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El comité de Aspla analiza esta tarde nuevas «líneas de acción» en el cuarto día de huelga
La jornada comienza con tranquilidad y de nuevo con la fábrica de Torrelavega totalmente detenida
El comité de huelga de Aspla se reúne esta tarde para analizar nuevas «líneas de acción» con las que escalar la visibilidad del conflicto ... laboral en la fábrica de Torrelavega. Esa es la principal novedad en el arranque de la cuarta jornada de huelga, que transcurre de nuevo con tranquilidad y la producción totalmente detenida.
En ese encuentro sindical, programado para las 19.00 horas, se decidirá si los trabajadores inician manifestaciones o protestas diversas, algo que rompe el tradicional comportamiento de la plantilla de la empresa en problemáticas similares en el pasado. El personal se mantiene «firme y unido», además de dispuesto a prolongar la situación hasta que la empresa «nos llame».
«No se ríen de nosotros», trasladaron los afectados a Europa Press, en una mañana en la que solamente ha entrado al recinto de Torrelavega la directiva de la organización y el personal de servicios mínimos. A diferencia de la jornada anterior, tan sólo un empleado de oficinas intentó acceder a su puesto, aunque finalmente la Policía le recomendó que abandonara el lugar. Por el momento tampoco hay novedades desde el Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales (Orecla).
Porque en la memoria de todos están las imágenes del pasado junio, cuando un conflicto laboral en el negocio siderometalúrgico de Cantabria arrancó con movilizaciones, después con una convocatoria de huelga y desembocó en un convulso paro del sector durante tres semanas, con una tensión creciente según iban transcurriendo las jornadas. El Gobierno autonómico tiene bien presente aquellos duros días en los que fue necesaria incluso la intervención del Gabinete que preside Pedro Sánchez. Y, por supuesto, no quiere una situación enquistada a largo plazo en Aspla, que ayer vivió su tercera jornada de huelga.
Por ello, y dado que las distancias entre las partes son evidentes por el momento, desde la Consejería de Empleo se está actuando para tratar de tender puentes con los que ablandar las posiciones actuales y conseguir, al menos, una perspectiva de poder avanzar en encuentros oficiales en el Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales (Orecla). Como signo evidente del firme pulso que mantienen Comité y Dirección a cuenta de la revalorización económica de los sueldos respecto a la evolución de la inflación, las partes todavía no tienen cita firme para acudir de nuevo al Orecla.
El conflicto abordará hoy su cuarta jornada sin atisbos de acuerdo para renovar el convenio
Lejos, para ser un problema que mantiene parada una de las principales fábricas de Cantabria y que afecta a 485 trabajadores, queda ya la jornada del viernes, la última en la que se sentaron sindicatos y portavoces de Aspla a negociar. Aquello fue antes del inicio de la huelga y ni siquiera hubo un último intento el sábado para abortar la protesta.
Ya avanzaron los trabajadores el lunes que seguirían defendiendo sus reivindicaciones el tiempo que hiciera falta «hasta que nos llame Aspla o el Orecla». Ese movimiento no se ha producido y la huelga abordará hoy su cuarta jornada.
El Ejecutivo regional tiene bien presente el cisma vivido en junio con los salarios del metal
Expertos en mediaciones laborales ya explicaron a El Diario que las diferencias no son tan insalvables como pudiera parecer a tenor de lo enconado del conflicto. Aun así, llama la atención respecto a anteriores disputas similares en la Comunidad la posición de la empresa de no acudir a nuevos Orecla salvo para avanzar en el proceso.
El paso de los días en este tipo de choques es un factor importante por el desgaste que suponen. Para los obreros, que ven cómo ejercer su derecho constitucional implica una pérdida salarial al no cobrar esa jornada; como para la Dirección, que echa cálculos en relación a la producción que no se consigue cada día. Según fuentes sindicales, la capacidad de las plantas de Torrelavega y Reocín supera las 100 toneladas diarias de plástico.
El desafío de lo sostenible
El centro del cisma es puramente económico. El comité -conformado por SITA-USO como mayoritario junto a CC OO, Sindicato Unitario y UGT- ya ha explicado que en un contexto de «beneficio récord» en 2022, próximo a los 24,5 millones de euros, se niega a firmar cualquier documento que no garantice que la plantilla conserve el poder adquisitivo. En otras palabras, que el convenio debe incluir una cláusula de revisión acorde a la evolución real de los precios al término de cada ejercicio.
La empresa se opone. El viernes avaló hasta el 75% de ese IPC real y el resto lo vinculó a ganancias futuras. En el centro de esa cautela se halla el nuevo impuesto introducido desde el 1 de enero por el Gobierno de España a instancias de la Unión Europea con el que se grava el plástico de un solo uso.
Una medida que en su génesis no tiene afán recaudatorio, pero que al Grupo Armando Álvarez, matriz de Aspla y referente europeo del sector con sus cerca de 400.000 toneladas anuales, le puede suponer un impacto de decenas de millones de euros, según las primeras estimaciones. Con esa amenaza, y la incertidumbre del proceso de reconversión de un sector con una exigencia de sostenibilidad plena en el continente en el horizonte 2030, la Dirección no quiere atarse a unos costes fijos que pudieran dispararse si la inflación vuelve de nuevo a desbocarse en los próximos trimestres.
En el otro lado, el razonamiento sindical. Puesto que el porvenir se presenta incierto, rechaza que su sueldo dependa de los beneficios.
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