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El príncipe Andrés, en una imagen de archivo. afp
El príncipe Andrés fracasa en la anulación de la demanda de Giuffre

El príncipe Andrés fracasa en la anulación de la demanda de Giuffre

El duque de York vende su chalet en los Alpes para reunir el dinero para abogados y compensación

Iñigo Gurruchaga

Corresponsal en Londres

Miércoles, 12 de enero 2022, 16:54

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El príncipe Andrés de la familia real británica tendrá que someterse a un largo procedimiento judicial en Estados Unidos o negociar un acuerdo de compensación a Virginia Giuffre, que le demanda por presuntos delitos de violación y abusos sexuales. El juez Lewis Kaplan rechazó este miércoles su petición que declarase inválida la demanda.

La derrota pone fin a una fase preliminar de un procedimiento, que, si no surgen más obstáculos, pasará ahora a la fase de «descubrimiento». Significa que los abogados de ambas partes intercambiarán documentos y que Andrés tendrá que someterse a un interrogatorio de al menos siete horas por los representantes de Giuffre.

De soltera Virginia Roberts, acusa al príncipe británico de haber practicado actividades sexuales con ella en tres ocasiones, cuando tenía 17 años, y era una esclava sexual del fallecido magnate, Jeffrey Epstein, y de su asistente, Ghislane Maxwell, a quien un jurado de Nueva York declaró recientemente culpable de cinco cargos que incluían el tráfico sexual de menores.

El caso Epstein ha forzado al consejero delegado del banco Barclays, Jes Stanley, ha apartarse hasta que se aclare su relación con el magnate convicto de pederastia. El divorcio del matrimonio Gates se achaca en parte a la relación de Bill, fundador de Microsoft, con Epstein. Que dejó como legado múltiples fotos rodeado de mujeres jóvenes, y de personajes como Bill Clinton o Donald Trump.

Andrés, tercer hijo de la reina Isabel II, niega las acusaciones de Giuffre, pero no ha colaborado con las autoridades de Estados Unidos para mostrar su inocencia, como había prometido. Su último paso fue la petición de sus abogados para que se anulase la demanda civil, por ser contraria a un acuerdo confidencial firmado en 2009 por Giuffre y Epstein para evitar un juicio a cambio de dinero.

El argumento de los letrados de Andrés era que, en una claúsula de aquel contrato, se estipula que protege de cualquier posterior denuncia a Epstein y a «otros potenciales acusados». Esa descripción incluiría al duque de York. El juez Kaplan afirma en su decisión, de 46 páginas, que el contrato contiene ambigüedades que él no puede resolver.

Un jurado debe decidir qué interpretación es correcta, de la misma manera que tiene la última palabra sobre qué hechos quedan probados. Kaplan no juzga la veracidad de las acusaciones de Giuffre, ni la fuerza del acuerdo de 2009. Todo eso es la tarea posterior, que puede comenzar porque los otros argumentos de los abogados de Andrés para anular la demanda no tienen peso, según el magistrado de Manhattan.

Acuerdo confidencial

Un mínimo porcentaje de demandas civiles desemboca en un juicio en Estados Unidos, por el coste que acarrea mantener durante meses el contrato con los abogados. Ese es un argumento que se ha aireado en el Reino Unido para pronosticar que Andrés pedirá ahora a sus representantes el inicio de una negociación sobre la compensación que le pide Giuffre.

El ajetreo sentimental y de capital de Andrés en los últimos años es llamativo. En 1996 se divorció de su mujer, Sarah Ferguson, pero compartieron la casa familiar hasta 2004. El príncipe pasó a vivir en la Royal Lodge, cerca del castillo de Windsor, tras el fallecimiento de la reina madre. Tiene un alquiler de 75 años, conmutado por el coste de la reforma de la mansión, 9 millones de euros, cuando pasó a ocuparla.

Allí se trasladaron sus hijas y su exesposa, Sarah, desde Sunninghill Park, la mansión que fue regalo de boda de la reina. Tras una larga espera a compradores, la vendieron a un fondo de las islas Vírgenes Británicas, en el que se ocultaba del fisco Timur Kulibayev, yerno del dictador kazako Nursultan Nazarbayev y patrón de los hidrocarburos del país. Pagó 18 millones, tres y medio más del precio de venta, en 2007, y dejó que se pudriese hasta su derribo.

Andrés y Sarah habrían vendido ya el chalet en los Alpes suizos que compraron en 2014. En noviembre pagaron el último tramo, cerrando así la demanda en los tribunales por impago de la propietaria que se lo vendió. Los medios británicos especulan que el príncipe reúne dinero para pagar la minuta de sus abogados y la compensación que negociarán con los de Giuffre.

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