Ganar por la mínima también es un arte
El solitario gol de Canales ante la Real Sociedad B, de rebote, permitió vencer al Racing un año después por el tanteo más bajo, en una demostración de que el objetivo se consigue en partidos así
Parece mentira, pero es así. El Racing no ganaba un partido por la mínima, es decir, 1 a 0 o 0 a1, en casa o fuera, indistintamente, desde el 20 de octubre de 2024. ¡Más de un año! Cuesta creerlo. Fue en el Nuevo Mirandilla, ante el Cádiz, con un solitario gol de Juan Carlos Arana en el minuto 56. Desde entonces han pasado 43 partidos sin que el Racing pudiera sacar los tres puntos con el tanteo mínimo. O lo que es lo mismo, con ese otro arte que es ganar como sea o como se pueda, sin que se escape la victoria. Ese otro camino de lograr el éxito, que algunos equipos o entrenadores convirtieron en su signo de identidad, y que, sin embargo, en el Racing ha sido imposible de imitar.
«Estoy contento de ganar por 1 a 0», confesaba José Alberto entre risas y suspiros el pasado viernes tras superar por ese resultado a la Real Sociedad B en los Campos de Sport de El Sardinero. Un gol de Peio Canales con fortuna, puesto que rebotó en uno de los defensores del conjunto donostiarra y despistó al portero, fue suficiente para que su equipo se quedase con los tres puntos. El Racing anotó otro tanto que el VAR anuló por posición antirreglamentaria de Álvaro Mantilla, pero poco más. El Sanse –como también se le llama al filial de la Real Sociedad–, incluso por momentos dominó el encuentro, pero sin esa superioridad que le podía haber dado la posibilidad de llevarse el partido.
No fue vistoso, no divirtió del todo, pero el Racing tuvo las ideas claras y supo administrar la renta y, sobre todo, gestionarla. «Parece que tenemos que ganar con facilidad pasmosa y aquí no gana nadie fácil», señalaba con contundencia el míster, que se afanaba en poner en valor «la dificultad que tiene ganar tres partidos seguidos».
La última vez
El Racing era líder de Segunda División y salió más consolidado si cabe de aquel encuentro en el Nuevo Mirandilla. Venció con un gol de Juan Carlos Arana, que empezó la temporada viendo puerta, pero que perdió su sitio en varios partidos por la rivalidad inicial del recién llegado Jon Karrikaburu. Un gol en el minuto 56 de partido del canario le dio el triunfo a los de José Albeto, que desbancaban al Cádiz, favorito al ascenso por aquel entonces, y sumaban su sexta victoria a domicilio consecutiva.
Lo justo y necesario
Fue Peio Canales, posiblemente, uno de los mejores si no el mejor de los racinguistas en el campo, el que acertó con la portería. Lo hizo con un tiro lejano, bien dirigido, pero que se alió con la fortuna al golper en un defensor del Sanse y desviar la dirección del balón y convertirlo en imposible para el portero. El solitario gol del vasco fue suficiente para ganar y para que la grada se lo pasara en grande, pese a no ser un encuentro atractivo, pero la efectividad es el bien más preciado.
Sea como fuere, la cosa es que lo del Racing no es sencillo de entender. 43 jornadas de Liga, o lo que es lo mismo, un campeonato entero –si se encadena la pasada temporada con esta– han hecho falta para que el equipo consiga algo más que habitual en el fútbol. Ganar es el objetivo, obviamente, pero en muchas ocasiones a este Racing, su fútbol atrevido y vertical le traicionó y esa tendencia de querer siempre marcar le jugó malas pasadas. El viernes se adaptó a las circunstancias y gestionó el tiempo para hacer bueno un solitario gol que llegó cuando peor lo estaba haciendo a nivel colectivo. Lo que no supo hacer en muchas ocasiones el viernes lo bordó. A pregunta de El Diario sobre cuántos partidos como el del viernes debe ganar el Racing para ascender, el míster fue pragmático: «Tenemos que tener humildad para afrontar todo tipo de partidos; a veces hay que ponerse el mono de trabajo para soportar ese empuje que ellos tenían», añadió. Pues eso, que el Racing, más líder que nunca esta temporada, empieza a tener –o eso parece– la cintura que no tuvo el curso pasado.
El triunfo ante el Cádiz fue el sexto de una racha de siete triunfos a domicilio en el arranque liguero
Encadenando un curso con otro, el equipo ha necesitado un campeonato completo para firmar este resultado
Aquel 20 de octubre de 2024, el último antecedente en cuestión, llegó en medio de la racha magnífica e histórica que protagonizó el equipo sumando siete victorias consecutivas a domicilio en un arranque de Liga, el récord absoluto de la categoría. El triunfo en Cádiz fue en la décima jornada y lo curioso es que antes, en las fechas 4, 5 y 6, los de José Alberto habían logrado el triunfo por el mismo marcador que ahora es noticia. Tres de una tacada en cosa de quince días. Superaron al Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López (0-1), el primer triunfo en la isla en los últimos veinte años; vencieron al Sporting de Gijón (1-0) en El Sardinero con el campo hasta la bandera, en lo que fue el primer lleno de una temporada en la que se lograron trece más; y una semana más tarde se fueron a Castalia y también, por el resultado motivo de este análisis (0-1) ganaron por primera vez en la historia en el campo del Castellón. Cuatro triunfos por la mínima, con algún récord para la historia para después borrar de la estadística el tanteo.
Un equipo que muta
La trayectoria verdiblanca, no se puede negar y más ahora después de estos datos, se caracteriza por ser un festival de goles. Su tremenda pegada le ha situado desde entonces entre los equipos con mejores registros; lo es en este curso, con 25, muy por encima de sus perseguidores y lo fue en el ejercicio pasado cuando con 65 goles acabó tercero en el tabla, solo superado por el Levante (69), campeón, y el Almería (72) después de un bajón final tras ir liderando este apartado durante todo el campeonato.
Ese estilo ofensivo tan marcado es aplaudido, pero también señalado, puesto que en la virtud va la penitencia de ser a la vez el más goleado. Afortunadamente esta última jornada se cuenta por portería a cero, algo que le ha permitido salir del pozo y ceder el denostado honor al Mirandés y al Albacete, que ya han encajado más que los racinguistas.
No es casualidad entonces que haya pasado tanto tiempo sin que el Racing pudiera celebrar un triunfo como lo hizo el viernes y, al tiempo valorar como lo hizo el míster, la madurez que demostró el equipo al no complicarse la vida, como en otras ocasiones, y ganar sin jugar bien, sin lucirse y «sabiendo sufrir».
Llegado este momento, basta una mirada al pasado para comparar. El curso del ascenso a Segunda División desde la debutante Primera RFEF, el Racing de Guillermo Fernández Romo ganó nueve partidos por la mínima. En la retina de todos los amantes del fútbol estará siempre la rentabilidad que sacó el Barcelona de la campaña 2021-2022, con Xavi Hernández como entrenador, acostumbrado a ser una máquina de hacer goles, y que se adaptó al fútbol pragmático. Aquel Barça ganó la Liga con once jornadas ganando por 1 a 0 o 0 a 1.
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