Ramón Gimeno, amigo leal, jurista brillante y consejero prudente
Luis Enrique García Delgado
Martes, 9 de diciembre 2025, 01:00
Este domingo hemos conocido la tristísima noticia de que nuestro compañero, Ramón Gimeno, durante muchos años Magistrado de lo Social número 5 de Santander, falleció ... a la muy prematura edad de 61 años. Definir lo que ha sido y representado Ramón para tanta gente, no solo para sus compañeros, es muy difícil. Amigo leal, jurista brillante, consejero prudente, son atributos que podrían encajarle perfectamente. Pero sobre todo Ramón era, como dijo el poeta, «más que un hombre al uso que sabe su doctrina, en el buen sentido de la palabra, bueno».
Y esa bondad la sabía llevar a todos los sitios: al Juzgado, a la asociación judicial Francisco de Vitoria, a la que ambos pertenecíamos, a la mesa donde nos sentábamos (este que escribe cree recordar que la primera vez que le vio fue precisamente en una comida), al juego, al viaje y en general a todos los sitios a los que iba, en donde su jovialidad prendía como una llama.
Era además una persona sumamente combativa y creyente de las causas que defendía. Ese fervor es el que nos animaba y nos impulsaba a los demás a hacer las cosas que con él compartíamos, sabiendo que siempre podías contar con su apoyo o su consejo. El domingo se nos fue y muchos sospechamos que el estrés laboral, que él tanto denunció y combatió cuando fue nuestro portavoz, y posteriormente nuestro delegado de prevención, guarda relación con su temprana marcha.
Como 'vitorino' siempre demostró su proactividad, su capacidad de escucha y una voluntad inquebrantable de luchar contra la injusticia. Ramón sabía transmitir con claridad y firmeza las inquietudes de sus compañeros, defendiendo nuestras reivindicaciones sin perder jamás la elegancia, la mesura ni la humanidad que le caracterizaban. Como jurista era un referente: estudioso, meticuloso y, sobre todo, con una honestidad profesional que hacía que nunca tuviera miedo de expresar una opinión discordante, aunque eso le hiciera ir contracorriente o no ser comprendido. Allí, la persona permeaba al jurista, porque la buena crianza nunca estuvo reñida con la defensa de las propias convicciones Quienes trabajaron con él siempre recordarán su mirada franca, su educación y su buen humor.
Temprano levantó la muerte el vuelo. Pero los que aquí quedamos sabemos que Ramón seguirá animándonos desde arriba. Sintiéndole próximo, recordando su ejemplo, tendremos fuerzas para resistir los tiempos duros que nos vienen..
Magistrado y portavoz de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria.
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