«Es un falso mito que Cantabria no tiene sol para albergar parques fotovoltaicos»
El responsable de los productores nacionales de este tipo de energía destaca la certidumbre normativa que acaba de obtener el colectivoMiguel
Critica que el sector que representa ha sido «masacrado» durante diez años con recortes normativos que han provocado un quebranto de 10.000 millones en ... España en la última década. Miguel Ángel Martínez-Aroca, presidente de la Asociación nacional de productores de energía fotovoltaica (Anpier), visita Cantabria.
-Se ha reunido en Cantabria con el consejero de Industria, Francisco Martín; y con el presidente, Miguel Ángel Revilla. ¿Con qué propósitos?
-Fundamentalmente, tener informados a nuestros socios de en qué situación se halla nuestro sector a nivel de relaciones institucionales, así como los avances normativos. Queremos trasladar por dónde va nuestro camino y dónde nos encontramos con la energía fotovoltaica. Venimos de años de muchísimas turbulencias. Hemos pasada una década muy difícil, con nueve normas que han recortado retroactivamente a los productores fotovoltaicos, que no hicieron más que escuchar el llamamiento de nuestro país para construir con nuestros ahorros un parque necesario.
Así lo hicimos entre 2007 y 2008 65.000 familias, tras invertir 25.000 millones en un parque social y distribuido. A los dos años se produjeron ataques normativos despiadados e injustificados, con un recorte medio crónico en el sector del 30%, más un impuesto injusto del 7% a la generación, igual que el de los combustibles fósiles. El 1 de enero de 2020 estaba prevista una nueva normativa para otro recorte sumatorio de otro 20%, esto es, la desaparición de nuestro sector. Afortunadamente, Anpier evitó ese nuevo tijeretazo con un acuerdo con el Gobierno socialista, que ha supuesto una estabilidad regulatoria durante los próximos 12 años. Esto es una noticia muy positiva, aunque no solucione el terrible daño causado, de 1.000 millones por año. Tenemos que trabajar junto al Ministerio de Transición Ecológica para respaldar a los productores.
-Cantabria es un desierto respecto a esta energía renovable, ¿cuál es la situación actual?
-Cantabria no tiene ningún parque solar fotovoltaico construido. Hay un colectivo de cántabros que han invertido en las instalaciones acometidas fuera de la Comunidad. Clase media ahorradora que hizo una inversión absolutamente ética y deseada por nuestro Estado.
-La industria está sufriendo una crisis a consecuencia de la energía, ¿puede la vía fotovoltaica mitigar esta problemática?
-Sin duda el parque solar fotovoltaico, sumado al mix renovable en su conjunto conformado por la eólica, autoconsumo, hidráulica, biomasa o parques solares en suelo, puede reemplazar totalmente a las fuentes de generación fósil. Está claro que no en un año, pero con la vista puesta en 2050 sí es factible. Así lo dicta la Unión Europea.
-¿El mito del clima ha alimentado la ausencia de parques en Cantabria?
-Es un falso mito eso de que en Cantabria no hay horas de sol, que en esta tierra hay muchas nubes y lluvia, y que no hay radiación suficiente como para albergar una instalación. Vemos los estudios de irradiación solar en superficie de países como Francia, Alemania o Reino Unido, con latitudes más altas, donde hay una presencia infinitamente mayor. Creemos que hay desinformación en la sociedad cántabra en relación a la rentabilidad y beneficios ambientales de invertir en este tipo de instalaciones. Apreciamos un déficit de información sobre las oportunidades de apostar por las energías renovables y la recuperación de esa inversión en tiempo récord. Más ahora que el autoconsumo tiene compensación de excedentes. Me gustaría animar a la sociedad cántabra a construir parques en suelo y poder fomentar el autoconsumo.
-¿Qué ayudas ofrece la Administración?
-La Consejería de Industria tiene una línea de ayudas muy importante. El año pasado no se agotó y para el presente se ha incrementado. Una buena oportunidad para lanzarse.
-¿Está garantizada la certidumbre normativa?
-Nuestro sector ya no tiene esa incertidumbre. Además, la fotovoltaica es una inversión muy modulable. Se pueden instalar tres kilovatios en casa, unos 4.000 euros. Es el empoderamiento ciudadano.
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