Los tres máximos goleadores de Segunda visten de verdiblanco
Jeremy, Andrés y Villalibre lideran la tabla de artilleros, algo que nunca antes había ocurrido en el Racing
La Trinidad se viste de verdiblanco. Tres nombres, tres maneras distintas de entender el gol y un mismo escudo latiendo al ritmo de El Sardinero. Jeremy, Andrés Martín y Villalibre. Siete, seis y seis tantos, respectivamente. Nunca antes los tres máximos goleadores de Segunda habían sido del Racing. Hasta ahora. El sábado, ante el Mirandés, Jeremy y el 'Búfalo' volvieron a marcar. Fue algo más que una victoria frente un rival ante el que se buscaba revancha, fue la confirmación de un fenómeno. El Racing no solo gana partidos, es que también los interpreta con una naturalidad ofensiva que asombra. Los atacantes se entienden sin estorbarse, se complementan.
A Jeremy últimamente le posee el espíritu de Ronaldo Nazario cada vez que salta al campo y ataca los espacios moviéndose con una zancada eléctrica; Andrés Martín crea juego casi sin querer y mete el balón donde nadie lo espera, y Villalibre impone su cuerpo y su calma. Juntos han convertido cada ataque en una pequeña coreografía que hace las delicias del racinguismo.
El dato lo explica mejor que cualquier adjetivo: el Racing lleva 27 goles en once jornadas. La temporada pasada terminó con 65. Si los de José Alberto son capaces de mantener este ritmo, el equipo podría alcanzar los 95 al final del curso. Una cifra de videojuego. Una barbaridad. Ningún otro conjunto de Segunda tiene semejante pegada. Falta pulir la defensa, sí, pero con esta delantera el sueño del ascenso cada vez parece estar un poco más cerca.
Jeremy, además, vive su propio momento de despegue. En Ecuador lo siguen con atención e incluso podría llegarle la llamada de la selección absoluta después de haber pasado por la sub 20 en el Campeonato Sudamericano.
La temporada pasada apenas gozó de protagonismo en el Racing. Solo 152 minutos. Muchos de ellos ni siquiera como delantero. Pero este curso su irrupción ha sido la revelación en estas once jornadas. Y eso que estuvo a punto de salir cedido en verano, pero la lesión de Arana y el hecho de que no llegase un delantero más que sumar a la incorporación de Villalibre, hicieron que el canterano se quedase en el equipo. Menos mal.
El gol se ha convertido ya en una costumbre en el Racing. La grada lo sabe y lo celebra con una mezcla de asombro y gratitud. Lo que hace años era una carencia hoy es una seña de identidad.