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El primer ministro de Israel desde 2009, Benjamín Netanyahu. Reuters

La Fiscalía anuncia el procesamiento de Netanyahu por tres delitos de corrupción

Esta decisión podría influir los resultados electorales de las próximas elecciones generales, que se celebrarán en Israel el próximo 9 de abril

Mikel Ayestaran

Corresponsal en Jerusalén (Israel)

Jueves, 28 de febrero 2019, 17:27

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Benyamin Netanyahu se mostró este jueves desafiante ante la decisión de procesarle por corrupción anunciada por la Fiscalía General y aseguró que seguirá «sirviendo como primer ministro muchos, muchos años». En una intervención televisada, el primer ministro insistió en que «todas estas acusaciones van a colapsar». «Estoy 400 por cien seguro». Y se mostró firme para intentar atenuar el impacto que su procesamiento puede tener en las elecciones que el país celebrará dentro de 40 días.

Esta vez el enemigo no es Irán, Hezbolá o Hamás, esta vez es la justicia de su país la que amenaza a Netanyahu tras anunciar su procesamiento por «soborno, fraude y abuso de confianza». Su partido, el Likud, trató hasta el último momento de frenar el anuncio de la Fiscalía, pero no lo consiguió y las encuestas apuntan a que este contratiempo les podría costar hasta cinco escaños en el próximo parlamento.

Desde el partido no se habló del fondo de unos casos de corrupción que comenzaron a investigarse hace tres años, solo del precio electoral que puede tener la decisión del fiscal general, Avijai Mandelblit, que habría enviado una carta al propio Netanyahu en la que le recordó que «ha dañado la imagen del servicio público y la confianza pública en el mismo», según informó el diario Haaretz. Ante la protesta del Likud, el Ministerio de Justicia emitió un comunicado para aclarar que «no hay causas legales que impidan la publicación». El partido enmarcó esta decisión como «resultado de la presión violenta de la izquierda durante los últimos tres años, que pretende derrocar al Gobierno de derechas y ganar las elecciones por una vía distinta a las urnas».

Es la primera vez en la historia del país que un fiscal general anuncia la imputación de un primer ministro en ejercicio. Los casos por los que se procesa a Netanyahu son los conocidos como 'Caso 1000', en el que se analiza la presunta entrega de regalos al primer ministro por parte de empresarios millonarios de Hollywood; el 'Caso 2000', relativo a una conspiración con el dueño del diario 'Yedioth Ahronoth'; y el 'Caso 4000', que investiga si hizo favores al gigante de telefonía Bezeq a cambio de cobertura favorable de él y su mujer Sara en el digital 'Walla', controlado por el mismo empresario, Shaul Elovitch.

La imputación final no tendrá lugar hasta que se celebre una vista cara a cara con Mandelblit, en la que el acusado puede presentar argumentos en su defensa y esquivar el banquillo. Hasta que esto se produzca, el político puede seguir con su actividad y Netanyahu insistió desde que comenzó la investigación policial que aunque fuera imputado no pensaba dimitir, ni abandonar su candidatura para las elecciones, ni renunciar a la presidencia del Likud.

«Dependerá de vosotros. No de los funcionarios. No de los estudios de televisión y los tertulianos. Solo de vosotros. No dejéis que esta caza de brujas os confunda», instó Netanyahu a los telespectadores en su discurso televisado, en el que también hizo alusión a su buena sintonía personal con Donald Trump y Vladímir Putin como señal de garantía de la seguridad futura si sigue en su puesto.

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