Escuelas municipales
Cuando llega septiembre, los maizales están altos y las higueras dan los deliciosos primeros higos, los estudiantes comienzan a poblar las aulas. Atrás queda el ... tiempo sin tiempo del verano, los juegos y baños en la playa y las tardes cogiendo moras. Se inicia de ese modo el curso escolar. Los padres de familia con hijos en los centros educativos, los que son o hemos sido profesionales de la enseñanza y los propios alumnos solemos hablar del año académico equiparándolo temporalmente al año natural. Algo parecido establecen los políticos cuando consideran el mes como comienzo del curso político, señalando como escaparate no una lección magistral en un salón de actos, sino un mitin en un lugar con determinadas connotaciones simbólicas. En fin.
Paralelamente a los cursos reglados, la ciudad ofrece un abanico de posibilidades de iniciación o profundización en diferentes disciplinas culturales. Variado es el programa de cursos a los que los interesados pueden acudir inscribiéndose en ellos. Lenguajes artísticos diversos que pueden practicarse en las escuelas municipales. Cito varias: Escuela de Circo y Teatro Físico, Escuela de Música, Escuela de Folclore, Escuela de Artes… Involuntariamente, es posible que olvide alguna. Los periodos de matrícula ya están abiertos y a ellos pueden acudir vecinos de todas las edades.
Siempre se ha dicho que una ciudad no es más culta porque haya un gran artista, un reconocido músico, lo será porque el nivel cultural de sus ciudadanos sea más alto. Porque su programación cultural sea rigurosa y exigente, y responda a una demanda de los ciudadanos convertidos en un público fiel y entusiasta. Las escuelas pueden llegar a formar buenos músicos, pintores, intérpretes..., pero lo más importante es que los alumnos con su aprendizaje van a entender y disfrutar más de la disciplina elegida. Al mismo tiempo, como espectadores entendidos, serán más exigentes con las programaciones culturales a las que asistan elevando el nivel técnico y creativo de las mismas. Por otro lado, no hay que olvidar que los espacios culturales son lugares de encuentro, de relación, de intercambio de experiencias creativas. Todo lo contrario a la incomunicación por más que luego la creación propiamente requiera soledad y lenguaje.
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