Gaza, al borde del abismo
Es indispensable garantizar la entrada irrestricta y sin obstáculos de toda la ayuda humanitaria necesaria para una población al borde del colapso
Carlos Rangel Moya
Presidente de la Unión de Profesionales Progresistas
Viernes, 30 de mayo 2025, 07:10
La situación en la Franja de Gaza ha alcanzado un punto crítico, una vergonzante e insoportable crisis humanitaria que, por su escalofriante magnitud y las ... características de la violencia ejercida, nos sitúa ante la sombra ominosa de un posible genocidio. Desde la Unión de Profesionales Progresistas, observamos con profunda consternación cómo la población civil sufre las consecuencias de una ofensiva militar implacable, una tragedia que se ve lamentablemente perpetuada por el continuo apoyo de los Estados Unidos a las acciones de Israel, alimentando una sensación de impunidad que la comunidad internacional no puede seguir tolerando.
Ante este escenario desolador, la Unión de Profesionales Progresistas alza su voz con la mayor urgencia para exigir medidas inmediatas e ineludibles:
En primer lugar, resulta imperativo un alto el fuego inmediato y permanente por parte del ejército de Israel. Detener las hostilidades de forma incondicional es el primer paso para frenar el sufrimiento, la pérdida de vidas inocentes y la sistemática destrucción de infraestructuras civiles que asolan Gaza.
En segundo lugar, es indispensable garantizar la entrada irrestricta y sin obstáculos de toda la ayuda humanitaria necesaria para una población al borde del colapso. Alimentos, agua, medicinas, combustible y cualquier otro recurso esencial deben fluir sin demora a través de corredores seguros, alcanzando cada rincón de la Franja.
En tercer lugar, no podemos olvidar la urgente liberación inmediata e incondicional de todos los secuestrados por Hamás. Su seguridad y su retorno a sus hogares son una prioridad humanitaria innegociable.
Sin embargo, las palabras no bastan. Ante el incumplimiento de estas demandas fundamentales, la Unión Europea y sus estados miembros deben actuar con la contundencia que la gravedad de la situación exige. Esto implica:
Si el ejército de Israel persiste en su ofensiva y obstaculiza la ayuda humanitaria: La retirada inmediata de todos los embajadores de la UE en Israel enviaría un mensaje inequívoco de condena. Asimismo, la imposición de sanciones económicas sustanciales, equiparables a las aplicadas a Rusia, ejercería una presión real para un cambio de rumbo.
Si Hamás se niega a liberar a los secuestrados: deben implementarse sanciones específicas y focalizadas contra sus líderes y entidades responsables, cesando cualquier apoyo financiero o político hasta que se produzca la liberación.
Desde Cantabria, la Unión de Profesionales Progresistas hace un llamamiento urgente a todos los colectivos sociales, con independencia de su signo político, a que alcen su voz y denuncien públicamente la imperiosa necesidad de actuar para evitar la muerte de más civiles en Gaza. En este momento crítico, es lo que nos queda hacer a la sociedad civil de Cantabria: presionar con nuestra voz para que la comunidad internacional tome cartas en el asunto y ponga fin a esta tragedia.
La inacción ya no es una opción. La historia juzgará nuestra respuesta ante esta crisis humanitaria de proporciones catastróficas. La Unión de Profesionales Progresistas insta a todos los actores internacionales a asumir su responsabilidad moral y legal, a tomar medidas inmediatas y decisivas para poner fin a esta tragedia que amenaza con sumir a Gaza en un abismo aún mayor y para asegurar la liberación de todos los secuestrados. El silencio y la inoperancia nos hacen cómplices de un sufrimiento inaceptable.
La trágica situación actual en la Franja de Gaza subraya una vez más la imperiosa necesidad de una solución duradera que aborde las raíces del conflicto entre Israel y Palestina. Más allá de la urgencia de un alto el fuego y la ayuda humanitaria, la coexistencia pacífica de dos estados, uno palestino y otro israelí, emerge como el único camino viable hacia la estabilidad y la justicia en la región. El reconocimiento mutuo, el respeto por las fronteras seguras y el derecho a la autodeterminación de ambos pueblos son pilares fundamentales para construir un futuro donde la diplomacia reemplace la violencia y la esperanza disipe la desesperación. Es una cuestión de voluntad política y de compromiso inquebrantable con la paz.
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