La primera pugna contra el Cádiz
Una derrota en la eliminatoria por el ascenso se vio compensada por el éxito en la repesca
El peso de la responsabilidad a veces entorpece a los futbolistas. Aquellos que se evaden de esos pensamientos son los que pueden guiar al equipo ... hacia el deleite del juego y del triunfo. Pero aquella promoción de ascenso contra el Cádiz suponía una carga demasiado difícil de aligerar. Fue la primera pugna del Racing contra el Cádiz en un partido oficial, un ida y vuelta en junio de 1970. El conjunto montañés había sufrido uno de los más dolorosos reveses de su historial deportivo, no solo por estar jugando en Tercera (lo que ahora sería la Primera RFEF), sino porque por primera vez no pudo recuperar la categoría en la siguiente campaña. Dos años en el infierno habían sido demasiado; tres era impensable para los buenos aficionados. Así que el ascenso era más que una obligación.
Las cosas iban bien. El Racing de la temporada 69-70 había superado los cien goles en la Liga con 38 encuentros disputados y su máximo goleador, Isidro, había marcado cinco en uno de los partidos, algo que ningún futbolista del Racing había logrado en un campeonato liguero. Pero tras ser líderes indiscutibles del grupo, llegaba la hora de la verdad en la fase de promoción, que destinaba cuatro plazas de Segunda entre los ocho campeones de grupo en una eliminatoria a doble partido. Los ganadores ascendían de forma directa. Los perdedores aún tendrían ocasión de conseguirlo jugando una eliminatoria contra los clubes rezagados de Segunda.
Al Racing le tocó medirse con el Cádiz, potente campeón del grupo séptimo, que había sido el que menos goles había encajado de los 160 equipos, ya que solo recibió once tantos. La eliminatoria presentaba el clásico choque entre la vocación atacante y la defensiva, y el primer partido donde ambos equipos se vieron las caras fue en el Ramón de Carranza el 13 de junio de 1970.
Los hombres que alineó Fernández Mora fueron Corral, Pepín, Argoitia, Chico (Portu II), Chinchón, Zoco, Aguilar (Paquito), Santamaría, Cabello, Santi e Isidro. El equipo asumió un rol de víctima que se acentuó por dos importantes circunstancias que debilitaron su potencial. El primero fue la lesión en el minuto 21 de Chisco, que tuvo que retirarse del campo sangrando y fue sustituido por Portu II. La otra fue la expulsión de Julio Santamaría en la segunda parte, al responder con un cabezazo una agresión de un jugador local que el árbitro no vio. El Cádiz apretó, pero la defensa cántabra lo aguantó todo, incluso tuvo una gran ocasión en el remate al palo de Pepín. El Racing arrancó un valioso empate a cero que en Santander se consideró como «un gran paso hacia el ascenso».
El partido de vuelta en los Campos de Sport se disputó en un día grande para el fútbol. Era el 21 de junio de 1970, el día en que el Brasil de Pelé se alzó como campeón mundial. También hubo un ambiente de fiesta que recogió en su cámara el fotógrafo Mazo, pero cuando empezó el partido los nervios afloraron. El Cádiz se plantó sólido, dejando a sus dos rápidos extremos para los contraataques, y el Racing no encontraba la fórmula para crear ocasiones. En la segunda parte hubo propósito de enmienda y en los primeros quince minutos apareció el dinamismo de la delantera racinguista, aunque en consecuencia el Cádiz se acercó con más peligro a la portería de Corral. Los remates de cabeza de Isidro y Cabello y el disparo de Portu II al larguero daban esperanzas a los aficionados racinguistas, pero precisamente cuando mejor estaba jugando el Racing llegaría el gol de los andaluces. La falta de entendimiento entre Paquito y Pepín lo aprovecharía Ortega II para batir a Corral en plena salida desesperada. Era el minuto 17 de la segunda parte y aún había tiempo para compensar aquel tanto, pero el nerviosismo aumentó e hizo que la presión de los racinguistas se dispersara entre la precipitación y la imprecisión. El árbitro, el valenciano Carreño, fue objeto del enojo del público al pitar un penalti en contra del Racing que Corral detuvo de forma espectacular y, después, por no señalar una falta dentro del área que López hizo a Isidro cuando faltaban cinco minutos para el final.
El que fue guardameta racinguista Martín Lobera sería aquella jornada uno de los cámaras que grabó el partido para el programa de TVE 'Ayer domingo'. Lamentaría no haber grabado ningún gol de su equipo, aunque la derrota dejaría paso a otra opción que se había previsto para los perdedores, como fue la fase de promoción contra los cuatro equipos de Segunda que se habían clasificado entre el 10º y 16º lugar: Bilbao Athletic, Burgos. Osasuna e Ilicitano, club este último con el que se enfrentaría el Racing, superándole en el desempate del Bernabéu con el gol de Aguilar. Al final, la primera pugna contra el Cádiz terminó con derrota, pero con ascenso.
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