«En 3 o 5 céntimos más por litro de leche está la supervivencia de las ganaderías de Cantabria»

En este contexto, un operador de primer rango en la región es AgroCantabria, la mayor cooperativa agropecuaria -cuentan con 2.400 socios y factura anualmente 72 millones de euros-. Hace apenas dos meses, el consejo rector nombró director general a Jacobo Alonso Santos (Castro Cillorigo, Liébana, 1984), ingeniero técnico agrícola para explotaciones agropecuarias por la Universidad de León, que desde hacía cuatro años está vinculado a AgroCantabria donde desarrollaba hasta el momento las funciones de director técnico y con antecedentes familiares en un sector «que siento y que quiero».

-¿Cómo asume el relevo y en qué situación se encuentra la cooperativa?

-Accedo al puesto con mucha ilusión y con tres principios, trabajo, responsabilidad y humildad, algo que siempre ha caracterizado a este sector. La cooperativa por dentro la conozco porque he desarrollado diferentes tareas. En cifras, contamos con unos 1.800 ganaderos activos, a los que prestamos todo tipo de servicios desde la recogida de leche (67 millones litros/año), hasta suministrarles pienso del que elaboramos en la fábrica de Tanos (72 millones de kg/año) o comercializar su carne (130.000 kg/mes) con el sello IGP Carne de Cantabria. Los servicios van más allá con asesoramiento y servicios veterinarios, nutrición, reproducción, de ordeño, de agronomía, de control de la calidad de la leche... Para ello contamos con 87 profesionales cualificados y mucha experiencia.

-¿Qué inversiones tienen a corto plazo?

-En 2020 afrontamos la modernización de nuestra sala de despiece con una inversión de medio millón de euros. El objetivo es dar un mayor valor añadido al producto, responder a lo que el el mercado demanda, ya sean hamburguesas, carne picada o un servicio de maduración de chuleteros. Hemos pasado de sacrificar 600 ejemplares al año en 2016 con el sello IGP a 4.000 estimados para 2020.

-Desde el primer momento apela a «unir voluntades». ¿El viable la fusión de las tres cooperativas de la región?

-No sé si es viable o no, pero creo que es aconsejable. Ahora hay una excelente relación en pro de defender el sector y a mí me gustaría que cada vez estemos más unidos. Estamos empezando a hacer cosas conjuntamente, como la creación de la Federación de Cooperativas de Cantabria. Todo lo que avancemos en colaborar redundará en beneficio de los propios ganaderos.

-Respecto a la recurrente polémica del precio de la leche, hace unas semanas, Charo Arredondo, ganadera y presidenta de la Interprofesional Láctea (Inlac) en este periódico afirmaba que los ganaderos han pasado en apenas un par de meses de héroes a villanos cuando al final del confinamiento los precios bajaron...

-Estoy de acuerdo con Charo. Nosotros somos primeros compradores, pero no ponemos el precio. Es el comprador final quien lo puede cambiar. Los ganaderos piden un precio digno que les permita vivir en el entorno rural, llevar la vida que les gusta y han elegido, y hacerlo dignamente, sacarse un sueldo. Y para ello hace falta muy poco dinero, pero es necesario que éste llegue al ganadero, al último eslabón de la cadena, que le paguen entre 3 y 5 céntimos más por litro.

-Todo apunta a la distribución...

-No estoy capacitado para analizar la cadena de valor y decir si alguien se aprovecha. Pero si la leche se subiese en el lineal y eso repercutise en el ganadero el problema se soluciona. En España se consumen per cápita 70 litros de leche al año. Esto supondría que cada español se tendría que gastar 2,10 euros más al año. El problema es más de mentalidad.

-¿Cree que el consumidor final es consciente del problema cuando sigue apostando por adquirir en el lineal leche a menos de 0,60 el litro?

-Voy a poner un ejemplo. Si en una cafetería nos cobran por un botellín de agua o por un cafe un euro, nos parece barato. Pero si en el lineal de un supermercado el litro de leche cuesta 92 o 93 céntimos, nos parece muy caro. Y hay que tener en cuenta que con un litro de leche puede cenar una familia. La leche es un producto básico y debe de tener un precio más alto, no puede seguir siendo un reclamo y los consumidores debemos reflexionar. En apenas 3 o 5 céntimos está la supervivencia de las ganaderías de Cantabria y de la cornisa Cantábrica.

-¿Ser ganadero es incompatible con tener calidad de vida y con la palabra rentabilidad?

-Hoy en el campo se trabaja muy diferente a hace 50 años. No se puede cuestionar lo que ha aportado la maquinaria; hace 30 años había 17.000 ganaderos y hoy hay poco más de un millar, pero se produce la misma cantidad de leche. La competitividad se consigue con instalaciones y genética, y las inversiones son estratosféricas, una media entre 600.000 y un millón de euros. Estas no se justifican con la rentabilidad del negocio. El precio es tan ajustado que no permite al ganadero ni tener tiempo libre ni un empleado. Para descansar un día a la semana o al mes, o el día que se muere tu madre o se casa tu hija, el ganadero necesita que la explotación sea rentable, para ganarse un sueldo digno. Un ganadero medio de 30.000 litros al mes, con 30-40 vacas, la subida de 3-4 céntimos le representa 1.000 euros. Es el margen entre ser o no ser. La leche no puede valer lo que vale.

-La Ley de la Cadena Alimentaria nació para evitar estas situaciones...

-A 56 céntimos es imposible: 14 céntimos de transporte, 14 céntimos del brick... No puede venderse por debajo del coste de producción. La Ley no fija cantidad, pero seguiremos luchando con los sindicatos, las cooperativas y el Gobierno de Cantabria sin tregua, denunciando a la cadena que venda en estas condiciones.

-¿No hay interlocución con la distribución?

-Tras las manifestaciones del 28 de febrero se abrió un vía para dialogar que el confinamiento ha truncado. Esperamos retomar en septiembre el contacto y trasladarles la problemática. Juegan con que es un producto perecedero que no se puede almacenar.

-¿Existe relevo generacional?

-Sí, pero no todo el que necesita el mundo rural. Cantabria tiene relevo porque en esta región se ama al sector y a la vaca. Hay gente joven que «se queda en casa». Pero hay que darles unas garantías de futuro y eso no pasa por vía subvención. España es deficitaría en carne y leche, por lo que no debería haber problema. Lo que se necesita para los jóvenes es una auténtica 'hoja de ruta' que ayude al medio rural.

-¿Está suficientemente reconocida AgroCantabria en la sociedad?

-En el sector sí, pero tenemos camino por recorrer para que AgroCantabria sea más conocida por la sociedad de la región. Nos hemos dedicado a hacer nuestro trabajo, pero ahora debemos transmitir más a la sociedad lo que hace el sector por ella.

-¿Existe escasa información sobre seguridad alimentaria y trazabilidad?

-Es una de nuestras prioridades. Gracias a la tecnología todos los animales tienen una trazabilidad y esto nos permite producir con seguridad y garantías al cien por cien desde el punto de vista sanitario y nutricional. En este sentido tenemos una fábrica de pienso muy segura y nos sentimos muy orgullosos de ella.

-¿Cómo ve el futuro?

-Debemos ser capaces de dar servicio a todo el sector de Cantabria, unir voluntades, fortalecer las alianzas y buscar sinergias como, por ejemplo, la que tenemos con Hapi Ibérica, para comercializar carne IGP Cantabria en otros países. Todo con humildad y responsabilidad.