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A. Rademaker
La MODA: «Nuestro único objetivo es expresar la alegría que sentimos haciendo música»

La MODA: «Nuestro único objetivo es expresar la alegría que sentimos haciendo música»

La banda burgalesa actuará este domingo en Torrelavega, mientras últiman la gira actual y se preparan para hacer un alto y preparar nuevo disco

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Sábado, 10 de agosto 2019, 08:05

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El teléfono de David Ruiz, vocalista de La Maravillosa Orquesta del Alcohol, La MODA, no ofrece respuesta. La banda está ensayando y durante ese tiempo, los dispositivos móviles se callan para que la música sea quien manda. En un grupo de siete personas, casi la alineación de alguna variedad deportiva, también hay orden y disciplina. Después, sobre el escenario, los caballos se liberan. En su caso, es uno de los fuertes; la energía que los burgaleses despliegan en directo es fuego sonoro. Lo demostrarán en Torrelavega, el próximo domingo, llegada la medianoche.

-¿Son normales para ustedes los ensayos de cinco horas?

-Dedicamos bastante tiempo. Solemos quedar todas las semanas, ensayamos todos juntos y metemos muchas horas. Creemos que, aunque no sea lo más importante, forma parte de nuestro oficio.

-¿Y qué situaría como lo más importante?

-Las canciones

-Dice que quedan para esos ensayos, ¿dónde tienen su base?

-Está bien explicarlo: somos siete, cinco vivimos en Burgos y otros dos, Jacobo y Nacho vienen juntos desde Madrid. Intentamos dedicar tiempo a ensayar porque al gestionarnos nuestras propias cosas, desde mandar discos a las tiendas o revisar si la furgoneta tiene las ruedas hinchadas, podemos perder atención. Hay que obligarse a no perder ese tiempo y centrarlo en lo que realmente nos trajo aquí.

-En este tiempo, ¿han aprendido a delegar algunas de esas funciones?

-Lo hacemos todo nosotros con un pequeño grupo de gente de confianza, que es más una familia que una empresa. Empezamos haciendo el cien por cien, pero ya no. Nos dimos cuenta de que no podíamos tocar, componer, viajar y además terminar de estudiar, trabajar a media jornada…Mandamos unos 300 e-mails cuando comenzó todo, buscando managers. Luis, de Black Izar fue quien nos respondió y estamos con él desde entonces. La comunicación nos la lleva Pablo, de Promo Sin Fronteras y otro amigo desde los cuatro años se encarga del merchandising. Todos los grupos se tienen que dedicar a cosas que no son propiamente musicales, más en las nuevas generaciones que elegimos no dar las riendas a una discográfica.

-Se mantienen en la autoedición. ¿No se fían o quieren tener la última palabra?

-Sobre todo porque preferimos hacerlo nosotros mismos. Nos gusta construir las historias que tienen que ver con lo nuestro. Si no nos preocupamos nosotros mismos, nadie lo va a hacer. Es de sentido común. No tenemos ninguna fobia a las discográficas, pero somos muy nuestros y no nos vamos a entender con todo el mundo No nos sentimos mejor que nadie por elegir este camino. Cada caso es un mundo y no puedes saber lo que hay en la vida de un grupo. Quizá han tomado esa decisión porque era la única opción que tenían. No puedes valorar más a quien tiene mucho dinero y aún así quiere autoeditarse. Hablamos de nosotros y esto es lo que hemos elegido.

-¿Cree que ese sentido común que menciona escasea en la industria musical?

-Hay mucho engaño ahí también. La gente tiene ganas de poder vivir el sueño de subirse en la furgoneta e ir a tocar sus canciones. Eso es muy lícito, pero hay empresas detrás que forman la industria musical y ofrecen sus servicios. No puedes culpar a nadie por elegirlo. No creo que se pueda demonizar a todas ni santificarlas tampoco. Hay quien está por el dinero y quien está por amor a la música, como en todo, en cualquier profesión.

