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Imagen de París durante la protesta.

Las protestas en Francia reúnen a 125.000 personas, con 1.723 detenidos

Los manifestantes han incendiado coches, construido barricadas y destrozado varios comercios en el centro de la ciudad | Ya suman 55 heridos, tres de ellos son agentes y otros tres periodistas

fernando iturribarría / agencias

Corresponsal. París

Sábado, 8 de diciembre 2018

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Las protestas de los «chalecos amarillos» han reunido este sábado a 125.000 personas en toda Francia, de los cuales 10.000 en París, y las fuerzas del orden han llevado a cabo 1.723 detenciones, ha anunciado el ministro de Interior, Christophe Castaner. Una cifra que puede aumentar dado que los disturbios continúan en la capital y en otras ciudades, ha afirmado Castaner en una comparecencia ante la prensa junto al primer ministro, Édouard Philippe, que se ha felicitado de la acción de la policía.

«Las fuerzas del orden han hecho que se respete la ley», subrayó Philippe, que puso el acento en que ahora es momento para el diálogo que ya empezó él mismo con los «chalecos amarillos» el sábado y que «debe continuar». Anteriormente, había a los agentes del orden en Twitter.

Un portavoz de la Prefectura de Policía ha precisado que, en París ya se contabilizan 55 heridos, tres de ellos agentes. Los principales puntos de choque entre los antidisturbios y los manifestantes se registran en torno a los Campos Elíseos, como en la avenida Marceau o en la calle Courcelles, donde varios coches han sido incendiados y donde se han levantado barricadas. Los manifestantes han destrozado varios comercios en el centro de la ciudad a pesar de que éstos han reforzado su protección para evitar saqueos.

En los disturbios han resultado heridos al menos tres periodistas. Dos fotógrafos de 'Le Parisien' fueron alcanzados en la zona de los Campos Elíseos por proyectiles tipo 'flash-ball', pelotas de goma diseñadas para labores antidisturbios. Uno de ellos recibió un impacto en la nuca y otro en la rodilla, ha informado el propio periódico.

Una periodista de la agencia de noticias A2PRL ha publicado una fotografía de un hematoma provocado igualmente por este tipo de proyectil y denuncia que recibió el impacto «mientras tenía mi brazalete de prensa claramente visible».

Disminución en las movilizaciones

En el octavo distrito de París se ha destacado un grupo de vehículos blindados que han llevado a los manifestantes a abandonar en calma la escena, pidiendo a voz en grito la dimisión del presidente del Gobierno, Emmanuel Macron. También se han registrado detonaciones en la calle Beaujon. Los manifestantes se han ido desplazando durante la mañana desde el bulevar Poissonnière hacia la plaza de la República. Algunos están recibiendo gotas en los ojos para reducir el efecto de los gases lacrimógenos lanzados por las autoridades.

El primer ministro francés, Edouard Philippe, ha expresado a través de Twitter su respaldo a la labor de la Policía. «Reconocimiento, admiración y apoyo a nuestra policía», ha señalado.

El Gobierno francés ha informado de cierta disminución en las movilizaciones, con 5.000 participantes menos en todo el país que el sábado pasado a mediodía. La Policía ha realizado numerosos controles , confiscando gafas de buceo, solución salina fisiológica y cascos protectores. En otros puntos del país, la Policía se ha incautado de bates de béisbol y bolas de petanca en propiedad de algunos de los integrantes de los retenes que los 'chalecos' han vuelto a instalar en algunas autopistas, según fotos de las fuerzas de seguridad recogidas por el diario francés.

En Burdeos, la A10 está cerrada en ambas direcciones entre los intercambios de Ambès al norte de Burdeos y Blaye-Montendre. Este cierre se debe a incendios de palés provocados por 'chalecos amarillos' durante la noche, informa France Blue. También están bloqueadas la A7 y la A6 entre Mâcon y Villefranche-sur-Saône, según el periódico Saône-et-Loire. En la A9 se han restringido las entradas y salidas por el sur de Narbonne.

Chalecos amarillos en el peaje de Biriatou. F. DE LA HERA

'Chalecos amarillos' impiden el paso de camiones a Francia

La Policía Foral Navarra ha informado de que la frontera francesa está cerrada al tráfico de vehículos pesados debido a las movilizaciones de protestas de los chalecos amarillos, mientras que en Irún (Guipúzcoa) los manifestantes están impidiendo el paso de camiones a Francia y se han originado retenciones que a las once y media de la mañana alcanzaban ya los cuatro kilómetros en la AP-8, en el peaje de Biriatou, según han informado fuentes del Departamento de Seguridad.

