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Imagen de esta mañana de la estación cántabra de Alto Campoo. ESTACIÓN DE ESQUÍ Y MONTAÑA ALTO CAMPOO
Quince consejos para disfrutar con seguridad del monte en invierno

Quince consejos para disfrutar con seguridad del monte en invierno

Las preguntas que debe hacerse en casa antes de lanzarse a hacer una ruta

Óscar Gogorza

Miércoles, 4 de diciembre 2019, 14:57

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De un tiempo a esta parte, la impaciencia saluda las primeras nevadas de la temporada: el blanco esconde los colores del otoño y arrancan las primeras peregrinaciones invernales. Da lo mismo que el destino sea las cimas de Alto Campoo, el entorno de Lunada o de Picos de Europa. El caso es que se rebusca en los armarios para desempolvar botas, chaquetas, crampones, guantes y a menudo se olvida que el invierno exige, si cabe, un grado mayor de compromiso y comprensión del medio para disfrutar plenamente de cada salida… con seguridad. Y aquí hablamos de salidas en las que no se precisa el uso de cuerda, ni escalar: tan solo caminar o desplazarse con esquís de montaña.

Antes de enfrentarse a la montaña invernal cabe hacerse, en casa, un puñado de preguntas que debemos responder prioritariamente. Si nos ceñimos a la orografía más cercana a nuestra comunidad, podemos proponer una serie de consejos para disfrutar sin traumas nuestras salidas.

  1. Salidas hasta 1.500 metros

Estamos en un terreno de baja montaña, pero en determinados momentos del invierno podemos encontrar un manto de nieve generoso y condiciones que se acercan bastante a las que se pueden vivir en media y alta montaña. Subestimar este terreno cuando se presenta la nieve es el mayor de los errores que un montañero puede cometer. La nieve altera el escenario: los senderos trillados y obvios desaparecen al igual que las señales que indican el recorrido y, en consecuencia, la orientación se complica, los obstáculos y trampas del terreno quedan disimulados. Aquí, la baja visibilidad o la niebla pueden despistarnos absolutamente… perderse suele ser el peligro principal en estos casos, razón por la que no disponer de conocimientos y medios para orientarse puede ser imperdonable.

En estos escenarios, resulta complicado encontrar riesgo de aludes o pendientes sumamente heladas que obliguen a emplearse a fondo con los crampones… pero en absoluto es imposible verse sorprendido por pequeños aludes de fondo o pendientes totalmente heladas que nos sorprendan.

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  1. Salidas a partir de 1.500 metros

El terreno de media montaña discurre entre los 1.500 y los 2.500 metros de altitud, aproximadamente, mientras que por encima de los 2.500 metros de altitud entramos en terreno de alta montaña. El aislamiento aquí se hace sentir e influye mucho en el compromiso que adquirimos en nuestras salidas. Las dimensiones cambian, la orografía se complica, los rescates se hacen más difíciles… y conocer el medio en el que nos movemos es un factor crítico para evitar accidentes.

Aquí, nuestro equipamiento ha de ser adecuado a la actividad y a los tiempos que corren: ya hace tiempo que existen prendas adecuadas para las actividades de montaña, así que ir de 'cualquier manera' solo nos incomodará y penalizará en caso de mal tiempo. A diferencia de la baja montaña, donde perderse puede ser el mayor problema que suframos, en este terreno pirenaico y de Picos de Europa los peligros de aludes se suceden como parte del escenario: placas de viento, aludes de fondo a principio, mitad del invierno (sí, gracias al cambio climático y las oscilaciones brutales de temperatura) y final de temporada. Aquí, los esquiadores han de ser conscientes del alto nivel de conocimientos nivológicos y técnicos que precisan atesorar para no correr riesgos innecesarios. Se impone un equipamiento intachable: al margen de piolet y crampones, los esquiadores siempre deberían llevar arva, pala y sonda, conocer los protocolos de actuación en caso de aludes, practicar con el arva, saber cuándo usar cuchillas, cuándo calzarse los crampones y llevar siempre casco. Según datos de los grupos de rescate del GREIM, fallecen más esquiadores por caídas en ascenso que a resultas de aludes.

Otro de los peligros recurrentes son los periodos anticiclónicos a principio de temporada, justo después de las primeras nevadas: el manto nivoso, trabajado por el sol y las bajas temperaturas nocturnas, convierten ciertas laderas en auténticas pistas de patinaje, un terreno que no perdona al que no sabe usar los crampones de forma adecuada. La anticipación, la prevención de ciertos riesgos, el conocimiento del medio y la renuncia son claves para evitar situaciones de riesgo.

15 CONSEJOS IMPRESCINDIBLES

1

Nunca solo: salir en compañía y dejar dicho dónde vamos.

2

El tiempo: salir con una buena previsión meteorológica es fundamental para evitar problemas ya en la montaña.

3

La nieve: saber cómo, dónde, cuánto y en qué orientaciones se ha acumulado la nieve al menos en la semana previa a nuestra salida. Lo mismo si el buen tiempo dura.

4

La ruta: escoger recorridos que se adapten a nuestro nivel físico y técnico. Mejor pecar de modestos.

5

Orientación: estudiar la ruta en un mapa y apoyarse siempre en brújula y GPS. Llevar siempre con nosotros estas tres herramientas.

6

Ojo con los tracks: los tracks grabados en condiciones estivales no tienen por qué ser la mejor opción invernal y pueden acarrear peligros.

7

Teléfono: llevar el móvil cargado o con batería externa. Una segunda forma de comunicación siempre será bienvenida.

8

Material: llevar siempre crampones y piolet, nunca lo uno sin lo otro. Conocer bien las técnicas de cramponaje y autodetención.

9

Ropa: llevar siempre tres capas de ropa, incluso cuatro: térmica, intermedia, cortavientos y plumífero ligero o chaqueta de fibra con alto poder calorífico.

10

Hidratación: el frío no invita a beber, pero un termo con una bebida caliente de nuestro gusto asegura nuestra hidratación.

11

Material adicional: un botiquín y una lámpara frontal siempre son bienvenidos, lo mismo que unos guantes de recambio.

12

Gafas: no olvidar gafas de sol y de ventisca para evitar problemas de visión.

13

Retirada a tiempo: saber darse la vuelta cuando sentimos que no controlamos ni el terreno ni sus condiciones.

14

Adecuarse a las circunstancias: que existan peligros de aludes anunciados no significa que no se pueda esquiar o caminar en alta montaña: tan solo hay que saber dónde dirigirse para no sufrir dichos peligros y contentarse con planes más modestos.

15

Formación: la ignorancia es temeraria y el miedo a lo desconocido solo se combate aprendiendo a entender y moverse en la montaña.

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