La eliminatoria contra otro Linares
Mi saque de esquina ·
El Racing viaja hoy al campo del Linarejos con casco y coraza escamada de bronce, escudo colgado a la espalda y lanza con la punta ... de hierro. Todo un Goliat con aires renovados de Segunda División que se enfrentará a un equipo de Primera RFEF, el Linares Deportivo, que jugará disfrazado de David.
Las eliminatorias de la Copa son perfectos escenarios para representar la bíblica escena del insignificante derrotando al coloso, pero cuando el Racing es el equipo superior, la historia no parece tan épica, como ocurrió en el emparejamiento de 1977, cuando los verdiblancos, entonces en Primera División, se enfrentaron en la eliminatoria que abría la competición al Linares CF, equipo de Tercera que desaporeció en 1990.
La Copa de 1977 tuvo como principal novedad el cambio de denominación del trofeo que volvía a ser la Copa del Rey tras décadas de Copa del Generalísimo. Participaron 108 equipos de las tres categorías que entonces tenía el fútbol nacional, excepto los que disputaban competiciones europeas. El primer partido de cántabros y jienenses se disputó el 22 de septiembre en Linarejos. El Racing, dirigido por José María Maguregui, acababa de derrotar al Barcelona en los Campos de Sport y el choque contra los andaluces se presentaba muy asequible. Los racinguistas tenían las bajas de Quinito y Damas que no podían competir al ser extranjeros, y la de Aitor Aguirre, lesionado. Saltaron al césped Alba, Díaz, Camus, Portu, Chinchón, Arteche, Sergio, Barrero, Zuviría, Geñupi y Cortabitarte.
El Linares salió muy motivado y dominó el partido, pero la defensa cántabra se mostró ordenada y contuvo las embestidas atacantes. Sin embargo, a falta de cuatro minutos para terminar la primera parte, Camus derribó en el área a un delantero local y el árbitro, Guruceta, señaló un penalti que supuso el primer gol. En la segunda parte los racinguistas entraron al campo con entusiasmo y ganas de corregir su actitud. A los dos minutos, Manolo Díaz lanzó un centro al área local y Arteche, que había adelantado su posición, remató de cabeza para empatar. El Racing, con un Díaz brillante que se desplazó al centro del campo, se hizo dueño de la situación, y a los quince minutos Zuviría marcó el segundo al aprovechar un lejano pase y batir al portero en su salida. Con el marcador a favor se adoptó una disposición conservadora, mientras que el rival se armó de un ímpetu renovado con el que agobiaría la portería de Alba. En el minuto 40 de la segunda parte, Camus, al intentar despejar un centro al área, lo introdujo en su portería (2-2).
A pesar del empate contra un Tercera, las expectativas de superar la eliminatoria eran buenas a la espera del partido en Santander, que se disputó el 27 de octubre. El Racing alineó a Alba, Lolo, Camus, Arteche, Portu, Geñupi, Juan Carlos Pérez, Barrero, Giménez, Aitor Aguirre y Cortabitarte. El juego del equipo era malo y el público se dedicó a abroncar a los futbolistas. A los 14 minutos Edu adelantó al Linares y aunque el conjunto cántabro empató en el minuto 25 por medio de Aitor Aguirre, la respuesta de su rival fue rápida y contundente, adelantándose cinco minutos más tarde en el marcador, nuevamente por medio de Edu (1-2), una pesadilla para la defensa. La segunda parte estuvo caracterizada por el nerviosismo de los racinguistas mientras los de Linares continuaban con su entusiasmo intacto. Casi al final Barrero empató y forzó una prórroga en la que no se movería el marcador. Los lanzamientos de penaltis decidieron el pase del Linares. El decisivo lo falló precisamente Barrero, y Maguregui desahogó su furia cargando contra él. Fue una escena penosa, tan penosa como el resultado final de aquella eliminatoria donde David volvió a derrotar a Goliat en una «traca fenomenal», que así lo calificaron las crónicas locales de la época, y que impidió al Racing avanzar en la primera edición de la Copa del Rey tras la etapa del 'Generalísimo'.
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