«Preferimos que nos llamen por nuestro trabajo a contactar con un productor a puerta fría»
La banda valenciana Santero y Los Muchachos actúa este viernes en Escenario Santander dentro de la gira de presentación 'Una Noche en Les Arts'
El rock reposado que ha definido a Santero y Los Muchachos desde aquel primer EP, inaccesible en plataformas digitales, volverá a sonar este viernes en ... Santander. Será el último concierto de la gira «con este guion y nuestra barra de bar sobre el escenario», como apunta su frontman, Miguel Ángel Escrivá, un motivo más —si hacía falta alguno— para no perderse a estos cinco tipos en directo. Con un nuevo disco previsto para 2026, el grupo continúa explorando la vida, la calle y ese pulso compartido que se enciende cada vez que pisan el escenario.
-Cada vez que vuelven a Santander, y eso es cada dos años, lo hacen a un escenario un poco más grande. De Tabacalera (2021) a la Sala Sümmum (2023), y ahora Escenario Santander. ¿Mantendrán el mismo formato eléctrico con banda al completo, o habrá cambios?
Mismo formato. Santero y Los Muchachos se compone de 'tres + dos', es decir, el núcleo duro somos Josemán y yo como Santero, y luego tenemos a Soni Artal (guitarra), Pau García (teclados) y Javi Escrivá (batería) como muchachos. Siempre vamos con ellos.
-Ponen casi punto y final a más de treinta conciertos en los que el leitmotiv común ha sido recrear Una noche en Les Arts (2024). Primer disco de su discografía grabado en directo. ¿Tenía que ser en casa?
Sí, porque a raíz de tener la oportunidad de tocar en aquel lugar fue cuando se nos encendió la bombilla. Es un sitio maravilloso —el Palau de les Arts Reina Sofía, en Valencia—, realmente planteado para la música acústica y/o de cámara o clásica, aunque se hayan ido haciendo y adaptando conciertos eléctricos. Nosotros llegamos allí para ponernos a prueba a nosotros mismos y a nuestro público. Nos gusta mucho el calor que nos da el público en las canciones, y decidimos inmortalizarlo. Y con aquella excusa, un disco y una gira.
¿Los escenarios revelan nuevos matices de las canciones?
Claro, las canciones toman dimensiones diferentes. Cuando la gente nos pregunta qué vamos a ofrecer al público, solemos decir que la diferencia la marcan ellos, ¿no? Ellos y los escenarios. Nuestro repertorio es el mismo, aunque podamos variar algún tema, así que es la gente la que marca la diferencia. Ese día, evidentemente, se recogió mucha energía.
-Si los escenarios transforman la música, entonces 'València' es un ejemplo. Un tema grabado con la Jove Banda Sinfónica de la Comunidad Valenciana en homenaje a las Fallas. ¿Qué significó para la banda trasladar la vitalidad de la calle a un formato tan colectivo?
Pues eso fue que recién azotados por la Dana, nos metimos un poco en camisa de once varas. Si nos hubieran planteado hacer una especie de himno antes, nos hubiera quedado muy grande; en esta ocasión nos quedó grande igualmente, pero estuvimos motivados por el estímulo y sensibilizados por la ocasión. Nos sentimos más valencianos que nunca y decidimos enfrentarnos a aquello. Componer un tema de ese estilo, con músicos de pasacalles y de clásica, donde además escribimos todos los arreglos, fue un reto. Hubo momentos realmente vertiginosos, porque no habíamos estudiado para eso, pero lo pudimos llevar a cabo por una cuestión de sensibilidad y ganas. El mismo director de orquesta, cuando le dimos los arreglos, nos dijo: «¿vosotros sabéis que la gente estudia para esto?».
-Un estímulo como pocos. Claro. Para una banda de rock hablar de himnos es una cosa que repele, ¿no?
Pero en esta ocasión, todavía con los coletazos y el pálpito del dolor de lo que sucedió y que seguimos recordando, pensamos que por qué no hacer una canción así, en la que a pesar de hablar de algo tan tradicional como las Fallas, hay un pequeño homenaje al sentimiento de ser valenciano.