-Hábleme del momento contrario, del momento de volver a la furgoneta después de haber tocado sus canciones

-Es el mejor momento, si todo ha salido bien. Como que el equipo vuelve de jugar bien. Hay hermandad y a veces es un caos. Si no hay concierto al día siguiente, sobre todo, porque nos desperdigamos o regresamos en momentos distintos, pero es bonito. Acabas el concierto, hay que hablar, hay mucha gente y de pronto vuelves a ese espacio y te reencuentras.

-¿Han conseguido asumir el ritmo que implica su notoriedad creciente?

-Tampoco le damos importancia. Llevamos ocho años y medio en esto, pero nunca sabes lo que puede pasar. No pensamos mucho a largo plazo. Estamos viviéndolo, tratando de hacerlo bien y disfrutando con los pies en el suelo. Podríamos buscarnos otra forma de ganarnos la vida y quizá tengamos que hacerlo más adelante, pero ahora estamos aquí.

-Publicaron de pronto dos canciones. ¿Era una forma de quitarse las ganas?

-Se nos ocurrieron y nos apetecía editarlas. Ser permeables a los tiempos sin cambiar nuestra identidad por modas o circunstancias. Aprovecharnos de los que nos ofrece el momento. Sacar partido a la inmediatez. Muchas bandas sacan canciones sueltas, sin estar sujetos a discos completos. Eran dos canciones que no tenían que ver entre sí y han funcionado muy bien. 'Colectivo Nostalgia', de hecho ha sido uno de los puntos en concierto y estamos muy contentos con el trabajo de Raúl Refree como productor.

-En realidad es volver al método de las píldoras que era normal décadas atrás

-Sí, pero preferimos lo del disco y más que siete cortometrajes, meternos en una película completa.

-¿Ya trabajan en esa historia completa?

-Sí, ahí estamos. Mirando para el año que viene, parar un poco y preparar el disco nuevo.

-¿Metieron instrumentos propios del folclore castellano como reivindicación?

-Ha sido algo más espontáneo, fruto del contexto donde vivimos. Si fuera de otra zona, quizá sería otro sonido. Llegó a través de Diego Galaz la idea de meter el pandero cuadrado típico de Salamanca, por ejemplo. No tenemos muchas pretensiones de reivindicar, si funciona y nos llega dentro pues contamos con ello. Tienes más posibilidad de incluir algo cercano.

-¿Y con las letras buscan reivindicar algo?

-Tampoco. No queremos enseñar a nadie. Nuestro único objetivo es expresarnos. Transmitir la alegría que sentimos haciendo música.

-Hicieron una pequeña gira por lugares despoblados de su provincia. ¿Cuál fue el resultado?

-Una experiencia de las mejores que hemos vivido con el grupo. Emocionante. No deja de ser un granito de arena en una playa que hay que llenar como sea. Son cuatro conciertos aislados que no cambian nada, pero al menos en esa hora y media se veían cosas muy bonitas. Y creemos que es una idea que se puede desarrollar y las instituciones deberían estar alerta de lo que funciona, promover conciertos en el medio rural, en lugares poco usuales, aprovechando los sitios tan bonitos que hay en toda España. No hace falta ser muy listo. Ojalá lo volvamos a hacer y más gente lo haga también.

-Como contrapunto, se fueron a Colombia y encontraron un público entregado tan lejos de casa

-Fue muy emocionante. No te lo crees. En la prueba de sonido estábamos alucinando. Era un festival enorme, con bandas que hemos escuchado desde que éramos pequeños. No quiere decir que no seas consciente del trabajo y el esfuerzo, pero a veces no sabes por qué te ha pasado a ti. Disfrutamos como niños.

-¿Por qué eligió tatuarse a Johnny Cash?

-Musicalmente me marcó mucho cuando lo escuché. La voz, lo que transmitía, no se parecía a otros. A mí me han enseñado que hay que transmitir, que debe haber sentimiento. También hay muchas cosas que no llevo tatuadas pero son más importantes.

-¿Qué canción suya elegiría?

-No lo sé. Creo que escogería el disco de la prisión de Folson.

-¿Cuál es su salvavidas a diario?

-Pues es difícil la pregunta. En el fondo ciertas personas y ciertas canciones.

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