Arte de nuestro tiempo

De sus años de bachiller guarda un recuerdo especial de su profesor, el Padre Florentino, quien le inoculó el virus del arte, el síndrome de Stendhal, sobre todo por la pasión que transmitía en las explicaciones. Sin querer, o queriéndolo, no sé, subraya la importancia de los profesores en la educación de los jóvenes estudiantes y la huella que sutilmente pueden dejar. Insiste en una actitud fundamental que se debe tener ante el arte, yo diría que en la vida en general, la curiosidad (la curiosidad, decía Amos Oz, tiene una dimensión moral). Afirma: «Ha sido y es el motor fundamental de mi interés por el arte». También alude a la contribución y enriquecimiento que supuso para él visitar museos, galerías de arte y ferias internacionales, así como hablar con artistas y galeristas, para profundizar en sus conocimientos. Respecto a su colección, indica que no obedece a ningún criterio predeterminado, salvo el de contener obras de autores vivos en el momento de su adquisición: «Confieso que no conozco la fuerza que me mueve a elegir una obra, pero es irresistible y no me importa desconocerla».

Estos días, en el CNFOTO, tiene lugar una muestra con piezas excepcionales del prestigioso coleccionista cántabro Jaime Sordo. No es la primera vez que bajo criterios argumentales distintos presenta a los espectadores obras de sus fondos. Estaría bien que Eulogio Sánchez, coincidiendo con las propuestas de reflexión que hace en 'AtraParte', llevase a la mencionada sala una selección de su museo personal.