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Isabel Preysler, en el punto de mira de Hacienda

Isabel Preysler, en el punto de mira de Hacienda

La Agencia Tributaria le habría solicitado documentación de dos ejercicios fiscales. «Puede ser la típica comprobación», dice su abogado

ester requena

Jueves, 12 de mayo 2016, 08:05

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A Isabel Preysler parece que le quieren borrar la sonrisa de enamorada que estos días pasea de la mano de Mario Vargas Llosa por Latinoamérica, en plena gira de promoción del nuevo libro del Nobel. A su mal rollo con los hijos mayores de Miguel Boyer a causa de la herencia, ahora se le sumaría que Hacienda tendría a la reina de corazones en su punto de mira para investigarle las cuentas. A la 'socialité' la Agencia Tributaria le habría requerido la documentación correspondiente a dos de los últimos cinco ejercicios económicos, según adelantó ayer la revista 'Diez Minutos'.

Podría responder a una comprobación de carácter rutinario de las miles que realizan los inspectores con motivo de la campaña de la Renta. Una inspección que podría extenderse durante un año tras constrastar lo declarado con los datos en poder de la agencia estatal. La revista detalla que los asesores de Preysler tenían en estos días una cita para entregar todo el papeleo. «Puede ser la típica comprobación», comentó Javier Ruiz, abogado de la mejor embajadora del baldosín, quitando hierro al asunto.

Sin joyas ni cuadros

A la viuda del exministro socialista le llegan mejores noticias de su cuñado Christian Boyer. Es el albacea del testamento y no tiene ganas de eternizarse: «Aunque mi hermano dejó un plazo de cinco años para resolver todo, yo no voy a tardar tanto, pero tampoco voy a apurarlo ya que quiero hacerlo bien. Es una lata estar así. Lo más complicado es ver el valor real de los libros que tenía, ya que aquí no hay fortunas sino recuerdos personales como ropa y cosas así», puntualiza Boyer. Nada de joyas ni cuadros de gran valor. El grueso de su legado se centra sobre todo en una biblioteca donde no hay incunables ni primeras ediciones y que, junto con el resto de posesiones, se tendrá que repartir por igual entre sus tres hijos, Miguel, Laura y Ana, siendo el usufructo para su viuda. Los dos mayores la han acusado de dejar pelado a su padre y vaciar sus cuentas. Ella lo ha negado de forma tajante y, de paso, ha ventilado que costeó la larga enfermedad de su marido.

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