-'Octubre' es un tema que nació para celebrar y recordar la vida, pero con las inundaciones de la DANA quizá haya adquirido otro sentido. «Nada nos llevó nunca tan lejos, de nuestro barro hasta las nubes».
Fíjate, parece hasta una broma de mal gusto, ¿no? Es maravilloso cómo las canciones toman también derroteros inesperados, y cómo la gente las escucha a su manera. Como dices, habla de la vida, de un nacimiento, pero sucedió lo que sucedió y la conduje hacia allí. En los directos se la dedico a los que también celebraron su vida y ahora ya no están.
-Se encuentran grabando su próximo álbum de estudio, previsto para 2026, del que ya han adelantado el single 'Muros'. Le han tomado el pulso a las calles.
(Ríe). Bueno, más bien no le hemos tomado el pulso a otras cosas. De repente, tras Royal Cantina (2022), hay un vaciado importante con tres discos. Teníamos esta idea desde hacía tiempo, y ha sido el mejor momento para llevarla a cabo, porque es una canción que se quedó rebotando después del último disco que te comentaba. Esta vez, para ganar tiempo y seguir terminando el trabajo que estamos haciendo, decidimos ir para delante con ella. Nos dedicamos a hacer fotos a pie de calle, a bajar fotos de internet, y básicamente a transcribir literalmente lo que la gente escribe en las paredes. Tratar de componer de otra manera diferente ha sido un reto importante, pero también ha sido una manera de seguir divirtiéndonos con la música.
-¿Hubo descartes?
Hubo muchas frases que no cupieron, algunas bonitas y otras más combativas. Imagínate tener que resumir o decidir sobre tantas frases, con la elocuencia y sensibilidad de la gente… Fue difícil, pero sí; también hubo muchas, incluso de risa, que evidentemente no quisimos apuntar.
-Vuelven a contar con Manuel Tomás para mezclar las canciones. Con él llevan trabajando desde el principio de su carrera. Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?
Así es. Desde el primer EP, que ni siquiera está publicado, ya lo hicimos con él. Forma parte del estilo de la banda. Llevamos un año o dos dándole vueltas al hecho de ser producidos, pero finalmente no ha surgido. Como cualquiera que quiera ser conquistado, somos más de que llamen a nuestra puerta porque guste lo que hacemos que llamar a puerta fría a un productor que a lo mejor ni siquiera nos conoce. Entonces hemos estado esperando. ¿Que no ha sucedido? Pues seguimos los que estamos.
-Se corre un riesgo muy grande.
Totalmente. Siempre comentamos que, como grupo, nunca puedes acudir a un sitio donde contrastar bien cuál es la aportación de un productor. Es decir, ¿las maquetas llegan a su estudio y él las transforma? ¿Dónde puedes ver qué ha hecho cada productor en cada trabajo? Desde aquí lanzo una petición a los productores para que expongan cuál es su aportación real, que desde luego no está en duda, pero no sabemos cuánto hay de una banda y cuánto hay de un productor.
-Es ahí cuando entran en juego las referencias amigas.
Claro, lo que funciona es que te cuenten: «pues mira, éste hizo esto, le dio una vuelta inesperada». Como te digo, nosotros en esto estamos siempre muy perdidos. Es un 'doble o mitad'; o pierdes mucho, o ganas muchísimo.
-Con el nuevo disco en camino y una gira que se despide en Santander, ¿qué podemos esperar de Santero y Los Muchachos en los próximos meses?
Pues mira, el concierto de este viernes en Santander será el último bolo de sala con este guion, con nuestra barra de bar en el escenario y todo lo que estábamos haciendo de noventa minutos, aproximadamente. Con lo cual, lo esperamos con muchas ganas porque lo pasamos muy bien en esa gira. Lo que ha venido después han sido todo conciertos diferentes, festivales, conciertos más cortos, plazas… recintos donde buscábamos más público que el nuestro habitual. Los conciertos en sala son polvo con conocido, ¿no? Se disfruta un montón. Vamos con las ganas de no haber tocado desde hace mucho y además con el matiz de que es el último de este disco y de esta manera. Así que eso es lo que hay. Y siempre expectantes también de ver qué nos da el público, como te decía, a ver si ellos marcan la diferencia respecto al último o incluso respecto a otras ciudades.
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