Los primeros problemas han empezado pasadas las nueve y media de la mañana cuando han comenzado las primeras retenciones de medio kilómetro hasta llegar a cuatro kilómetros en el peaje de Biriatou. El carril derecho de la AP-8 está ocupado por camiones y el izquierdo está libre. El Departamento de Seguridad ha señalado que, sobre las once menos cuarto, chalecos amarillos se han colocado en la rotonda de Behobia en Irún y están impidiendo el paso de camiones al país galo, por lo que este punto también está colapsado.

Desde poco después de las 9.00 hora local (8.00 GMT) se han vivido escenas de tensión entre los manifestantes y los agentes antidisturbios, que les han impedido pasar por la avenida de los Campos Elíseos a partir de un determinado punto, en las proximidades del Palacio del Elíseo. Casi una hora después, los antidisturbios han lanzado gases lacrimógenos para dispersar a varias decenas de 'chalecos amarillos' que trataban de penetrar por la calle Arsène Houssaye, adyacente a los Campos Elíseos.

Dos acciones que ponen en evidencia las consignas de reactividad que han recibido las fuerzas del orden para gestionar las concentraciones y evitar que degeneren en escenas de guerrilla urbana como las que se vivieron hace una semana. En el marco de esa misma estrategia, los agentes han procedido esta mañana a realizar numerosas detenciones con carácter preventivo. En ese mismo momento, el primer ministro francés, Édouard Philippe, ha presidido una reunión con los responsables de seguridad en el Ministerio del Interior, entre otros con su titular, Christophe Castaner, para supervisar la marcha del dispositivo por las protestas.

También en Bruselas se han producido detenciones, unas 400, después de una manifestación que ha reunido a más de un millar de «chalecos amarillos» belgas. Algunos individuos han lanzado adoquines y otros objetos contra los policías desplegados en el barrio donde se encuentra la sede de las instituciones europeas, completamente cerrado a la circulación de vehículos y peatones.

Las protestas de los «chalecos amarillos» coincide además con la manifestación a favor de medidas efectivas para frenar el cambio climático, que ha reunido a entre 17.000 y 25.000 personas, según las fuentes. La marcha ha culminado en torno a las 16.00 horas en la plaza de la República y se ha disuelto sin mayores incidentes. Los discursos y conciertos previstos han sido suspendidos por la negativa de las autoridades a permitir la instalación de un escenario.

Por primera vez se recurre a una docena de tanquetas

Unos 89.000 efectivos de las fuerzas de seguridad, casi todos los disponibles, han sido desplegados a lo largo y ancho del país con la misión de evitar que se reproduzcan los episodios de guerrilla urbana que hace una semana elevaron a su paroxismo la crisis social. Varias delegaciones provinciales del Gobierno han prohibido la venta y transporte de carburantes, ingenios pirotécnicos y productos inflamables o químicos.

En París 8.000 policías y gendarmes velan por la seguridad frente a los 4.600 movilizados el sábado anterior cuando se provocaron 249 incendios de vehículos, barricadas y edificios, se saquearon 11 comercios, se rompieron 146 escaparates, se produjeron 133 heridos y se practicaron 412 detenciones. Por primera vez se ha recurrido a una docena de tanquetas de la Gendarmería, un tipo de blindados idóneos para despejar las barricadas de fuego. Pero no se movilizará al Ejército en la vigilancia estática de los centros neurálgicos del poder como habían reclamado algunos sindicatos policiales.

Las fuerzas del orden han llevado a cabo de madrugada controles en los peajes de autopista de acceso a París, donde han requisado diverso material a 'chalecos amarillos' que acudían a la capital, como máscaras de gas, bolas de petanca y otros objetos contundentes.

La capital afronta con síndrome de toque de queda el nuevo desafío de los 'chalecos amarillos' y presenta un aspecto de ciudad sitiada en sus barrios céntricos y acomodados. Lugares emblemáticos como la torre Eiffel, el Louvre, la Opera, el jardín de las Tullerías, el Arco de Triunfo o las Galerías Lafayette permanecerán cerrados al público así como las tiendas de las grandes firmas de lujo, una decena de mercados callejeros, una treintena de estaciones del metro y buen número de museos.

LA CLAVE

  • Medidas de seguridad. Se ha descartado movilizar al Ejército, pero se desplegarán tanquetas de la Gendarmería.

Los servicios municipales han retirado de la vía pública alcorques, vallas, barreras, andamios, maquinaria de obras, contenedores de vidrio y otros elementos susceptibles de ser empleados para levantar barricadas o como proyectiles y armas arrojadizas. Muchos comercios han sido protegidos con verjas y paneles, los establecimientos hosteleros más expuestos han retirado sus terrazas y las empresas de seguridad privada no dan abasto para satisfacer las demandas de particulares.

Las autoridades sanitarias han ampliado las capacidades hospitalarias para responder a un potencial incremento de la actividad asistencial. El pasado sábado 162 personas ingresaron en los servicios de urgencias de los nueve hospitales públicos de París, de las que cuatro permanecen aún en las unidades de reanimación.

