Macron desoye las protestas al mantener la reforma de las pensiones y a su primera ministra
El presidente francés asume la impopularidad y defiende la medida: «no es un lujo ni un placer, sino una necesidad»
El presidente francés Emmanuel Macron aseguró hoy a los franceses que «la reforma de las pensiones no es un lujo ni un ... placer, sino una necesidad» y se dijo dispuesto a «asumir la impopularidad» de ponerla en marcha por el bien del país.
«Esta reforma es necesaria. Y le digo a los franceses que no me produce ningún placer. No la hubiera querido hacer», aseguró Macron en una entrevista de televisión en TF1 y France. «Yo no busco salir reelegido. Entre los sondeos y el corto plazo y el interés general del país, elijo el interés general del país y si hacer falta asumir la impopularidad del país, la asumo», añadió Macron, seguro de sí mismo.
El presidente confirmó que no va retirar la reforma de las pensiones, a pesar de las protestas masivas en las calles. Macron se mostró confiado en que la reforma pueda entrar en vigor a final de año, después de que el Consejo Constitucional se haya pronunciado sobre el texto.
Macron tampoco va a hacer, de momento, ningún gesto político para tratar salir de la crisis política: excluye disolver la Asamblea Nacional, reemplazar a la primera ministra, cambiar de gobierno u organizar un referéndum sobre la reforma de las pensiones, como piden algunos partidos de la oposición.
El presidente confirmó su confianza en la primera ministra Élisabeth Borne «para conducir este equipo gubernamental». Y tendió la mano al Parlamento y a los sindicatos. «Los sindicatos tienen una legitimidad. Cuando desfilan, cuando se manifiestan, se oponen a esta reforma. Yo les respeto», aseguró.
«No toleraremos ningún desbordamiento»
Macron, sin embargo, dejó claro que no tolerará la violencia. «No puede aceptar ni a los facciosos ni las facciones», dijo. «No toleraremos ningún desbordamiento», añadió el mandatario.
El jefe de Estado concedió hoy una entrevista para tratar de calmar los ánimos, después de seis días de protestas violentas en varias ciudades francesas contra la reforma de las pensiones. Era la primera vez que Macron hablaba públicamente desde que el lunes fracasara por 9 votos una moción de censura transpartisana contra el gobierno de su primera ministra Élisabeth Borne.
La reforma de las pensiones -que fija la edad de jubilación en 64 años, frente a los 62 años actuales- quedó definitivamente adoptada el lunes, pero los sindicatos y la oposición no dan su brazo a torcer y exigen que ésta no sea aplicada. Mañana hay prevista otra jornada de huelgas y manifestaciones en todo el país para exigir al gobierno que entierre la reforma, la novena desde que comenzaron las protestas el pasado 19 de enero.
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