Trabajo prepara una ley para dar más flexibilidad horaria a los trabajadores

El objetivo de esta nueva norma que se pondrá en marcha en el «medio plazo», una vez se cierre la mesa de diálogo social abierta en estos momentos en torno a la reforma laboral, es habilitar un «mecanismo legal» para que los trabajadores tengan una mayor capacidad a la hora de poder modificar sus horarios y organizar su jornada laboral en función de sus necesidades, explicó el número dos del Ministerio.

Este proyecto, que aún está en una fase muy inicial -según admitió-, trataría de completar la ley de igualdad aprobada por el anterior Gobierno socialista en marzo del año pasado, justo antes de disolverse por la convocatoria de nuevas elecciones. Entre las modificaciones que incluyó está la implantación del registro horario, la obligación de las empresas de más de 50 trabajadores de desarrollar planes de igualdad y el derecho de los trabajadores a solicitar las adaptaciones de la duración y distribución de la jornada de trabajo, entre otras medidas.

Precisamente en esta línea de mejorar los planes de igualdad y reforzar el derecho de flexibilizar el horario laboral irá la nueva ley, que «desde una perspectiva más amplia», regulará también las bolsas de horas, incorporará el tiempo de trabajo en los empleos a tiempo parcial y «ciertas modalidades contractuales que puedan irse alterando en función de las necesidades de trabajadores y empresarios», explicó Pérez Rey, quien también abogó por crear los mecanismos y herramientas necesarias para asegurar la transparencia retributiva y «luchar contra la brecha de género».

Ya en el otoño de 2018 Unidas Podemos Unidos presentó en el Congreso una Proposición de Ley de tiempo de trabajo corresponsable que, abanderada por la actual ministra Yolanda Díaz, pretendía garantizar «un reparto equitativo de tiempos de trabajo y de cuidado» y el «derecho a la adaptación a la persona y a la desconexión del trabajo». Entre la batería de modificaciones laborales que proponía el texto, destacaba la supresión del término «contrato» de trabajo a tiempo parcial para introducir el de «trabajador» a tiempo parcial, algo que tendría un fuerte impacto de género puesto que la mayoría de trabajadoras a tiempo parcial son mujeres y ellas son las que sufren más «los riesgos relacionados con la organización del tiempo de trabajo», tal y como explicó entonces Díaz.