En la línea alarmista de dramatizar la amenaza violenta, el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, confirmó el temor a la presencia de armas de fuego entre los manifestantes más radicales apuntada por los servicios policiales de información. «Los 'chalecos amarillos' sinceros no pueden servir de escudos humanos. El objetivo número uno es preservar vidas humanas», dijo. Desde el comienzo de las protestas el 17 de noviembre ya se ha producido la muerte accidental de cuatro personas.

«Un monstruo»

El ministro del Interior, Christophe Castaner, declaró que «en estas tres últimas semanas ha nacido un monstruo que se ha escapado de las manos de sus progenitores». También resaltó que actualmente están implicadas a diario en el movimiento de protestas «unas 10.000 personas». «Eso no es el pueblo, no es Francia. Es una pequeña minoría», valoró.

Eric Drouet, uno de los líderes del movimiento, es objeto de diligencias judiciales por unas declaraciones en las que llamaba a «entrar en el Elíseo». La Fiscalía de París ha abierto a este camionero una causa por provocación a la comisión de un crimen o un delito y organización de una manifestación ilícita. Su domicilio fue registrado y su mujer, interrogada.

Los 'chalecos amarillo libres' reiteraron su llamamiento a no manifestarse en París porque «es una encerrona». Portavoces de esta corriente moderada, abierta a un diálogo con el Ejecutivo, fueron recibidos a última hora por el primer ministro, Edouard Philippe, y no por Emmanuel Macron como querían. El presidente no comparecerá en público antes del lunes para «no echar leña al fuego» según su entorno.

El apoyo popular a la protesta ha bajado por primera desde su arranque pero persiste en cotas mayoritarias. Según una encuesta realizada el miércoles y el jueves, el 66% de los franceses simpatiza con los 'chalecos amarillos', lo que supone un descenso de seis puntos con respecto al inicio de esta semana.

Otro factor de alivio para el Gobierno es la desconvocatoria de la huelga de transportistas anunciada a partir de mañana. Los sindicatos CGT y Fuerza Obrera se declararon satisfechos por los compromisos escritos obtenidos de la patronal del sector y del Ejecutivo sobre la remuneración de las horas extras, su caballo de batalla.

Trump echa leña al fuego

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha responsabilizado de las actuales protestas en París al acuerdo contra el cambio climático y ha asegurado que los manifestantes están coreando su nombre en apoyo a sus políticas.

«Parece que el Acuerdo de París no está funcionando muy bien en París. Hay protestas y disturbios por toda Francia. La gente no quiere pagar grandes sumas de dinero a países del tercer mundo (bajo un liderazgo cuestionable) para, quizás, proteger el medio ambiente. Están cantando '¡Queremos a Trump!'. Me encanta Francia», ha escrito el presidente en su cuenta de Twitter.

Policías vigilan a los jóvenes, arrodillados en el patio del liceo. TWITTER

El arresto de 151 estudiantes indigna a la población

IVIA UGALDE

Las impactantes imágenes difundidas en las redes sociales de 151 estudiantes de rodillas, con las manos en la cabeza y vigilados por las fuerzas del orden han causado un gran revuelo en Francia. Los jóvenes, críticos con las reformas del Gobierno, son solo una representación de los que ya se han sumado a la ola de descontento que recorre el país y bloquean desde comienzo de la semana un centenar de centros de educación. Los incidentes que provocaron su detención se produjeron el jueves en un instituto de Mantes-la-Jolie, un barrio en el oeste de París, donde más de cien personas, entre ellas varios encapuchados, se enfrentaron con la Policía y quemaron dos automóviles.

El ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, admitió que las imágenes son «impactantes» y avanzó que se va a llevar a cabo una investigación administrativa. Aun así pidió «poner las cosas en su contexto» y tener «cuidado» a la hora de sacar conclusiones porque «estamos en un clima de violencia excepcional». «Ocurrieron cosas muy graves», dijo antes de añadir que la mayor parte de los arrestados fueron puestos en libertad mientras que algunos serán presentados ante el juez. Según explicó, unos jóvenes ajenos al liceo, «profesionales de la violencia», lograron arrastrar a algunos alumnos y quemaron papeleras, robaron bombonas de gas y atacaron a la Policía, que «trató de neutralizarlos».

Prueba de que la ira se extiende en el país fue la marcha que ayer protagonizaron en París miles de alumnos de secundaria al grito de «¡Macron, dimisión!». Ya la víspera, aparte de los incidentes ocurridos en el liceo de Mantes-la-Jolie, más de 700 estudiantes fueron detenidos e interrogados por la Policía, en la cuarta jornada consecutiva de protestas en los centros de enseñanza.

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