Macron sortea a la Asamblea Nacional para imponer por decreto su reforma de las pensiones
El presidente francés expone a su Gobierno a una moción de censura que podría conducir a un adelanto de las elecciones legislativas
La imposición por decreto de la reforma de las pensiones de Emmanuel Macron corre el peligro de avivar el descontento social en Francia y provocar ... una crisis política. Los sindicatos anunciaron este jueves nuevas protestas en la calle, mientras la oposición prepara mociones de censura para tratar de hacer caer al Gobierno de la primera ministra, Élisabeth Borne. El presidente decidió recurrir al artículo 49.3 de la Constitución ante el temor de un rechazo del proyecto por parte de los diputados. Este mecanismo permite al Ejecutivo evitar que el texto sea sometido al voto de la Asamblea Nacional.
Macron era consciente de que no tenía apoyos suficientes para que se aprobara su plan, a pesar de que, horas antes, el Senado, dominado por la derecha, lo había refrendado por 193 votos a favor y 114 en contra. «Hasta el último minuto hicimos todo lo posible para lograr una mayoría», dijo Borne en una entrevista en TF1. La primera ministra aseguró que la decisión de recurrir al 49.3 fue «colectiva», no sólo de Macron. Dijo ser «bien consciente del esfuerzo que piden a los franceses para trabajar dos años más» que ahora para cobrar la pensión. «Puede que algunos piensen que todo se puede financiar endeudándose, pero no es serio», consideró. Borne sigue pensando que la reforma es «necesaria para mantener nuestro sistema de pensiones por reparto».
Los sindicatos no dan su brazo a torcer y llaman a movilizaciones durante el fin de semana
En una corta y agitada sesión en la Asamblea Nacional, la primera ministra anunció a los diputados la decisión de recurrir al 49.3 y de plantear la responsabilidad del Gobierno ante la Asamblea Nacional no sobre el texto inicial de las reforma, sino sobre el compromiso alcanzado el miércoles en la comisión mixta paritaria (CMP) de la Cámara Baja y el Senado.
La primera ministra justificó el recurso a este mecanismo, considerado por los expertos como una especie de arma nuclear constitucional, entre abucheos y gritos de los diputados de La Francia Insumisa (el equivalente de Podemos en Francia), que entonaron de pie La Marsellesa, el himno nacional. También provocó manifestaciones espontáneas en París, Marsella, Lille y otras ciudades. La Policía de la capital dispersó por la fuerza a las 6.000 personas que esta noche se concentraban en la plaza de la Concordia, situada entra la Asamblea Nacional y el Palacio del Elíseo.
«Brutal e injustificada»
Tampoco los sindicatos están dispuestos a dar su brazo a torcer ante una reforma que consideran «brutal, injusta e injustificada». Además estiman que la decisión de recurrir al 49.3, en vez de someter el voto al Parlamento, es «una negación de la democracia». Las centrales instaron a los ciudadanos a seguir protestando este fin de semana en las calles y anunciaron una novena jornada de manifestaciones para el próximo jueves.
Por su parte, la oposición criticó que con el decreto constitucional el Gobierno quiere «imponer por la fuerza» su reforma de las pensiones y anunció que presentará varias mociones de censura para hacer caer el gabinete de Borne. «Quien siembra el caos, recoge (una moción de) censura», dijo la diputada izquierdista Mathilde Panot, líder del grupo parlamentario de La Francia Insumisa.
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«Después de la bofetada que acaba de dar la primera ministra a los franceses, imponiendo una reforma que no quieren, pienso que Élisabeth Borne tiene que irse», defendió, por su parte, la líder ultraderechista Marine Le Pen, que anunció que su grupo presentará asimismo una moción de censura. Sus diputados votarán también a favor de todas las que encabecen otros grupos parlamentarios.
Bertrand Pancher, líder del grupo Libertades, Independientes, Ultramar y Territorios (LIOT), exigió además «la retirada inmediata» de la reforma de las pensiones y «la dimisión del Gobierno». «Sin respuesta rápida, nuestro grupo presentará una moción de censura en las próximas horas», algo que también hará La Francia Insumisa.
289 votos
La única que tiene posibilidades de prosperar sería liderada por LIOT con el apoyo del resto de las formaciones. Para su adopción se necesitan 289 votos. Sólo se alcanzarán si la apoyan todos los diputados de la alianza de partidos de izquierda Nupes, de Reagrupación Nacional y LIOT, y de al menos 32 de los 61 diputados de Los Republicanos, la derecha moderada.
Los diputados tienen veinticuatro horas para articular esta figura parlamentaria. Se necesitan al menos 56 diputados para poder formularla. La votación tendría lugar 48 horas después de su presentación. En caso de que prospere, el Gobierno de Borne caería. Macron podría entonces cambiar de primer ministro o convocar nuevas elecciones legislativas. Si no se presenta ninguna moción de censura en el plazo y condiciones previstos, la reforma de las pensiones quedaría automáticamente aprobada sin que el texto sea sometido al voto de la Asamblea.
49,3
es el artículo de la Constitución francesa que permite eludir al Parlamento en situaciones especiales.
La decisión del Gobierno de recurrir al 49.3 para aprobar la reforma demuestra que el Ejecutivo no ha sabido convencer ni a los diputados ni a los sindicatos ni a los franceses. «El combate continúa», aseguró el Partido Socialista en un comunicado. Dos de cada tres ciudadanos se oponen a la reforma de las pensiones de Macron, según los sondeos recientes.
Macron pretende retrasar la edad de jubilación a los 64 años, en vez de los 62 actuales. Si finalmente la reforma es aplicada, Francia seguirá siendo uno de los países europeos donde los trabajadores se jubilan antes. En otros de su entorno ya se jubilan a los 65 o 67 años.
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