Isabel Muñoz y Javier López | LMS
El proyecto ofrece una alternativa a empresas y particulares para restaurar piezas y superficies de una manera más sostenible que los tratamientos tradicionales
Isabel Muñoz y Javier López se conocieron siendo empleados de la planta de Gamesa de Reinosa. Fue en medio de la rutina diaria de su ... trabajo y también con «alguna cerveza a la salida» entre medias cuando empezaron a plantearse la idea de que, tal vez, había una forma mas sostenible para recuperar las piezas que se degradan de los molinos. Y dieron con ella. Se les encendió la bombilla o, más bien, el láser, porque es su haz el que empezaron a probar para eliminar la corrosión y el óxido de las superficies dañadas. Una solución innovadora que terminó empujándoles a emprender con su propio proyecto y que en poco más de un año de funcionamiento de su startup, Laser Maintenance Solutions, se ha terminado confirmando como una alternativa más sostenible, eficiente y respetuosa con el medio ambiente que los tratamientos tradicionales.
La ficha
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Año En abril del año pasado se constituyó oficialmente la empresa.
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Equipo Actualmente, ocupan una nave en el polígono industrial de Reinosa.
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Proyección Actualmente ambos emprendedores viven ya del proyecto pese a su corta trayectoria y no descartan generar más empleo pronto.
La cara de Isabel Muñoz no es desconocida en las páginas de El Diario Montañés. Ya apareció en un reportaje que publicó este periódico en marzo del año pasado. Entonces, la emprendedora acababa de ser una de las tres ganadoras del primer Laboratorio Fémina Cantabria organizado por Sodercán, con un galardón de 12.000 euros. No obstante, por aquel entonces –y no ha llovido mucho– la iniciativa que tenía entre manos era sensiblemente distinta. Incluso el nombre era otro –REmNature a la sazón– y pretendía brindar un servicio integral para la puesta a punto y mantenimiento de parques eólicos, y hacerlo de una manera más sostenible.
«En las grandes ciudades las relaciones se desvirtúan, emprender en el entorno rural favorece un sentimiento de hermandad»
Isabel Muñoz
Cofundadora de LSM
«Es cierto que inicialmente el proyecto era mucho más amplio y queríamos centrarnos en el mundo de la eólica y la hidroeléctrica para aprovechar el conocimiento que habíamos adquirido en Gamesa», reconoce. No obstante, «es un sector complicado para acceder» y por ello quisieron centrarse exclusivamente en ese valor diferenciador que proponían para la recuperación de piezas con el uso del láser, «que está muy poco extendido y que prolonga su vida útil».
Entonces el proyecto dio un cambio de rumbo y pasó a llamarse Laser Maintenance Solutions (LMS) y no sólo miraba hacia el sector de la eólica o la hidroeléctrica, sino que el servicio se brinda a la industria en general e incluso a la administración pública y a particulares. Todo tipo de componentes y superficies con óxido, maltrechas por el paso del tiempo y el uso que ahora vuelven a lucir como nuevas tan solo gracias a una pasada de un rayo de luz y que sustituye a otro tipo de tratamientos tradicionales. «El gran problema de dichos métodos es que son agresivos, bien porque requieren de una lija o un cepillo, granalla o unos decapantes y disolventes que puedan agredir ese material y contaminar».
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Su menor repercusión en el medio no es la única ventaja que ofrece el método que aplican Isabel y Javier, y es que entre otras virtudes en muchas ocasiones pueden hacer el tratamiento sin necesidad de desmontaje ni traslado de piezas, sino que acercan ellos uno o varios de los cuatro equipos láser con los que cuentan hasta el punto en cuestión. No obstante, también disponen de una nave en la zona industrial de Reinosa. De esa forma, en su corto recorrido ya han recuperado toda clase de piezas, desde pequeñas como engranajes o cigüeñales de vehículos, hasta componentes enormes de hidroeléctricas de nada menos que 21 toneladas, y empresas asentadas de distintos sectores (entre ellas Reinosa Forgings & Castings, GMI y Saint-Gobain) ya han contado con ellos. Incluso se ha popularizado en la comarca el método para tratar el óxido de los bajos de los coches y también el Ayuntamiento de Reinosa ha contado con ellos para recuperar unas columnas del ferial.
Mundo rural
Oficialmente constituyeron la empresa en abril del pasado año. Por aquel entonces, Isabel trabajaba en una fábrica de piezas de coches en Aguilar de Campoo, y poco más de un año después ya está completamente volcada en su proyecto. Ella, que es la cara más visible del proyecto, y Javier, al que se refiere como su «muleta». «No soy yo, somos nosotros y sin él no voy a ninguna parte porque lleva la parte técnica». Además, pese su corto recorrido, no descartan contratar a gente próximamente.
Respecto a haber emprendido en el medio rural, Isabel sí que lamenta que «en lo que respecta al suelo industrial no tenemos mucho donde elegir y eso es un hándicap», pero al mismo tiempo cree que «en las grandes ciudades las relaciones se desvirtúan, estar en Campoo favorece un vínculo y un sentido de hermandad». Para obtener una mayor difusión, la clave que están siguiendo es presentarse –y con gran éxito– a cada uno de los concursos, programas y líneas de ayudas para emprendedores que llegan a ellos, y son muchas. Isabel se las conoce todas. «Más que por la retribución es por una cuestión de visibilidad», dice aunque no deja de lamentar que en muchas ocasiones esas subvenciones y premios económicos tardan en materializarse por procesos burocráticos que no terminan de facilitar tanto como debieran que proyectos como el suyo despeguen.
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