Borrar
Vista del sepelio de la lideresa social asesinada el pasado viernes en Tierralta. Efe
El grito que desgarra a Colombia

El grito que desgarra a Colombia

Los asesinatos de líderes sociales y exguerrilleros de las FARC ponen en peligro el acuerdo de paz en el país latinoamericano

Dagoberto Escorcia

Bogotá (Colombia)

Domingo, 30 de junio 2019, 20:32

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La imagen es propia de una película de terror. Un niño lanza un grito desgarrador, punzante, que penetra en la mente y llena el corazón de dolor. El niño golpea puertas, patea basura que hay en el suelo, y sigue gritando, nadie lo abraza, nadie se acerca a él, pero hay alguien grabando desde su celular y el vídeo recoge a otras personas cercanas que permanecen quietas, impávidas como si no pasara absolutamente nada, como si no escucharan el alarido del niño. En el suelo hay una mujer tendida, es su madre. Está muerta. La acaban de matar. A los asesinos no les importó que el pequeño viera como le quitaban la vida, como lo privaban de su mami.

Es el realismo no mágico de Colombia. Sucedió hace diez días en Tierralta (Córdoba), uno de los departamentos en los que se ha instalado la violencia y la muerte desde hace muchos años. Quien habita en esas tierras calientes sabe que la muerte es su sombra. Por esos lares concurren guerrilla, paramilitares y narcotraficantes. Un trío venenoso y mortal. No son malos. Son peores. Amenazan y matan.

La fallecida es María del Pilar Hurtado. Tenía 34 años y deja cuatro hijos; uno de 5 años, mellizos de 12 y uno de 14. La investigación sobre su muerte está abierta y el Gobierno ha puesto precio a sus verdugos: 20 millones de pesos colombianos (unos 5.500 euros). Eso vale una vida en Colombia.

Un miembro de la Fundación Defensora de derechos humanos llamada Cordoberxia sostiene que María del Pilar era una líder social, que llegó al sitio donde perdió la vida hace un año con su marido y sus hijos después de ser amenazada en su Cauca natal. La zona cordobesa está plagada de los llamados desplazados (exguerrilleros perseguidos por paramilitares) y en el último año han llegado emigrantes venezolanos. Buscan un terreno donde acomodarse y construir su casita, y ganarse la vida en paz.

En la zona hay muchos predios vacíos que son invadidos. Ella y su familia tomaron un trozo de terreno como invasores, negociaron con el alcalde, abandonaron voluntariamente tras un acuerdo que no se cumplió y volvieron a invadir. Pronto María del Pilar recibió un panfleto en el que un grupo, que se esconde bajo las siglas AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia), la amenazaba de muerte. Algunas fuentes aseguran que este grupo pertenece a una estructura armada ilegal que controla la zona después del proceso de paz y que ocupó los espacios abandonados por tres frentes de las FARC.

Atrocidades

El alcalde de Tierralta, a cuyo hijo pertenecen los terrenos invadidos, niega que la asesinada fuera una líder comunitaria, el esposo de la víctima también dice que en el panfleto no figuraba su mujer. Iván Duque, presidente de Colombia al que el asesinato le cogió de visita por Londres, condenó «el atroz crimen» y solicitó a las autoridades acciones inmediatas «para dar con los responsables de este repudiable hecho».

El partido de las FARC responsabilizó al Gobierno del aumento de asesinatos de líderes sociales. El expresidente Álvaro Uribe, el más beligerante con el proceso de paz, escribió en su cuenta de Twitter: «Lo que faltaba, estos asesinos acusando al Gobierno en el que se han disminuido estos crímenes, con Santos que fueron desbordados no decían nada», e invitó a la exguerrilla a aclarar «por qué la mayoría de asesinatos de líderes sociales se dan en zonas cocaleras».

Gustavo Petro, líder de la oposición, convocó a la ciudadanía a una movilización general el próximo 7 de agosto, justo cuando se cumplirá un año de la posesión del presidente Duque, para protestar «ante el homicidio de líderes sociales, ante el Gobierno de las águilas negras, ante la brutalidad de quienes quieren hacer trizas la paz».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios