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Un quiero y no acierto
El Racing, ofuscado en el área rival, se tiene que conformar con un empate ante el Levante
'Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el ascenso', rezó ayer una parroquia de los Campos de Sport abarrotada. Pero, de poco sirvieron las ... plegarias. Porque en el tramo decisivo de la competición, el Racing ha llegado en uno de esos momentos en los que hace semanas que en la Primitiva no le toca ni el reintegro y en el supermercado no le sale ni un descuento. ¿Rasca y gana? Sigue probando. Hubo intención, hubo ocasiones... El quiero... Mas el portero granota se marchó granate de tanto balonazo. Ocasiones perdidas. ...Y no acierto. El empate de ayer frente al Levante deja aún más en el alambre al Racing en la lucha por el play off, pero como quedan seis jornadas y la ilusión no deja en paz al racinguismo, hay que seguir.
Aunque José Alberto no diese apenas pistas durante la semana, era de esperar que, después de dos derrotas consecutivas con el mismo once, se produjesen cambios en la alineación. Y llegaron unos cuantos, porque el míster sacó del equipo a Dani Fernández, Germán Sánchez, Iván Morante y Mboula y metió a Marco Sangalli en el lateral derecho; a Rubén Alves en el centro de la zaga; a Grenier en el doble pivote y a Lago Junior en el extremo diestro. «Confío en todos los jugadores, dijo e insistió el viernes en rueda de prensa. Ahora esos cuatro, y todos los demás, debían responder a esa confianza.
Racing
Ezkieta, Marco Sangalli, Mario Garcia, Manu Hernando, Rubén Alves (Germán Sánchez, min. 82), Grenier (Iván Morante, min. 55), Aldasoro, Lago Junior (Mboula, min. 55), Peque, Íñigo Vicente y Arana (Roko Baturina, min. 82).
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Levante
Andrés Fernández, Álex Muñoz, Dela, Kochorashvili, Brugué, Dani Gómez (Bouldini, min. 70), P. Martínez, Lozano (Fabri, min. 70), Andrés García, Carlos Álvarez y Cabello.
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Equipo arbitral González Francés, asistido en las bandas por Valverde Monsalve y Carreño Cabrera, todos ellos del Comité Canario. Cuarto: Figueiredo Comesaña (Gallego); VAR:Sagués Oscoz y AVAR: Díaz González (Gallego).
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Amonestaciones Amarilla al local Marco Sangalli.
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Incidencias Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado en una tarde soleada y con Nordeste.19.203 espectadores.
Había muchas piezas que encajar y poco tiempo que perder. Porque una de las cosas que hace fuerte al Racing es el vértigo inicial. No tardó mucho el equipo cántabro en apretar todas las tuercas. En ese impás de ajustes, en la primera acción del partido, el visitante Pablo Martínez cabeceó desviado un centro desde la derecha tras ganar la espalda a la defensa.
En corto
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Cambios José Alberto modificó el once tras dos derrotas, con las entradas de Lago Junior, Grenier, Rubén Alves y Marco Sangalli
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Una y otra vez El Levante tuvo sus opciones, pero el equipo cántabro, desesperado, se estrelló varias veces en el portero granota
Los verdiblancos hicieron 'clic'. Engranajes a punto en el campo y voces afinadas en la grada. Presión alta tras pérdida; combinaciones rápidas y búsqueda rápida de los talentos ofensivos. Señas de identidad. Sólo faltó la regularidad, porque el momento de lucidez local duró poquito. Un tiro raso de Aldasoro, fácil para Andrés Fernández, fue lo más reseñable. El Levante estaba bien plantado. Tenía cositas. Y llevaba peligro. Un tiro al palo largo de Lozano puso en aprietos al equipo verdiblanco.
El Racing necesitaba encontrar, al menos, ese espacio, ese ritmo, para el intercambio de golpes. Ese rocánrol que le gusta tanto a José Alberto. Jam session. Los montañeses respondieron en una acción de Lago Junior por la izquierda. El pase horizontal del costamarfileño llegó a Íñigo Vicente. El de Derio intentó su rosquita mágica al poste contrario. No le salió. Cómoda para el meta.
Empieza el pin, pan, pun
Ahora sí, empezó el pin, pan, pun. Bocadillo de atún. En un área, Dani Gómez. Duro, la pegó ajustada al palo, abajo, y Ezkieta respondió bien para detener el lanzamiento. Ojo a la que desperdició el Racing acto seguido en el otro lado del campo. Peque sacó de la chistera un fantástico pase a la espalda de la defensa. Perfecto para la carrera de Lago Junior. El africano, ni decidió ni ejecutó bien. No disparó con la izquierda, optó por caracolear, encontró hueco con la diestra, donde también tenía pase para Arana, mas su tiro se marchó fuera.
