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Los jugadores celebran el tanto de Álex García y Juanjo.

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Los jugadores celebran el tanto de Álex García y Juanjo. Roberto Ruiz
Fútbol-Racing

El brillo tendrá que esperar

El Racing solventa el partido ante el colista tras una mala primera parte | Un gol de Borja Granero tras el descanso arregló una tarde en la que el equipo cántabro generaba dudas

Sergio Herrero

Santander

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Domingo, 24 de septiembre 2017

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Decía el escritor francés Víctor Hugo que «nada es tan estúpido como vencer. La verdadera gloria está en convencer». Aplicada al fútbol profesional, la primera parte de la sentencia es cuando menos exagerada. Ganar es el objetivo. «Por lo civil o por lo criminal», que utilizaba otro sabio. El de Hortaleza –Luis Aragonés–. Pero para el Racing, este domingo, el tramo posterior al punto y seguido cobró un sentido importante. Enfrente había una víctima propiciatoria. Sin embargo, con el césped de los Campos de Sport ya en un buen estado; ante un colista con el marcador de puntos a cero y después de romper una crisis de resultados por la mínima el domingo anterior ante el Leioa, el terreno estaba en el momento idóneo para sembrar papardas. Por eso, el tópico ese de la necesidad de vencer y convencer, ante la Peña Sport, era más real que nunca. Hubo victoria. Hasta ahí, todo correcto. Lo de ilusonar, tendrá que esperar.

Ángel Viadero confió en los mismos hombres que rompieron el maleficio en Sarriena. La baja de Gonzalo le obligó a repetir con Borja Granero reconvertido a central. La continuidad puede ser positiva. Buena señal. El problema es que el Racing quizá no sólo tiene que convencer a los de la grada, sino a sí mismo. Creer en lo que hace y en lo que puede llegar a hacer. Ese «equipo que queremos ser» que suele utilizar el míster de Canalejas. Necesita mejorar.

Racing

Crespo, Córcoles, Julen, Regalón, Granero, Quique Rivero (Javi Cobo, min. 58), Sergio Ruiz, Óscar, Héber (Álex García, min. 58), Dani Aquino y Juanjo (Matías Aquino, min. 83).

2

-

0

Peña Sport

Íñigo, Joni (Oier, min. 54), De Frutos, Endika, Xiker, Jon (Alonso, 67), Maeztu, Mario, Arellano (Adrián, min. 61), Diego y Úriz.

  • Goles: 1-0, min. 48: Borja Granero. 2-0, min. 65: Juanjo

  • Árbitro: Montes García-Navas (Comité madrileño). Amonestó al local Regalón y a los visitantes Jon, Endika, De Frutos y Joni.

  • Incidencias: Campos de Sport de El Sardinero. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas por el terremoto de México y de los huracanes del Caribe.

  • Público: 6.723 espectadores en las gradas de los Campos de Sport de El Sardinero. Una entrada más floja de lo habitual, provocada en parte por el buen tiempo reinante..

En la primera mitad, los locales no dieron argumentos suficientes como para despejar las dudas. Quizá, hasta las alimentaron teniendo en cuenta la trayectoria previa del rival y que la herida de las tres derrotas consecutivas aún está demasiado fresca en el graderío de los Campos de Sport. Cicatriz. Al descanso, el Racing ni vencía ni convencía.

En el primer período, el conjunto montañés controló y no siempre. Y eso que la Peña Sport no hacía mucho por tener el balón en su poder si no era más allá de la línea medular. El dominio verdiblanco, dubitativo atrás, con imprecisiones en el medio y sin claridad de ideas arriba, apenas generó peligro en la meta rival. Los cántabros dispusieron de dos ocasiones destacables y algún que otro tiro lejano. Poco más. Las dos mejores acciones las protagonizó Dani Aquino. Sobre el minuto 10, el murciano levantó la cabeza en la frontal, puso el visor en la escuadra y apretó el gatillo. Francotirador. Íñigo, con una buena palomita, mandó la pelota a córner. Ya en una de las últimas jugadas antes del descanso, el ‘Torito’ cabeceó un balón que no encontró el camino de la portería.

Impaciencia

La falta de acciones para la esperanza empezó a gastar la exigente paciencia del graderío verdiblanco en su tercer año sumido en el pozo. La música de viento arrancó tímidamente y despidió a los futbolistas con más intensidad durante su retirada a los vestuarios. Especialmente después de los cinco minutos previos al descanso, apología del descontrol.

La Peña Sport pudo marcharse con ventaja. Dos despistes defensivos. En el primero, el remate de Maeztu se estrelló contra el lateral de la red. En el segundo, Iván Crespo salvó a su equipo. Una pérdida en el centro del campo dejó a Diego solo ante el meta de Viveda, que tapó con acierto el remate del atacante navarro. Quedaba la esperanza de ver en la segunda mitad a ese Racing tan típico del pasado curso, siempre de menos a más. Arreglando con el paso de los minutos una imagen poco prometedora.

Y lo consiguió poco tiempo después de la reanudación. Borja Granero, que tras un par de errores atrás había empezado a dar síntomas de nerviosismo, se quitó la ansiedad de un cabezazo. Un centro desde la derecha de Dani Aquino lo remató el capitán, incorporado al ataque, al fondo de las mallas. Grito de rabia. Puñetazo al aire.

A partir de ahí, el Racing empezó a percutir con solvencia. Un rato bueno. Quizá 45 minutos ya no daban para convencer, pero sí para calmar los dolores. Poco después del tanto verdiblanco, Dani Aquino estrelló una pelota en el travesaño. El cabezazo del murciano no hizo diana, pero aumentó las pulsaciones de un estadio necesitado de emociones positivas.

Las claves

  • 1. Sin lucidez La primera mitad fue mala. Sin ideas y con muy poco peligro en la meta del colista. La segunda, al menos, fue efectiva.

  • 2. Gol oportuno El tanto de Borja Granero a la salida del descanso mitigó la impaciencia del graderío y la ansiedad racinguista.

  • 3. Control, a ratos En ventaja, el Racing fue dueño del partido, aunque en algunos momentos dejó demasiada libertad a su rival.

  • 4. Iván Crespo El guardameta cántabro, con un par de paradas a tiempo, evitó que la Peña Sport sacase los colores al conjunto cántabro.

La sentencia

El arreón racinguista bajó revoluciones, pero esta vez no fue a convertirse en un dominio sin empaque. El Racing, ahora sí, parecía tener confianza con el balón en los pies ante un rival prácticamente rendido a su suerte. El equipo cántabro, con relativa paciencia, maduró el segundo tanto. El de la tranquilidad. Otra vez con un centro desde la derecha. Álex García, recién ingresado en el campo en sustitución de Héber, cabeceó a portería y Juanjo desvió el balón con el pecho. El de Beranga quiso celebrarlo como propio. El de Ontaneda, también. Al final, gloria compartida para dos futbolistas necesitados de reivindicarse en su retorno a Santander. El colegiado, en el acta, se lo adjudicó al segundo.

La Peña Sport se despertó de golpe tras el disgusto y gastó sus últimas fuerzas en tratar de meterse de nuevo en el partido. El colista hizo trabajar a Iván Crespo. Un duro disparo de Diego lo repelió con apuros el guardameta cántabro para dejar la renta verdiblanca intacta.

Una ventaja que el Racing, a partir de ahí, se dedicó a manejar, con la puerta abierta a, si surgía, ampliarla un poco más. Por aquello de convencer al personal. Óscar Fernández encontró un remate complicado en boca de gol a un centro de Dani Aquino desde la izquierda, pero el de Piélagos, en una posición muy incómoda, no fue capaz de mandar la pelota hacia la portería.

El partido murió como nació hora y media antes. Sin brillo. Como los videomarcadores. Esos que podrían ir colgados en la fachada del Monasterio de El Escorial, por aquello de la tardanza. Tampoco hacía falta ya mucho más. Y eso que De Frutos tuvo aún una última opción para la Peña Sport. Su tiro, en una buena posición, se marchó fuera. Sólo Dani Aquino, en una tarde en la que no logró marcar –eso sí es noticia–, lució cuando caía la noche santanderina. En la última acción del encuentro, el murciano desbordó por la izquierda, pero su intentó se marchó demasiado cruzado.

Al final, el Racing venció. En la ciencia del fútbol, lo único objetivo, lo exacto e indiscutible, son los resultados. 2-0 siempre da positivo para el equipo local. Convencer es algo mucho más relativo. Subjetividad. Que este equipo, de momento, no enamora es un hecho probado. Tiene tiempo para hacerlo. Primero ganar y después convencer. En este deporte, que por época no entraba dentro de las parcelas dominadas por Víctor Hugo, y en el caso concreto del Racing, la única gloria es el éxito final. El ascenso.

De momento, los tres puntos cosechados este domingo devuelven al conjunto verdiblanco a la parte alta de la clasificación. Donde debe estar. De donde no debe salir. De nuevo en puestos de play off y recortando distancia con el gran enemigo, el Mirandés, que no pasó del empate ante el Athletic B. Con cuatro puntos de ventaja mira desde arriba el Burgos. Otro rival a batir.

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