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Pablo Criado, durante uno de los entrenamientos simulando, en la medida de lo posible, las condiciones de superficie y carga. Alberto Aja
Ultratrail

Criado se reinventa en el Polo Norte

El cántabro disputará el lunes la Yukon Ultra Arctic, una carrera de 166 kilómetros a 35 grados bajo cero | La prueba, «una aventura distinta», recorre a pie la zona más extrema de Canadá, incluida en el Círculo Polar Ártico, sin apenas asistencia y con su propio material a cuestas

Marcos Menocal

Santander

Sábado, 2 de febrero 2019, 07:51

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«Existen dos formas de vivir la vida: Siendo tu protagonista de las cosas o que te las cuenten». A Pablo Criado el último modo de ver pasar el tiempo no va con él. Este cántabro, uno de los corredores de ultratrail más importantes y conocidos de Europa, se reinventa a sí mismo el próximo lunes (10.30 horas, en Canadá). Después de superar las cordilleras europeas -Los Alpes, Pirineos...-, completar retos de más de una semana de carrera por las montañas e, incluso, hacer podio en algunas de las competiciones más importantes del mundo (Tor des Geants) esta vez se las verá con el frío del Polo Norte. El lunes arrancará junto a un centenar de 'aventureros' -cuatro de ellos españoles- una de sus apuestas más místicas y extremas: Yukon Arctic Ultra. Se trata de una competición que «va más allá y que significa más una aventura que una carrera propiamente dicha», señala el cántabro.

Se enfrentará a una travesía en autosuficiencia a través del Yukon, -una zona de Canadá incluida en el Círculo Polar Ártico- de cien millas (algo más de 166 kilómetros) en las que se esperan temperaturas de cuarenta grados bajo cero. «Es algo distinto. Vamos por senderos que originariamente eran para trineos tirados por perros, pero que un día se le ocurrió a alguien hacerlo corriendo», bromea el cántabro. Para Criado es «una experiencia distinta». Quiere probar. Tiene tablas en todo lo que supone la montaña, pero lo que le espera escapa de todo lo que hizo antes. «He estado en Siberia corriendo un maratón, en Los Alpes en invierno, pero en Yukom todo es extremo».

Criado tendrá que afrontar situaciones tan banales como encender un hornillo. Algo que aparentemente es un acto sencillo, cuando en el ambiente el termómetro no supera los 35 grados bajo cero se convierte en una trampa. «Hay que superar esas situaciones. No sé cómo funcionará mi cuerpo ante ese frío pero si no no comes», explica.

«Cada participante lleva una baliza de reconocimiento y una señal de ayuda por si acaso»

En esta 'locura' apenas hay asistencia. La organización obliga a unas serie de normas de estricto cumplimiento «para garantizar un posible rescate en caso de que la situación se complique más de la cuenta». La zona del Yukon está en su mayor parte deshabitada. Se atraviesa una parte de Canadá donde acudir hasta allí requiere un esfuerzo muy grande. «Cada participante lleva una baliza de reconocimiento y un pulsador que activa en caso de que no pueda más, surja algún imprevisto o simplemente decida retirarse», señala Criado. Ahora bien, hay que ser consciente de que no se trata de una carrera en una montaña de un valle de Los Pirineos. «Es posible que se pueda tardar entre tres y cuatro horas en una moto de nieve en rescatarte. Los peligros son evidentes». En ediciones anteriores el frío hizo estragos; varios participantes sufrieron amputaciones por congelación. «Hay que saber lo que se hace. Vengo a probar. No voy a arriesgar más de la cuenta. Mi intención era hacer la distancia de las 300 millas, pero lo más sensato es empezar poco a poco». Para él esta última expresión significa correr por nieve arrastrando su propio material «alrededor de 35 horas», que es lo que espera tardar en cumplir esta hazaña.

«Hay dos formas de vivir: ser protagonista de las cosas o que te las cuenten. Me gusta la primera»

«Quiero descubrirme a mí mismo. Sé que lo que hago puede parecer una locura, pero ya digo que es pasión y una manera de disfrutar de la vida», admite este aventurero de vocación. El Yukon canadiense está a un paso del Polo Norte. Con eso se dice todo. «Voy a correr con auroras boreales encima, eso es algo impresionante. Ya sé que puedo verlas en un hotel al calor de la chimenea, pero...». Al cántabro no le encaja esto último.

Unas mínimas garantías

El material que arrastrará está testado; cazadoras con 400 gramos de plumas, botas, guantes, cascos, gorros, gafas... «Hay que acertar; si te pasas con la ropa y el sudor se congela dentro puedes tener un problema». Se trata de tener ropa de recambio en todo momento: «Es clave tener zapatillas secas, calcetines nuevos para cambiarse al menor síntoma». De comida, obviamente, aquello que no se congele. Alimentos liofilizados, energéticos, dulces con bastante azúcar e hipocalóricos. «Las asistencias son mínimas. Agua caliente y poco más», indica.

La cita canadiense se englobaba dentro del circuito 'Five legends', que comprendía cinco de las carreras más duras del mundo, que Pablo Criado decidió completar en 2019. Ya cumplió con la Spine Race (Gran Bretaña) y la Transpyrennea, que une el Mar Mediterráneo y el Cántabrico. El circuito fue suspendido por motivos organizativos, pero a Criado no le importó. «Estaba inscrito y es una oportunidad», sentencia. Lleva una semana aclimatándose al frío polar. El miércoles por la mañana espera contar su historia.

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