Las protestas contra la reforma de las pensiones de Macron se atenúan
El primer sindicato francés reconoce la baja participación y admite que «el partido está terminándose, lo queramos a no»
Sensación de fin del ciclo de las protestas masivas contra la reforma de las pensiones del presidente, Emmanuel Macron. La decimocuarta jornada de manifestaciones, la ... menos concurrida hasta ahora, será posiblemente la última, tras cuatro meses y medio de fuerte movilización sindical en todo el país.
«El partido está terminándose, lo queramos o no. Es la última manifestación en este formato» contra la reforma de las pensiones, reconoció este martes Laurent Berger, secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), primer sindicato del país.
Como siempre que hay protestas, hubo baile de cifras. Según el Ministerio del Interior, 281.000 personas protestaron en toda Francia, de los que 31.000 lo hicieron en París. El sindicato CGT reivindicó «más de 900.000» manifestantes en todo el país, 300.000 de ellos en la capital. En ambos casos sería la cifra más baja registrada desde que comenzaron el 19 de enero las movilizaciones.
En la manifestación parisina había menos gente y menos ambiente que en las citas precedentes. «Tengo la impresión de luchar yo solo», decía Jean-Pierre, alias Jpix, decepcionado por la baja participación en esta última convocatoria. A 27 grados y bajo un fuerte sol, este francés sudaba este martes la gota gorda bajo su disfraz de «galo refractario». Llevaba una peluca con trenzas, poblada barba postiza, bigote, un vestido blanco de pelo sintético, lanza, escudo y casco con cuernos. Galo refractario es la expresión que utilizó en 2018 Macron para referirse a los ciudadanos reacios al cambio y por lo que fue muy criticado.
«Guardamos la esperanza (de que la Asamblea Nacional vote este jueves a favor de abolir la edad de jubilación a los 64 años), sino no estaríamos aquí los contestarios», explicaba Jpix, que desde mayo del 68 dice estar abonado a protestas variopintas y que solo se ha perdido este año una de las catorce manifestaciones contra la reforma las pensiones.
Sophie, enfermera de 23 años, acudió este martes por primera vez a manifestarse para exigir la retirada de la polémica iniciativa de Macron. «Dado las condiciones del trabajo, yo no me veo trabajando como enfermera hasta los 64 años. Es un oficio físico y mental. Es agotador», explica esta joven que empezó a trabajar hace solo seis meses.
Proposición de ley
Tras la protesta de este jueves, todas las miradas están puestas en la Asamblea Nacional, donde los diputados examinarán este jueves una proposición de ley presentada por el grupo parlamentario centrista y regionalista LIOT (Libertad, Independientes, Ultramar y Territorios). Los 21 diputados que conforman esta alianza pretenden derogar, con la ayuda de los diputados de izquierda, la reforma de Macron.
Sin embargo, lo más probable es que la proposición de ley no llegue a votarse en el pleno. Se espera que la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, recurra a una artimaña legal para evitar el voto en la Cámara Baja.
Basándose en el artículo 40 de la Constitución gala, la presidenta de la Asamblea Nacional pretende declarar inadmisibles las enmiendas que buscan reintroducir un artículo clave de la propuesta de LIOT para derogar la reforma. Ese apartado había sido suprimido el 31 de mayo por la Comisión de Asuntos Sociales.
«Es importante que el jueves la Asamblea Nacional pueda votar y que por fin los diputados puedan dar su opinión sobre esta reforma», opinó Sophie Binet, secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT). Si la presidenta de la Asamblea Nacional, «impide una vez más al Parlamento votar, sería muy grave para la situación democrática en el país», opinó la líder sindical.
Seis de cada diez franceses se oponen a la reforma que eleva de 62 a 64 años la edad de jubilación. Pero el gobierno no está dispuesto a ceder ante la presión de la calle. La reforma entrará en vigor el 1 de septiembre.
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