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Nuevo camino de peregrinación

Nuevo camino de peregrinación

Especial: Arranca la Liga ·

'Mi saque de esquina', la opinión de Raúl Gómez Samperio

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Sábado, 25 de agosto 2018

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Con buen calzado y mochila ligera de equipaje, donde no puede faltar un chubasquero. Así emprendemos el camino. No seré yo de los que, antes del primer paso, ya piensan que no llegarán al final, y me imagino que, por el momento, los más de 8.500 racinguistas con carnet de abonado pensarán lo mismo, ávidos de ser testigos de esa alegría del ascenso que desde hace años buscamos escarbando la tierra con los dientes, que diría un dolorido Miguel Hernández.

Conscientes de que esto de la Liga es como una larga peregrinación hacia el jubileo, mueve nuestros pasos la fe en este equipo casi desconocido que al menos nos ha dejado excelentes impresiones durante la pretemporada, con acaso demasiados nuevos jugadores, pero con destellos que se arraigan con facilidad en las miradas de los espectadores, como las piernas eléctricas de Enzo Lombardo, el talento a punto de estallar de Cayarga o el don de la eficacia goleadora de un aguerrido Jon Ander.

Igual que ocurre con la indulgencia plenaria, el ascenso será capaz de perdonar todos y cada uno de los pecados que puedan cometerse por el camino, entre ellos el casi sacrilegio de apartar a los jóvenes de la cantera, aunque la presencia de Jerín, Musy, Jesús Puras o Mirapeix en estos partidos preparatorios, pueda darnos algún halo de esperanza de que se podría contar con ellos en algún momento. Jugar sin canteranos no tiene buena prensa, es cierto, aunque no es menos cierto que los equipos racinguistas que mejor prensa han tenido no sobresalieron precisamente por ello. Me refiero a las dos legendarias alienaciones que se han quedado grabadas en nuestra cantarina memoria. Los más veteranos se acordarán de la del ascenso a Primera en 1950. Seguro que a muchos les suena: Ortega, Lorín, Amorebieta, Ruiz, Herrero, Mathiesen, Nemes, Joseíto, Mariano, Alsúa y Echeveste. Y otra posterior, la del ascenso de 1973, también a Primera. Algunos hasta se la saben: Santamaría, De la Fuente, Chinchón, Espíldora, Sistiaga, García, Martín, Barba, Aitor Aguirre, Pedro Amado y Arrieta. Ninguno de los 22 nombres de futbolistas que he escrito nació en Cantabria ni se formó en la cantera de los Campos de Sport, pero cuando se pronuncian, suenan a racinguismo puro.

El domingo, a las 19.00 horas, aún nos costará identificar en el campo a bastantes jugadores del Racing, pero tengo la impresión de que muy pronto sus nombres serán felizmente familiares. Además, en esta nueva aventura de sortear jornada a jornada a los rivales de turno, tenemos algo con lo que no contábamos en las anteriores temporadas y que me atrevo a asegurar que supondrá ese empujón preciso que nos subirá de categoría. Me refiero a la presencia de Nando Yosu. No será cuestión de beatificarle, aunque ya tengamos insertada su imagen en el retablo del campo, pero no será en vano pedirle ayuda para inspirar las decisiones de Iván Ania desde allá arriba, donde la perspectiva te hace más sabio e infalible para caminar.

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