Cantabria mantiene su déficit eléctrico e importa el 41% de la luz que utiliza
Un análisis sectorial de Unieléctrica con datos de REE apunta que la Comunidad apenas genera el 9,8% de su energía con renovables
En pleno apogeo de las energías renovables, así como de la necesidad de apostar por fuentes sostenibles, la autonomía energética ha ganado peso en ... los últimos meses a raíz del impacto en Europa de la guerra entre Rusia y Ucrania. El suministro como otro elemento geoestratégico más que ha movido a la UE en la dirección de garantizarse una mayor independencia frente a proveedores exteriores que, en determinados escenarios, pudieran resultar hostiles. Pero para ello hay mucho trabajo por hacer, en especial en el desarrollo e implementación de nuevas tecnologías 'verdes'.
Cantabria, en esta situación, vive una situación excepcional desde un punto de vista negativo toda vez que apenas ha desarrollado proyectos eólicos, fotovoltaicos o marinos. De hecho, tiene las grandes inversiones en este campo pendientes del último empujón administrativo o normativo, en función de cada caso. Mientras tanto, una realidad tozuda: la Comunidad mantiene su déficit eléctrico y necesita importar el 41 de la luz que demanda para su actividad anual.
El dato lo aporta la comercializadora Unieléctrica con las estadísticas de Red Eléctrica Española (REE). Así, a 1 de enero de 2023, consta que la comunidad autónoma cántabra generó en los doce meses del pasado año 1.484 GWh, por debajo de los 3.629 GWh que demandó a la red, rebajando muy ligeramente ese porcentaje del 40,90% respecto al año 2021, en donde era del 42,3% tras consumir 4.004 GWh y después de producir algo más, 1.693 GWh.
El análisis constata una realidad: la autonomía apenas genera electricidad con renovables (358 GWh, el 9,8% del total requerido) mientras que en 2022 las tecnologías de combustibles fósiles le llevaron a producir 1.126 GWh.
LAS CLAVES
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3.629 GWh de electricidad demandó Cantabria en 2022 para todas sus actividades.
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1.484 GWh de luz produjo Cantabria en 2022, la mayoría mediante combustibles fósiles.
Según los datos recogidos por Unieléctrica, Extremadura lidera en términos absolutos y porcentualmente la lista de las comunidades 'exportadoras' de electricidad, con solo 4.840 GWh demandados frente a una producción de 26.247 GWh, más de un 440,06%, y en ascenso al aumentar la potencia instalada de renovables (es ya la principal autonomía en fotovoltaica), aunque su principal generación siga siendo la nuclear, en la central de Almaraz. En segundo lugar se encuentra Castilla-La Mancha, que produjo 13.868 GWh más de los 11.638 GWh que demandó en esos doce meses.
Por contra, en el apartado de los territorios importadores, Madrid mantiene su posición destacada. En su territorio solo se produce el 3,41% de la electricidad que necesitó a lo largo del pasado año. Concretamente, 937,85 GWh (menos que en 2021 e incluso bajando el total del peso de las renovables) frente a los 27.490 GWh demandados.
El diferencial de la industria
Frente a la definición estratégica a futuro, la realidad del día a día, especialmente sensible en el diferencial de precio con Europa de la industria nacional. Según el barómetro que periódicamente publica la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), que representa en Cantabria a compañías como Ferroatlántica, Global Steel Wire, Reinosa Forgings & Castings o Bondalti, el precio medio del mercado diario del mes de julio fue de 90,47 euros el megavatio por hora, un 36,6% inferior al valor medio de julio de 2022. Esa cifra fue un 16,6% superior a la de Alemania y un 16,5% superior a la de Francia. Con respecto a junio de 2023, el precio medio de julio resultó un 2,7% inferior.
Sin embargo, esta caída respecto a los máximos del año pasado no implicará una reducción de la brecha respecto a las ventajas de las fábricas francesas o alemanas. AEGE estima que «para la industria electrointensiva española, considerando las medidas aprobadas en su Estatuto y las compensaciones del ajuste de gas, se estima un precio a fin de año en España de 100,66 euros el megavatio, más del doble que el precio francés, que es de 46,81 euros» y casi un 40% más que el alemán (71,98 euros) por la protección que se le da al sector en esos países.
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