Turno de nuevo en territorio racinguista. Brugué lo intentó con un zambombazo desde más allá de la frontal, que Ezkieta despejó con acierto en su larga estirada. Ya saben lo que viene ahora, ¿no? Al Racing le costó encontrar su momento. Arana remató de cabeza en el primer palo un centro desde la izquierda de Mario García. Los verdiblancos se saltaron el orden de los turnos. Otra clarísima para Lago Junior. Íñigo Vicente encontró al extremo entre centrales. Este bajó la pelota con el pecho y remató según caía. Abajo. Colocado. Pero Andrés Fernández estuvo fino para lanzarse y desbaratar la oportunidad.
De porteros iba la película, porque los atacantes no tenían su tarde. Le tocaba a los granotas. Ezkieta se hizo enorme, pecho hinchado, para tapar el hueco al disparo de Dani Gómez. A los puntos, estaba la cosa bastante igualada a esas alturas, ya cerquita del descanso, que fue lo siguiente que aconteció. Contendientes, a sus esquinas.
Con el Nordeste a favor, el Racing arrancó la segunda mitad, pero la primera opción iba a ser para los visitantes. Íñigo Vicente le dejó una patata caliente, atrás, a Grenier. Al galo, el rival que tenía en la chepa colgado le llevó el balón y Dani Gómez acabó por disparar para volver a encontrarse con Ezkieta. Arana y Andrés Fernández protagonizaron, en la zona Sur, otra similar.
Cambios
Dos de las novedades en el once las deshizo José Alberto en el minuto 55. Mboula e Iván Morante sustituyeron a Lago Junior y Grenier. Justo en el momento en que Íñigo Vicente intentó ser de nuevo Íñigo Vicente. En la Curva Nando Yosu, una pancarta: 'Honor a aquel que llore por este escudo'. Robó en la medular uno de esos balones que le gustan. Huérfano. Al descuido. El arte del carterismo. Con una pista de aeropuerto por delante para correr. Llegó hasta el balcón, pero su tiro, en el intento de ubicarla al milímetro, se marchó junto al palo, pero por fuera.
Por si no había sido suficiente, llegó la más clara todavía. Esta vez Íñigo Vicente optó por ceder la responsabilidad a un compañero. Y Arana, con prácticamente todo a favor –es verdad que el balón le pilló bastante encima y no pudo darle recorrido a la pierna–, la pegó centrada y al muñeco, que ya estaba batido.
Y dale que te pego. El equipo cántabro se había hecho dueño del partido. El problema era que... Que no. Una buena combinación en área rival dejó a Mboula solo en el primer palo. El catalán remató de primeras, de exterior, al meñique. Sin duda, la mejor opción. Pero se pasó de fuerza y el balón se marchó fuera. Que no, no insistas. Pero como este equipo no acepta un 'no' por respuesta, Arana encontró otra vez el mismo destino. Disparo al portero.
Tampoco es que estuviese para muchos homenajes un Levante que, a pesar del paso atrás, alguna vez lograba llegar. Y Kochorashvili, a la media vuelta, estuvo a punto de pinchar el balón contra el pico de la cruceta. Y así, amiguitos, habían transcurrido ya más de setenta minutos de partido y el Racing era incapaz de romper un empate que le servía más bien de poco. Ni tirando de repertorio, porque también probó con lo de las contras y, ni tres para dos ni dos para uno. Ambas, al garete.
El tercer cambio verdiblanco llegó por obligación. Rubén Alves, tras una fantástica carrera en la que desbarató una ocasión rival, terminó tieso. Tuvo que entrar Germán Sánchez en su lugar. Y ya, para aprovechar la ventana, José Alberto reemplazó a Arana por Roko Baturina. La acumulación de sucesos cortaron el ritmo de producción verdiblanco. De hecho, fue el Levante el que estuvo a punto de marcar en un centro de Carlos Álvarez que hizo el 'pinball' en la maraña de piernas antes de irse cerca del poste.
La frustración parecía haber hecho mella definitiva en los futbolistas verdiblancos. Las tensas respuestas de Marco Sangalli y Mboula a las indicaciones de su entrenador eran la viva imagen de la desesperación. E Íñigo Vicente parecía canalizar todas las ambiciones racinguistas, pero con cero dosis de acierto y el depósito de la gasolina ya en reserva. «Ahora más que nunca, Racing Santander», cantaban desde la grada, viendo que el partido se moría. Y como nadie hizo nada por remediarlo, dejó de latir.
El empate mantiene al equipo cántabro, a falta de lo que suceda en los partidos de hoy de sus rivales, fuera de los puestos de fase de ascenso. Si la fortuna es benévola, los verdiblancos quizá se puedan mantener no muy lejos de la pelea. Cuando los futbolistas recibían el calor de La Gradona, en el palco Sebastián Ceria botaba tímidamente al ritmo del 'Una ilusión nos persigue'. Así, con media sonrisa. Parece que sabe cosas. Es un tipo optimista. Y, viniendo de donde venimos, ¿por qué dejar de serlo?
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