Complicidades
AL HILO DE LOS DÍAS ·
Durante un tiempo, muchos espectadores establecieron una vecindad entre la producción de Emilio González Sainz y José Luis MazaríoPocas veces en la historia del arte el azar favorece un encuentro entre dos artistas como el que reunió a Emilio González Sainz y José ... Luis Mazarío. Emilio nació en Torrelavega en 1961, José Luis en un pueblo de Teruel en 1963, pero desde pequeño vivió en la ciudad del Besaya. Se conocieron en el estudio del pintor Julio Sanz Saiz con 11 y 13 años, a donde acudieron llevados por su deseo de iniciarse en la pintura. Desde ese momento sus vidas personales y artísticas quedarían entrelazadas hasta el día de hoy y continuarán a buen seguro en el tiempo que tienen por delante. El paralelismo que vivieron desde ese momento les llevó a estudiar Bellas Artes a Bilbao, vivir algún tiempo en el mismo piso, compartir estudio y decidir, en un momento determinado, preparar oposiciones de Enseñanza Secundaria. No acaban ahí las complicidades. La música y la literatura que les gusta está instalada asimismo en ese espacio mental que les vincula. Mantienen un intercambio continuo acerca de su visión del arte y cada vez que uno de ellos prepara una exposición, el primer espectador y crítico más feroz es el otro. En el año 1990 emprenden un viaje en bicicleta durante 20 días por las costas de Cornualles realizando apuntes del natural. Rememoraban la excursión que hicieron por el Saja cuando finalizaron sus estudios de COU.
Durante un tiempo, muchos espectadores establecieron una vecindad entre la producción de uno y otro. Comienzan a exponer en los ochenta, conformando en la década siguiente un lenguaje personal. Es precisamente ese periodo el que queda reflejado en la muestra que ahora puede verse en el CNFoto, obras realizadas en los años noventa procedentes de sus estudios. Formas abstractas, piezas de la etapa metafísica, paisajes con presencia de mujeres en el caso de Mazarío, con las conocidas casas ciegas y los enhiestos árboles al lado de González Sainz, pueden verse en esa salas.
Los dos artistas, en un tiempo en el que la pintura parece estar siendo desplazada de los espacios del arte por el mestizaje de complejas técnicas, con presencia de los medios digitales y las instalaciones, nos devuelven el placer de la contemplación de la pintura. Frente al conceptualismo imperante, José Luis y Emilio nos transmiten en sus piezas la emoción y el misterio que toda obra de arte debe tener.
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