Cantabria celebra el nuevo plan nacional para el automóvil pero pide proteger la industria de la UE
Desde la cadena de componentes hasta los concesionarios alaban el consenso del proyecto, pero reclaman aterrizarlo con partidas definidas
El Gobierno de España quiere dar un impulso al sector de la automoción a través de una nueva hoja de ruta que facilite y acelere ... la transformación de toda la cadena de valor nacional en torno a la electrificación de la movilidad. Un planteamiento que no sólo propone cambios en las ayudas para los compradores, de modo que se cobren en el momento de la operación, sino igualmente incentivos y respaldos financieros para las fábricas del país encaminados a amoldar la actividad a las directrices impuestas desde la Unión Europea.
Desde Cantabria, donde la industria de componentes del automóvil atesora un tercio del Producto Interior Bruto (PIB) del sector secundario regional, el recorrido ha sido recibido de forma satisfactoria, especialmente porque parte de un consenso con los fabricantes y los clústeres territoriales. Aun así, aterrizando medidas y consecuencias, sí que emergen dudas no sólo por la financiación, sino por la necesidad de proteger los modelos europeos frente a la feroz competencia asiática y, en paralelo, no caer en restricciones tecnológicas siempre que las diferentes fórmulas disponibles en el mercado faciliten la reducción de emisiones.
El Plan Auto 2030, la estrategia maestra del sector del automóvil compuesta por 25 medidas con las que la industria afrontará la «completa transformación» hacia el coche eléctrico manteniendo sus niveles de empleo y aumentando de 85.000 a 120.000 millones el valor de la cadena de cara a 2030, es bien recibida por las compañías de la región. Desde el Clúster GIRA, que agrupa a las factorías de automoción de Cantabria, su gerente, Celia Monsalve, opina que es «muy positivo que se haya hecho ese esfuerzo de contar con los fabricantes y los clústeres, además de haberlo presentado ya públicamente. Ahora lo que hace falta es que no se quede sobre el papel, que se baje a tierra. Para aterrizarlo a la realidad se necesitan ayudas de apoyo a la industria y los consumidores. Acciones específicas y concretas y que estén detrás de un presupuesto que las apoye», sostiene, para agregar precisamente sus temores respecto a la ausencia de Presupuestos Generales del Estado y el potencial perjuicio para el desarrollo del Plan.
En el último extremo de la cadena regional, Natalia de los Arcos, presidenta de la Asociación Empresarial de Concesionarios Oficiales de Vehículos de Cantabria (Asecove), que asegura que «todo lo que ayude al mercado, bienvenido sea. El presupuesto anual es de 400 millones de euros para la venta de vehículos eléctricos; hay 300 millones para puntos de recarga; y una novedad importante es que hay una voluntad del Gobierno para establecer un sistema de gestión de ayudas centralizado. Ahora, tras los grandes titulares, nos faltan detalles de los plazos, la cuantía y el sistema de gestión», detalle.
En cualquier caso, de cara al consumidor lo más relevante es que la ayuda se recibirá en el momento de la compra, evitando esperas como las que se producían con el Plan Moves, que podían extenderse hasta casi año y medio.
Hablan las factorías
Desde SEG Automotive, que tiene en Treto una planta que ha apostado fuertemente por la electrónica en los vehículos, valoran positivamente que el plan vaya de la mano de los fabricantes. Ahora bien, «en la línea de lo expresado estos días por el Gobierno de Francia, creemos que en Europa se necesitan políticas que impulsen la electrificación del automóvil pero protegiendo a los productores y proveedores europeos. Las ayudas directas para la compra de coches electrificados deberían acotarse a marcas europeas para frenar la abrumadora entrada china en nuestro mercado. Con el planteamiento actual, las ventas irán para marcas que no son europeas y eso ayuda poco a la industria del continente».
Al igual que SEG, Teknia, con fábricas en Ampuero, precisa que «echamos en falta un enfoque más equilibrado y de neutralidad tecnológica que integre a todos los tipos de motorización más eficientes». Como complemento, «también nos gustaría que se fomente la renovación del parque móvil mediante incentivos y ajustes fiscales como la reducción del impuesto de matriculación» ya que, a su juicio, «las previsiones de adopción del vehículo eléctrico en España nos parecen excesivamente optimistas si no se acompañan de medidas que aporten más certidumbre».
Ayudas que van desde la compra de eléctricos a las propias fábricas
En conjunto, el paquete de medidas acordadas por el Gobierno de España, según anunció esta semana el propio presidente, Pedro Sánchez, para «pisar el acelerador» y no quedarse atrás ni perder el 10% del PIB que supone la industria del automóvil para el país supondrá una inversión pública de 1.280 millones de euros este año. Además del Plan Auto+ (400 millones de ayudas directas al año), el jefe del Ejecutivo anunció una nueva dotación de 580 millones para el Perte Vec (Plan del Vehículo Eléctrico y Conectado) para la cadena productiva y la puesta en marcha del nuevo Plan Moves Corredores, donde se invertirán 300 millones de euros para el despliegue de puntos de recarga en las denominadas 'zonas sombra', aquellas carreteras donde prácticamente no hay todavía ningún punto de recarga.
Más fondos para Moves III
Precisamente, este viernes el Gobierno igualmente anunció que doblará la cuantía de ayudas del aún vigente Moves III, el plan que incentiva la compra de vehículos eléctricos y que se había quedado sin fondos antes de finalizar el año, con más de 40.000 compradores pendientes todavía de conocer si recibirían la subvención.
El Ministerio para la Transición Ecológica informó el jueves a las comunidades de la asignación. Las ventas de coches electrificados (eléctricos puros e híbridos enchufables) se han duplicado en 2025, con un total de 219.583 unidades entregadas hasta noviembre, aunque aún representan solo una de cada cinco compras.
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