El Desafío Cantabria calienta ya motores en San Vicente de la Barquera

La competición ha logrado, en sus apenas seis años de vida, situarse entre las más importantes de España dentro de la categoría de las ultras, por eso en esta edición cuenta con el reconocimiento de la Federación Cántabra de Deportes de Escalada y Montañismo, albergando el Campeonato de Cantabria, además de estar certificada por la ITRA (International Trail Running Association), siendo puntuable con cuatro puntos para la próxima edición de la Ultra del Mont Blanc.

El plazo de inscripción para las tres disciplinas se cerrará en los proximos días. La singularidad del Desafío Cantabria consiste en unir el mar con la montaña, lo cual le confiere un carácter único en la región. La prueba tiene su inicio a media noche del viernes 4 de octubre, desde el puerto deportivo de San Vicente de la Barquera, en el Parque Natural de Oyambre, y finaliza a lo largo de la siguiente jornada en Espinama, en el Parque Nacional de los Picos de Europa, tras recorrer paisajes irrepetibles del litoral, de la media y alta montaña.

Además, auna la diversidad de los escenarios de su trazado con distintos terrenos, que van creciendo en dificultad, desde lo senderos sencillos hasta las rampas rocosas de gran desnivel.

La ultra es una prueba solo apta para corredores que cuenten con un gran nivel físico y técnico, así como una gran capacidad de sacrificio, ya que deben de recorrer en menos de 22 horas los 89 kilómetros de distancia con 13.000 metros de desnivel acumulado. Una de las novedades en esta edición es la posibilidad de inscribirse por parejas.

El Desafío Cantabria cuenta también con el trail o la también conocida como medio desafío, la carrera que parte a la misma hora y desde el mismo punto que la ultra pero que tiene la meta en Cicera (Peñarrubia), por lo que se trata de una carrera totalmente nocturna de 33 kilómetros de distancia, con 3.100 metros de desnivel acumulado, que se debe de realizar en un tiempo máximo de 6,30 horas.

Además los organizadores continuarán en este año con la positiva experiencia que se puso en marcha el pasado año de la marcha nocturna para andarines, una iniciativa que ha logrado que el evento deportivo sume muchos aficionados que no pueden llegar a las exigentes condiciones de la ultra o el trail. Sin embargo, esta modalidad de menor recorrido les permite disfrutar del extraordinario ambiente de estas pruebas en una marcha en la que también saldrán junto al resto de los corredores. Tras compartir los primeros metros realizarán su recorrido por la atractiva senda fluvial del Nansa, con meta en Cades (Herrerías), lo que supone una distancia de 24 kilómetros y 940 metros de desnivel.

Un evento de moda que además del esfuerzo de preparar el recorrido supone la dificultad de garantizar la seguridad de los competidores y el abastecimiento para toda la competición deportiva.