técnico del primer equipo dirigido por Iván Ania aterrizase en Santander al completo propició su despido. No se barajó la posibilidad, como sí ocurrió en otros casos, de que ambos pudieran pasar a cumplir otras facetas en la entidad. Su despido fue fulminante. Es evidente que después de tantos años en la empresa, su indemnización tiene una valor económico sustancial, algo que por el momento les mantiene muy distantes a las partes. El juicio -como ocurre siempre en estos casos- podría ser esquivado siempre y cuando se produzca antes de que se celebre un acuerdo, que dado el sentimiento de crispación existente no se prevé.

La limpia que se ha producido en el Racing con el cambio de propiedad y que deparó la salida de más del 80% de los jugadores del primer equipo también afectó a monitores, auxiliares y técnicos. Casos aparte son los de Oriol Lozano, exjugador en dos etapas distintas del equipo y durante más de cinco años miembro del cuerpo técnico de la primera plantilla, y José Ángel Gutiérrez, recuperador físico. Al primero de ellos se le comunicó que dejaría de pertenecer al vestuario de los 'mayores' y se barajó su nombre para dirigir a un equipo de la base. Finalmente fue desechada su continuidad, ya que el catalán debía renovar su contrato al haber finalizado su relación la pasada temporada. Gutiérrez ha sido recolocado en la cantera.

Indignación total

Así las cosas, los jugadores siguen el mismo caminó que los entrenadores. Los primeros en recibir la carta de despedido fueron Raúl Domínguez y Álex García. Tanto a uno como al otro les restaba una campaña más de contrato, pero la dirección deportiva prefirió que salieran. Los motivos fueron deportivos; en el caso de Raúl Domínguez, el argumento fue la decisión de no contar con un portero suplente que ocupase una ficha de mayores de 23 años, puesto que de entrada su situación iba a ser la misma que las dos temporadas anteriores en las que le tocó ser reserva de Iván Crespo. El inminente fichaje de Jagoba Zárraga, ya en cartera, desencadenó su salida. El de Cayón, que siempre declaró su deseo de continuar se vio fuera del club. Algo similar le ocurrió a Álex García, que llegó la pasada campaña y que no cumplió con la expectativas que de él se esperaba. Las lesiones le impidieron mantener la continuidad deseada y sus reiteradas ausencias en las alineaciones arrojaron un bagaje gris en su balance. El de Beranga también estaba convencido de cumplir su partido y convencer al nuevo entrenador, pero no pudo.

A los dos el club les ofreció abonarles hasta el último día de trabajo, pero en su ofrecimiento no entró el pago de la temporada pendiente. En el caso de Domínguez, los responsables le propusieron buscarse un nuevo equipo y en el caso de que no lograse cubrir los honorarios que tenía firmados en Santander, el Racing podría completarlos. El guardameta, que no tiene representante, no vio con buenos ojos la oferta. Tampoco García, que actualmente -como su excompañero- sigue sin equipo y a la espera de desvelar su futuro.

El último en ponerse a la cola de un difícil arreglo ha sido Antonio Tomás. Su caso, esperado desde el pasado mes de mayo, es un tanto especial. En su contrato figura una cláusula especial que hubiera prolongado su vinculación al término de esta temporada -la última como futbolista- pasando a cumplir funciones propias de técnico. Dicha circunstancia se produciría en el caso de que el primer equipo lograse el ascenso a la Segunda División, por lo que de no hacerlo quedaría en nada dicha cláusula. Es por tanto que serán los abogados los que tengan que defender delante del juez esa circunstancia un tanto extraordinaria.

Sea como fuere, la indignación por parte de los cinco exempleados del club es total. Todos ellos, hombres de fútbol y que ya han vivido muchas situaciones difíciles en este deporte, es probable que habrían entendido los argumentos deportivos, pero -según ha podido saber este periódico- su posición es intransigente ante cualquier posible acuerdo como consecuencia de las formas utilizadas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios