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La Virgen de la Barquera salió en procesión desde la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles.
San Vicente cumplió con el rito de La Folía

San Vicente cumplió con el rito de La Folía

Las malas condiciones del mar deslucieron una inusual procesión marítima

VICENTE CORTABITARTE

Lunes, 1 de mayo 2017, 07:49

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Los barquereños cumplieron este domingo con su rito centenario de devolver a su patrona, la Virgen de la Barquera, a las aguas por las que según la leyenda llegó a su bahía en un lejano «martes de Pascua florido». A las 19.30 horas la patrona de San Vicente era embarcada en el pesquero 'Nuevo Mar Gloria' mientras se encendía una traca, se lanzaban cohetes y se hacía sonar la sirena del puerto, pero en esta ocasión las adversas condiciones del mar impidieron que el acto central de la popular fiesta de La Folía se pudiese celebrar con la solemnidad y participación de otros años, ya que el fuerte viento y el oleaje impidió que, en la procesión marítima, el barco de la Virgen estuviese acompañado por el resto de embarcaciones del puerto, como ha sido costumbre desde siempre, en lo que finalmente fue un corto paseo por el interior de la ría que tan solo se prolongó desde el antiguo muelle pesquero hasta la bocana del puerto, sin salir a mar abierta, para regresar de nuevo hasta el muelle pesquero de La Barquera.

Las estrictas medidas de seguridad fijadas por las autoridades marítimas limitaron en esta edición el desarrollo de la procesión marítima, para desdicha de los muchos cientos de personas que llevaban tiempo esperándolo, muchas de ellas llegadas desde diferentes puntos de España, que finalmente no pudieron cumplir con su deseo de embarcar y acompañar a la patrona barquereña, a pesar de que se contaba con un amplio dispositivo de seguridad, con numerosos medios humanos y mecánicos.

Medidas estrictas

Esta ha sido una de las pocas ocasiones que se recuerda, en la historia reciente de La Folía, que se han llegado a tomar medidas tan estrictas de seguridad, ya que según recordaban algunos vecinos y marineros, en peores condiciones toda la flota pesquera participaba, aunque se limitase por el interior de la ría.

Al margen de esta incidencia, La Folía se celebró a lo largo de todo el fin de semana con una multitudinaria participación, por la coincidencia con el largo puente festivo del Primero de Mayo, a pesar del mal tiempo que reinó en algunos momentos.

Con estricta puntualidad, la imagen de la patrona barquereña salió en procesión a las 18.00 horas de ayer, siendo llevada a hombros por los picayos, desde la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles hasta el antiguo muelle pesquero, recorrido en el que estuvo acompañada por la Banda de Cornetas y Tambores y numerosos fieles. En el acto participaron el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, la vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos, el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Ramón Ruiz, la presidenta regional del PP, la corporación barquereña, senadores y diputados nacionales, regionales y algunos alcaldes de la comarca.

Pocos antes de embarcar a la Virgen se produjo la siempre esperada actuación de las picayas barquereñas, uno de los momentos estelares de la fiesta, en la que las 16 jóvenes elegidas interpretaron las viejas melodías en honor de su patrona, acompañadas del toque de la pandereta.

Emoción y nervios

Entre las picayas se encontraba la joven María Fernanda Balbín, que con sus 16 años se enfrentaba a su primera participación, por lo que apenas pudo contener su emoción y nervios al saber que durante unos minutos sería la protagonista que todo el mundo observaría. Al final, quedaron los aplausos y la satisfacción de haber cumplido con un ritual que con anterioridad también realizaron en su familia.

Pero no en todos los casos se participaba para cumplir con una tradición familiar, como en el caso José Salcedo, un joven peruano que apenas lleva 10 años en España y que se sintió cautivado por la fiesta y por su devoción, lo que le ha llevado a sumarse a los picayos para llevar sobre sus hombros a la patrona barquereña.

Los actos religiosos culminaron llevando de nuevo la imagen de la Virgen hasta su Santuario, en donde nuevamente actuaron las picayas para finalizar con la emotiva 'Salve marinera'.

La fiesta concluyó con la última romería y verbena en la plaza Mayor del Fuero, amenizada por la orquesta Ipanema.

A pesar de la lluvia, con la que despertó ayer San Vicente, desde primeras horas de la mañana la villa fue tomada por numerosas personas que abarrotaron las calles y establecimientos hosteleros que a la hora de comer no tenían ya mesas libres.

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