«Implantaremos un sistema de denuncia anónimo para combatir la brucelosis»
Miguel Ángel Cuevas, director general de Ganadería y Desarrollo Rural, asegura que «ya nos hemos puesto al día con el pago de las ayudas que teníamos pendientes e incluso estamos abonando el dinero dos meses antes respecto al año pasado»
Enrique Munárriz
Lunes, 12 de junio 2017, 07:48
A Miguel Ángel Cuevas no le asusta la carga de trabajo. Acaba de sumar a la DirecciónGeneral de Desarrollo de Rural las competencias de Ganadería ... tras el cese de su antecesora. Dice que su mayor reto en este momento es acabar con el dudoso honor de ser la única comunidad donde hay prevalencia de brucelosis. Cree que sus 30 años como funcionario de la Administración le ayudarán a enfrentarse a este macrodepartamento y ve acertada la unión de ambos departamentos.
La brucelosis, la tuberculosis, los problemas con las ayudas del Bienestar Animal, los enfrentamientos de los ganaderos a cara de perro con Miguel Ángel Revilla, las manifestaciones, casos de vacas locas en Camargo... No sé si hay que darle la enhorabuena o el pésame por su nuevo cargo.
Hay de todo, quien me da la enhorabuena y el pésame, depende del día. Está claro que asumo una responsabilidad mucho mayor de la que tenía, pero lo hago con confianza, ilusión y con un equipo bueno para responder al reto.
Hasta ahora cada área tenía su propia entidad. ¿Su fusión no se puede entender como un menosprecio al sector? ¿Teme el enfado de los ganaderos?
Para nada. Está muy bien explicado en el decreto. Se fundamenta en que el sector ganadero es preponderante en el sector primario. Está estrechamente unido al régimen de ayudas y de la Política Agraria Común. Tiene mucha lógica que se fusionen. Creo que no va a haber ningún problema.
La gestión que se ha hecho de la brucelosis puso en jaque al departamento. ¿Se ha convertido en su principal quebradero de cabeza?
Es el principal reto que tenemos. Lo primero será mejorar el control. El problema está identificado perfectamente y asociado al pasto comunal de Campo de Suso, Valdeolea y a la zona del Nansa. Es el foco que venimos arrastrando desde hace años. Tenemos la obligación de controlar de manera más exhaustiva los animales que van al pasto mancomunal y cualquier incidencia que ocurra.
¿Y qué se puede hacer?
Hay que controlar el periodo en el que comparten pastos unas cabañas con otras, desde ahora hasta octubre, y mejorar la comunicación. Vamos a poner en marcha inspecciones en las zonas comunales, que hasta ahora sólo se hacía de manera puntual cuando una junta vecinal ponía una denuncia de que había ganado descontrolado, y a implantar un sistema de denuncia anónimo y confidencial a través de un teléfono para que sean los propios ganaderos los que denuncien si ven algo anómalo. Es un mecanismo que debe funcionar. Lo que no puede ocurrir es que transcurran cuatro meses de aprovechamiento de pastos compartidos entre cabañas de distintos orígenes que sean opacos desde el punto de vista de la información.
Todo para evitar los 16 vacíos sanitarios del año pasado.
Tenemos el desgraciado honor de ser la única comunidad autónoma que tiene prevalencia de brucelosis con tres municipios cerrados a la venta de reses de más de 12 meses o con destino que no sea el matadero. Estamos rodeados por provincias declaradas oficialmente indemnes: País Vasco, Burgos yAsturias, lo que significa que llevan tres años sin casos positivos. Nuestra situación, siendo exportadores de animales, es de clara inferioridad dentro de un mercado único. Nuestra obligación es llegar a su nivel. Ahí no hay ninguna flexibilidad. Una vez que se diagnostica un caso positivo y se confirma con el aislamiento, el resto de los animales pasa a tener la consideración de animal sospechoso. Es decir, no se matan vacas sanas a pesar de lo que se diga. Se ha llegado a un punto que ya no puedes correr el riesgo de que queden animales que puedan generar dudas.
¿Le preocupa la reaparición del síndrome de las vacas locas después del susto con la explotación de Camargo? ¿Se han tomado medidas adicionales en el resto de Cantabria?
El síndrome de las vacas locas no es en absoluto preocupante, porque ya están las medidas tomadas desde el año 2000. El caso que ha habido estaba controlado.
La anterior directora de Ganadería dimitió. La Justicia investiga un presunto delito de tráfico de influencias para dar el contrato de saneamiento animal a Tragsa. ¿Se ha abierto alguna investigación?
No hay nada raro en el proceso ni se ha abierto ninguna investigación. Se trata de una gestión completamente ordinaria para dejar el servicio en manos de una empresa pública, que es lo que están haciendo la mayoría de las Comunidades. Todo lo que haya pasado es accidental y externo a la Consejería.
¿El sector lácteo es una ruina en estos momentos?
Creemos que ahora no es un problema porque ha subido el precio del litro de la leche. El sector se sigue reestructurando, eso es inevitable. El problema de Cantabria es que la oferta no es capaz de organizarse, no está unida, no somos capaces de crear una gran cooperativa. A diferencia de otras regiones, que precisamente tienen más fuerza, estamos divididos, dispersos y no concentramos la oferta.
Los Servicios Jurídicos del Gobierno les obligaron a revisar todas las solicitudes de ayudas para bienestar animal de los ganaderos. ¿Se han puesto al día con los pagos?
Sí. En la gestión de ayudas comunitarias, después de superados los trances de la puesta en marcha en 2015 y 2016, ya se ha regularizado el calendario de pagos e incluso se han adelantado fechas hasta dos meses respecto al año anterior. Las ayudas de 2015 las pagamos hace tres meses y la ayuda de 2016 la pagamos el viernes. Hoy cobrarán los ganaderos. Después de todos los problemas que hemos sufrido, creo ya hemos respirado un poco.
¿Qué retos se marca para los próximos dos años en Desarrollo Rural?
Vamos a poner en marcha nuevas ayudas a los caminos agrarios mediante una orden de concurrencia competitiva abierta a los ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes. En modernización de explotaciones vamos a aumentar la aportación que se hacen a los planes de mejora, y se puede considerar que en conjunto las ayudas están encarriladas.
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