El gran día para el Bathco

«Estoy un poco nervioso. Es normal», reconocía ayer Simon Hafoka, el entrenador de los santanderinos. Tras una semana de lo más tranquila en cuanto a entrenamientos, el equipo llega al campo de El Pantano, en Villajoyosa, «con confianza». Pero también con respeto hacia todo un equipo de División de Honor –fue penúltimo en esta pasada temporada–. «Es que ellos juegan muy bien. Si tienen su día...».

Hafoka pudo sacar muchas conclusiones sobre los de Villajoyosa del encuentro de hace una semana en el feudo santanderino. «Sus alas son muy rápidos. Y es un equipo que mueve bien el balón. Temo a que fallemos en un placaje». Sin embargo, en cuanto el Bathco contuvo el primer arreón de La Vila y aumentó un par de marchas, el equipo cántabro anuló a los alicantinos. Los verdinegros, con gente más grande, percutían con mayor dureza en ataque. «No sé si es que somos más grandes o que estamos más en forma», señala el preparador neozelandés del Bathco. A todas luces se vio que el mes y medio que llevaba de parón La Vila esperando rival pesó más –en lo negativo– que el mayor castigo físico que llevaba el Bathco tras los 22 partidos de temporada y los otros seis de fase de ascenso.

Hafoka firmaría con los ojos cerrados «un partido como el del pasado domingo». Pero como espera que La Vila salga a bloque en ataque, la consigna para hoy a sus jugadores es la de «defensa, defensa y más defensa. Tenemos que defender como nunca. Y que Balta Taibo tenga su día a la hora de patear a palos. Y con eso, ya está», señala entre risas.

Esos ingredientes permitirían al Bathco cumplir un sueño. Y al rugby cántabro lograr un hito. Santander se pondría al nivel de la todopoderosa Valladolid en el deporte oval patrio, con dos equipos en la máxima categoría. Para que eso suceda, habrá que esperar a eso de la una y media de la tarde. Los últimos 80 minutos de la temporada pueden ser los más bonitos en la historia de un equipo santanderino de rugby.