autorretratos

Hay algunas anécdotas muy divertidas que aluden a cómo nos desconocemos. Por ejemplo, al escuchar nuestra voz en una grabación. No la reconocemos y nos sorprende su timbre, su modulación, su ritmo. Cuando vemos una fotografía de grupo del que formamos parte, nos parece siempre que están mejor los otros. Cuántas personas rechazan ser fotografiadas. La voz, la imagen, también hablan de cada uno. Los artistas han tenido el privilegio de reflexionar sobre su imagen por su dominio de los lenguajes plásticos. Muchos han sido los pintores que cedieron a la tentación de autorretratarse. Algunos reiteradamente, como Durero, Rembrandt, De Chirico o Beckman.

Unas veces sus retratos han sido autónomos; otras, incorporándose como un personaje más en una escena, como se pintó Caravaggio representándose como la cabeza decapitada de Goliat en las manos de David. Probablemente habrá quien se ha representado de un modo más anónimo entre un grupo de figurantes. Si una de las componentes de los retratos es la penetración psicológica en el personaje, es curioso comprobar cómo se ven a sí mismos los artistas en las obras. En este sentido, en el CNFoto hay una exposición titulada 'Ante el espejo' en la que pintores y fotógrafos de Cantabria de distintas generaciones y estilos se han autorretratado. De cuerpo entero o tres cuartos, con el rostro velado incluso alegóricamente.

Acabo recordando otro aforismo de García Martín: «El desconocido que nos mira en los espejos sabe muchas cosas de nosotros mismos que ignoramos».