«El flamenco sobrevive pese a que las discográficas no valoran el talento»
La cantaora Mayte Martín presenta hoy en el Casyc el espectáculo 'Memento', un homenaje a las grandes figuras del género «que venero»
«Jamás encontré un término que defina mejor mi relación con el flamenco, que denomine de forma tan certera este motor que me impulsa a rendir culto al pasado, ese respeto religioso que profeso al flamenco y a quienes han hecho de él ese tesoro que venero». La cantaora Mayte Martín (Barcelona, 1965) ofrece hoy en el escenario del Casyc su espectáculo 'Memento', un recital de flamenco clásico que también es una declaración de intenciones de una pionera y una música que ha sabido vivir de su arte sin perder un ápice de libertad. La también compositora llega con el ciclo 'Excéntricos' y un concierto que se aplazó en junio a causa del covid. Lo hace con una gran seriedad y, sobre todo, con el máximo respeto de alguien que ha mamado el flamenco desde niña y que le debe su carrera profesional a los discos de Juanito Valderrama que su padre escuchaba en casa.
De 'Memento', la cantaora dice que se trata de una recreación de obras clásicas del flamenco. «Lo que más me hace gozar y disfrutar del arte es el poder actualizar las maneras de sonar de las cosas de siempre» y canta a los clásicos, sí «aunque naturalmente los paso por mi filtro. Les actualizo y doy a todas sus obras un sonido renovado», indica.
También asegura con orgullo que el flamenco sobrevive. «Y eso que tiene una gran resistencia a la contra. Como es el caso de las discográficas que hoy en día no apoyan el flamenco aunque haya una buena materia prima pues siempre encuentran una justificación para no comercializar». Por eso lamenta que el «talento» y el gran número de cantaores de calidad que trabajan en la actualidad «no se plasme en discos».
«El artista tiene que ser honesto y ofrecer verdad en el escenario, pero sobre todo debe ser leal a sí mismo»
Ella misma ha acudido en sus últimos trabajos a la autoedición y al crowfunding pese a estar considerada por su estética artística y su discurso, pionera y puntal del denominado 'flamenco catalán' y referente importante de la nueva hornada de jóvenes cantaores. Un género que también compatibiliza con los boleros y sus propias composiciones. Siempre ha ido por libre, en lo que se refiere a su trabajo y en su forma de vivir la vida. Labró su carrera en un mundo de hombres, sin dejarse amedrentar por los comentarios a sus espaldas sobre su raza o sexualidad. Pese a ello es una de las cantaoras más respetadas y con un gran número de premios que así lo avala. «Me he preguntado muchas veces que obstáculos me hubiese encontrado sin todas esas circunstancias. Creo que lo más importante es que nunca me he doblegado. Siempre he tenido muy claro lo que quería hacer y cuál era mi meta. Y todo ello se fundamenta en una gran honestidad artística y personal por mi parte», comenta. Y, pese a no haberlo tenido nada fácil, afirma «que siento que he encontrado el sitio que soñaba sin hacer nada que no quería hacer».
Esa libertad la sigue también a la hora de elegir los repertorios de sus espectáculos como en el caso de 'Memento'. «No pienso en lo que le puede gustar más o menos al público. Creo en la honestidad del artista y que tiene que ser verdad en el escenario. Pero también tiene que ser leal a sí mismo y ofrecer su versión más pura y más auténtica aunque a algunos no les guste». Y al hilo de esto pregunta: «¿Qué sentido tiene dedicarte al arte si no puedes ser tu mismo».
Si se le pide que defina el flamenco lo tiene muy claro. «No es una sola cosa. Es fuerza y también delicadeza. Es sensibilidad y también es pasión. Si tuviera que explicarlo de una forma más concreta y en mayúsculas lo definiría con un nombre propio que es Pastora Pavón, la Niña de los Peines».
En cuanto al covid y sus consecuencias en el trabajo, lamenta el panorama global más que el personal. «Hay muchos compañeros que lo están pasando muy mal y yo no debería quejarme en comparación con lo que ellos están sufriendo. Claro que he perdido conciertos, pero me angustia más verlos a ellos».
Y con respecto a otros proyectos personales y la posibilidad de sacar un nuevo trabajo con sus composiciones afirma que no lo contempla a pesar de contar con mucho material. «Tampoco es el mejor momento. Yo autoproduzco mis discos y ahora mismo no están las cosas como para invertir económicamente. Estamos viviendo una situación pésima y los ánimos no están para meterse en un estudio. Grabar un disco es un momento tan duro como bello y una vivencia que se tiene que hacer en un momento en el que tengamos otro tipo de energías».
