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Sniace ha retomado la actividad en Viscocel hace escasas semanas y espera consolidarse en el próximo mes. Luis Palomeque
El ácido afecta a una de las principales máquinas de la recuperada Viscocel

El ácido afecta a una de las principales máquinas de la recuperada Viscocel

Sniace reconoce un «problema de corrosión» en las hiladoras, asegura que ya «está resuelto» y que no ha afectado a la producción

Jesús Lastra

Torrelavega

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Miércoles, 10 de enero 2018, 07:29

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La reapertura por parte de Sniace de su planta de Viscocel en Torrelavega se ha topado con un contratiempo inesperado en una de las inversiones estrella en esta nueva etapa de la factoría. El acero que conforma las bancadas de las máquinas Chemtex, las hiladoras con las que la organización prevé producir fibra retardante, ha sucumbido al ácido que se utiliza durante el proceso de fabricación, lo que ha alterado la actividad en estas primeras semanas y ha obligado a reforzar el equipamiento con poliéster. La empresa, consultada por este periódico, admitió este martes un «problema de corrosión», aunque sostuvo que ya se ha resuelto y que no ha afectado a la producción.

El área en que se ha producido el percance, reconocido igualmente por fuentes sindicales, no es en absoluto baladí, pues estas hiladoras son el eje sobre el que Sniace quiere hacer pivotar el plan de viabilidad de la firma y que presentó a sus acreedores. Como ejemplo, en el citado documento no se contemplaban inversiones para el área de cogeneración ni en Celltech. En cambio, para Viscocel se recogía un desembolso de 7,4 millones con un «cambio sustancial en la sección de hilatura». El importe final ha rondado los diez millones.

El problema es que el 'chasis' de esa inversión se pudre en contacto con el baño, esto es, la mezcla que está en la máquina depositada y hecha a base de ácido sulfúrico. Según fuentes conocedoras del caso, el único acero que resiste esas condiciones abrasivas es la especificación Alloy, la de mayor calidad y, en consecuencia, precio más elevado. El asunto es que este material hubiese disparado el precio de la inversión contemplada en el citado plan de viabilidad.

Las mismas fuentes abundan en que aún no se han depurado responsabilidades acerca de la problemática, con tres partes inmersas en el conflicto: Sniace, la compañía contratista y el proveedor nórdico que aportó el material para la sección de hilatura. Igualmente resta por explicar si, efectivamente, no se optó por la especificación Alloy por un tema económico y se eligió una aleación inferior con la confianza de que aguantaría el exigente entorno que supone la producción en Viscocel.

De hecho, no se descarta que el asunto acabe en los tribunales. La propia Sniace promocionó en sus perfiles en redes sociales la reapertura de la planta con imágenes y vídeos de las hiladoras Chemtex donde se observan las cubetas de acero damnificadas por el ácido, por las que pasa la viscosa antes de solidificarse y dar paso a la fibra retardante, cuya producción la organización quería incrementar de 20 a 80 toneladas diarias. El tiempo será el encargado de dirimir si el refuerzo de la «solución técnica» adoptada pone fin al problema o si en el medio plazo la nueva inversión quedará todavía más en entredicho.

La parte inferior de la máquina se ha visto afectada.
La parte inferior de la máquina se ha visto afectada.

Producción al alza

Pese a la incidencia, la compañía declaró que el proceso de reapertura va «viento en popa». Por su lado, el presidente del comité, Antonio Pérez Portilla (UGT), afirmó que las averías son habituales en estos casos de retorno a la producción y manifestó que es la propia empresa la que está acreditada para dar detalles sobre lo acaecido.

Más allá de eso, confió en los pasos firmes que a su juicio está dando Viscocel, y declaró que «la planta se consolida y confiamos que en un mes acabe de asentarse en la producción. Los empleados ya están trabajando con normalidad», expresó.

Cabe recordar que la vuelta de Viscocel a la actividad ya ha estado rodeada por la polémica por las condiciones medioambientales en las que lo hace. A pesar de anunciar el regreso en noviembre, no fue hasta diciembre cuando se oficializó el reinicio del negocio. Por el camino, la solicitud y finalmente autorización de una moratoria en la emisión de gases contaminantes hasta que los biofiltros de la factoría, alimentados por bacterias, alcanzasen su pleno rendimiento en unos meses. Ecologistas en Acción ya ha interpuesto recurso administrativo contra la manera de concretarse la reapertura.

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