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Fútbol | Copa del Rey

La siguiente ronda se toma en Murcia

El Racing supera al Mirandés en la primera eliminatoria de Copa y se enfrentará al UCAM de Pedro Munitis

Sergio Herrero

Miranda de Ebro

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Miércoles, 5 de septiembre 2018, 07:21

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En España, donde tomarse unas copichuelas es cultura, la aparición del VAR ha supuesto una mina de oro para los chistosos del grupo. Lo de irse a la tasca –con 'B'– es cultura en este país. Y pedir una, dos y así hasta la arrancada, también. Así que el caprichoso calendario se tomó la libertad de darle

Anduva, Mirandés y Copa son tres palabras que para el Racing, en una misma frase, generaban desasosiego. Las cosas del destino. En enero de 2012 el equipo burgalés aún estaba dándose a conocer. Liderado por un empleado de banca –Pablo Infante–, el conjunto entonces dirigido por Carlos Pouso fue desahuciando de la competición del KO a varios los grandes que se le pusieron por el camino. Entre ellos un Racing que cayó con estrépito. A partir de ahí, el Mirandés creció exponencialmente y el club cántabro cayó en barrena. Hasta este miércoles, donde

Las

El

Mirandés

Guillermo, Carlos Julio, Kijera, Odei, Jon Irazábal, Antonio Romero (Miguel Díaz, min. 71), Ernest, Rúper (Melli, min. 64), Matheus, Hugo Rama y Álvaro Rey.

0

-

1

Racing

Iván Crespo, Buñuel, Rulo (Julen Castañeda, min. 70), Óscar Gil, Olaortua, Jerín, Nico Hidalgo, Rafa de Vicente (Soberón, min. 75), Juanjo (Jon Ander, min. 55), Quique Rivero y Enzo Lombardo.

  • Goles 0-1, min. 83: Quique Rivero

  • Árbitro Velasco Arbaiza (Comité Vasco). Amonestó a los locales Carlos Julio, Álvaro Rey y a los visitantes Rulo, Julen Castañeda, Soberón y a Enzo Lombardo, en dos ocasiones.

  • Incidencias Anduva. Césped en buen estado, aunque muy rápido, en noche fresca, con lluvia intensa

Era noche de copas, pero no de terracitas. Caían calderos de agua del cielo. «Siempre que viene el Racing llueve», comentaba una empleada del Mirandés . No es un dato cierto, pero aquel recordado enfrentamiento en Segunda División

Jon

Quizá por eso, a los diez minutos de arrancar la segunda mitad, el técnico asturiano miró a la banda y llamó a

Rafa de Vicente y Quique Rivero perdieron soltura en la medular y el choque entró en un intercambio de golpes que no beneficiaba a un Racing hasta entonces dominador. Ese clásico 'invito yo', 'que no, guarda el dinero, que a esta invito yo'.

Al Racing ya le había sentado mal la consumición y andaba grogui ante un Mirandés de subidón. El

El caso es que

El Mirandés se fue a la desperada y, gracias a los nervios defensivos del Racing, tuvo dos buenas opciones para empatar. Una de Álvaro Rey y otra de Ernest. Ninguno de los dos acertó a marcar. Y un tiro cruzado de Nico Hidalgo estuvo cerca de zanjar la disputa.

La Copa siempre supo a poco en Santander. A poco o a nada. Un torneo gafado en el que la tónica habitual era que el Racing quedara en evidencia ante el modesto de turno o descarrilara intencionadamente para pensar en otras cosas. Hasta que llegaron Marcelino y Portugal, los verdiblancos alcanzaron dos semifinales de Copa e inauguraron una animadversión con el Getafe. La Copa ya comenzó a sonar bien en Santander.

Después llegaron los tiempos canallas y el cambio de papeles. Al final de la Era Okupa el Racing abandonó el papel de Primera que cae ante el modesto para convertirse en el equipo revelación al KO desde la Segunda B a la que le habían arrojado el 'tardopernismo' y Harry en el equipo. El 30 de enero de 2014 los futbolistas se negaron a jugar. Se plantaron ante Harry para contribuir a forzar su salida. Soportaron las sugerencias del entonces presidente de la AFE y ahora de la FEF, Luis Rubiales, para que jugaran. Dignidad. Dijeron que no, hasta el New York Times se hizo eco y Harry y compañía, para entonces ya legalmente acorralados, cayeron pocos días después.

La Federación de Villar, esa misma que consintió todo a Harry, recompensó la dignidad con un año de castigo sin jugar la Copa. Años antes el Barça había hecho lo mismo por capricho. Muchos internacionales convocados con sus respectivos países como consecuencia del calendario internacional y demasiadas bajas, de modo que decidió no jugar. Un plante similar, aunque por otros motivos. Perdió la eliminatoria, pero nada más. Villar y Padrón no tuvieron inconveniente en que disputará la siguiente edición. La cláusula de igualdad no opera en la justicia futbolera. Ni en la futbolística.

Desde entonces a esto sabe la Copa en los Campos de Sport. A gesta deportiva y a dignidad. Al racinguismo unido contra los usurpadores. Por mucho que los últimos años le hayan empañado el lustre a base de derrotas a la primera de cambio, como le ocurrió en Laredo, y frutos del hartazgo de la Segunda B, que ha convertido el ascenso no ya en una necesidad vital, que ya lo era, sino en una urgencia histórica, dejando las ensoñaciones coperas como fondo de escena fuera de foco.

Así llega la primera eliminatoria al KO, que deja de paso una evidente sensación de déjà vù. Después de empatar el sábado en Anduva los cántabros visitan el mismo enclave. Misma ciudad, estadio y rival, pero distinta hora (las 20.30) para medirse a partido único al Mirandés en la primera eliminatoria de Copa. Será el segundo duelo consecutivo entre las que parecen a priori, filiales aparte, recíprocas archinémesis por el campeonato de grupo en una Segunda B que ambos sienten que se les queda pequeña, pero en la que siguen varados por deméritos propios.

Muy complicado resulta aventurar el equipo que presentará un Racing que no se ha definido en la Copa. Iván Ania ya anunció y ha reiterado que irán los mejores. Pero que lo importante es no arriesgar y se debe priorizar la Liga. Es decir, una cosa y su contraria. Ayer insistió y el asunto se traduce en que habrá rotaciones, pero no un segundo equipo (ni tampoco todos los titulares habituales). O al menos eso parece. «La prioridad es la Liga, pero no vamos a tirar la Copa», resumía ayer mientras se esforzaba en esconder sus planes. Como en la sesión de ayer a puerta cerrada. Esas que tanto le gustan a Chuti Molina.

En Miranda las cosas no se ven muy diferentes. Si en Santander no sentó bien otra temporada fuera del fútbol profesional -o del oficialmente profesional-, tampoco en el enclave burgalés, donde ni proclamarse campeón de grupo fue suficiente para regresar a Segunda. El varapalo le costó el puesto a Pablo Alfaro, sustituido en verano por un entrenador, Borja Jiménez, que tiene la misma edad que Juanjo Expósito.

Tampoco allí la Copa es una prioridad absoluta. Pero también se siente la exigencia, por mucho que se trate de una ciudad pequeña, de una afición que en pocos años se ha acostumbrado a la LFP y, aunque sin impaciencias, exigen el regreso. De momento toca desviar por un día la atención de esa meta prioritaria para afrontar el asalto copero a un solo acto. Estaba llamado a ser la revancha del sábado, pero tras aquel empate no está claro quién perdió -o ganó- más.

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