Espigón de Puertochico
Algunos que no tienen clara o no dominan la jerga marítima, lo llaman «dique» (dique resulta ser un espacio protegido en donde se puede varar ... una embarcación. Dique seco). Espigón es un muro que abriga a las embarcaciones a flote de elementos tales como viento, marejada, etc. y que conforma un espacio portuario.
Hoy día, el mencionado espigón, alejado de sus iniciales intenciones (abrigo de embarcaciones de pesca así como de embarcaciones menores dedicadas al transporte costero o servicios portuarios), ha pasado a ser una 'marina deportiva' que acoge a una abundante y moderada flota de barquitos propiedad de nuestra ciudadanía, carente de esa ostentación tan frecuente de otros puertos del litoral español mediterráneo. Ese es hoy día su propósito fundamental que, a la vez que un negocio portuario, es un adorno que esta ciudad ofrece a sus visitantes sin coste alguno para las arcas municipales...
Dicho todo lo anterior, ahora que se escuchan rumores de remodelación del mencionado espigón no quisiera callar antes de que se cometa cualquier desatino, de esos que nadie ha pedido, que enseguida se deteriora y que casi siempre nadie mantiene. En mi modesta opinión, debiera ser una continuación del paseo del muelle de Calderón ya existente, con sus tamarindos y unos pocos bancos, pero de madera de teka que no sea necesario pintar pero sí limpiar. Con una iluminación igual a la de su margen norte y oeste y, si es necesario poner un monumento o adorno, que éste sea únicamente alegórico a la historia del lugar, que recuerde a la pesca y a nuestros grandes deportistas de la vela. Dejémonos de inventos que ni hacen falta ni pintan nada en ese futuro paseo. Sin bicicletas 'porfa'... pero sí con cámaras de vigilancia y papeleras para tener constancia de cómo se comporta nuestra ciudadanía.
No deberá olvidar su funcionalidad, dejando paso a vehículos hasta la rampa para permitir el paso a ambulancias, de vez en cuando necesarias; alguna facilidad para depositar residuos, así como vehículos de servicio técnico debidamente rotulados y autorizados, con horario tasado. Los barcos también se rompen y necesitan resolver sus problemas.
Seguramente convenga que el suelo tenga alguna leve inclinación o alunamiento y 3 o 4 tomas de agua dulce estratégicamente situadas. Así resultará más fácil su limpieza o baldeo, o la posible extinción de un incendio...
Por cierto, ¿qué pinta la cloaca maltrecha y rota, perteneciente al antiguo sistema de alcantarillado, que se apoya por la parte sur del espigón a la altura del Real Club Marítimo de Santander? Ese detalle retrata a los que tienen el deber de cuidar esta ciudad... Y no olviden a las personas inválidas... En resumen, funcionalidad, materiales duraderos, simplicidad, facilidad de mantenimiento y limpieza... y el que quiera más confort, quizás pueda traer su tumbona plegable como si de una playa se tratara.
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