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SR. GARCÍA
Así es Marchena, el ponente de la histórica sentencia del 'procés'

Así es Marchena, el ponente de la histórica sentencia del 'procés'

Perfeccionista y empeñado en que el juicio transcurriera sin tacha, la filtración de la sentencia 48 horas de que se hiciera pública le cayó como un jarro de agua fría

Mateo Balín

Madrid

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Lunes, 14 de octubre 2019, 10:28

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Con los deberes hechos, sin cuentas pendientes, con la sentencia que ya le acompañará de por vida ultimada y sabiéndose que es desde hace meses uno de los hombres más observados de este país, el viernes, antes de abandonar su despacho del Tribunal Supremo, hizo una fotografía al cielo. Es un hábito que Manuel Marchena (Las Palmas de Gran Canaria, 1959) tiene desde hace años. Ese día el cielo de Madrid estaba azul, ni una nube. Poco podía imaginar el hombre que ha dictado la sentencia de los líderes del 'procés' que horas después le iba a estallar una tormenta. Quienes lo conocen saben que es meticuloso, perfeccionista y que pocas cosas le gustan dejarlas al azar. Por eso, en los cuatro meses que duró el juicio puso todo su empeño para que su trabajo y el de sus compañeros de tribunal no recibiera una tacha, que, independientemente del fallo, nadie pudiera poner un pero a su labor. Hecho lo más difícil, cómo para sospechar que una filtración –hay quien habla incluso que fue interesada– le cayera como una mancha en una camisa inmaculada a primera hora del sábado, mientras se anudaba la corbata para acudir a la recepción que los Reyes ofrecieron en el Palacio Real con motivo del Día de la Hispanidad. Tragó saliva e incluso compartió algunas impresiones con un grupo de periodistas.

Se guardó muchas otras. Porque lo que le pide el cuerpo a Marchena, hijo de capitán legionario y maestra que pasó su infancia y adolescencia en El Aiaún, es dar con quien ha puesto en tela de juicio un trabajo hasta este sábado calificado de sobresaliente hasta por sus detractores. El término sedición ya está ligado para la eternidad con Marchena, un juez que ha librado no pocas batallas y que se ha ganado el respeto y la popularidad con decisiones como la que adoptó en noviembre del año pasado, cuando renunció a ser presidente del Supremo y del Poder Judicial, un nombramiento acordado por PSOE y PP. Un mensaje, que también se filtró desde un grupo de Whatapp, del portavoz popular en el Senado, Ignacio Cosidó, dando a entender que habían colocado a uno de los suyos le hizo desistir. Aquello le hizo alcanzar en cierto modo una popularidad, aparte del respeto y aplauso de la carrera judicial, que ha llegado a cotas insospechadas por su argumentario durante el juicio del 'procés'.

Marchena es magistrado del Tribunal Supremo desde 2007 y presidente de la Sala Segunda desde noviembre de 2014

Aunque suene chocante, este juez que en marzo cumplió los 60 años, aficionado a la natación y la música, tiene hasta un club de fans. Y algunas de las frases que lanzó durante el proceso –«como tengo razón lo dejamos y hace usted otra pregunta», «mire, vamos a ver, está usted ante la autoridad judicial»– se han plasmado junto a su rostro en camisetas que pueden adquirirse por la web.

Estudió Derecho en la Universidad de Deusto empujado por los jesuitas de su colegio. En Bilbao conoció a su mujer, con quien tiene dos hijos. Marchena es magistrado del Tribunal Supremo desde 2007 y presidente de la Sala Segunda desde noviembre de 2014 tras vencer en la pugna a sus compañeros Cándido Conde-Pumpido y Miguel Colmenero. Precisamente, esta semana se presenta a la reelección después de cumplirse los cinco años de su mandato.

Licenciado en Derecho en 1981 con la máxima calificación académica, también es doctor en Derecho y es muy habitual su participación en docencia y conferencias. Es fiscal excedente, carrera en la que ha ejercido en el Supremo de 2004 a 2007 y fiscal de sala jefe de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado. En 2012 fue designado por el Ministerio de Justicia como presidente de la comisión creada ese año para la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Código Procesal Penal), la que cambió el término imputado por investigado para reducir la carga acusadora del primero.

Autor de numerosos libros y artículos publicados en revistas especializadas, fue el ganador del premio La Ley al mejor trabajo doctrinal

Entre sus últimas resoluciones destaca su auto de archivo, de abril de 2016, de la querella contra el secretario general de Podemos Pablo Iglesias presentada por Manos Limpias, en relación al llamado 'informe PISA' sobre la supuesta financiación irregular de la formación morada elaborado por la 'inteligencia' policial sin membrete oficial. Lo hizo entre críticas a la inclusión de «informaciones periodísticas» para sustentar la querella, que «no estén mínimamente avaladas por algún elementos objetivo que apoye su verosimilitud».

Y en febrero de 2017 avaló en la sentencia la llamada 'lista Falciani' como prueba válida para fundar una condena por delito fiscal en España. En esa resolución, Marchena hizo una distinción entre las dos formas de obtención ilícita de documentos o datos de terceros. Si lo hace la policía o «los aparatos del Estado» valiéndose de «atajos», la prueba no es válida («no surtirán efecto las pruebas obtenidas, directa o indirectamente, violentando los derechos o libertades fundamentales»), pero si lo hace un particular, que «no buscaba prefabricar pruebas sino obtener un lucro», como era el caso del informático Hervé Falciani, sí se le puede dar validez. Todas estas afirmaciones con el 'caso Villarejo' como telón de fondo.

Autor de numerosos libros y artículos publicados en revistas especializadas, fue el ganador del premio La Ley al mejor trabajo doctrinal con el titulado 'Implicaciones jurídico-penales del correo electrónico'.

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