Lavar o no lavar
Desde hace una década, los enemigos de las lavanderías se aglutinan en silencio en el movimiento 'no wash', y su versión moderada del 'low wash', ... una casi subterránea filosofía que combina el respeto al medio ambiente con una particular teoría estética.
El mayor revuelo lo provocó Stella McCartney en 2019, cuando en una entrevista a The Guardian se le ocurrió compartir un consejo de sus tiempos de aprendiz de sastre: «Como regla general en la vida, si no es absolutamente necesario lavar algo, no lo laves. Yo no cambiaría de sujetador a diario, ni tampoco echo la ropa a la lavadora sólo porque ya me la he puesto». Luego intentó matizar sus palabras con un «en mi higiene personal soy increíblemente rigurosa», pero ya no habría manera de frenar los ríos de tinta: ¿estaba llamando la diseñadora a las masas a la insumisión frente al agua y el jabón?
La idea, sin embargo, ya no era novedosa: «Cuanto más puedas dejar unos vaqueros nuevos sin lavar, más bonitos quedarán. Además, serán únicos», recomendaba en 2014 la marca Hiut Denim Co, que además lanzó el 'No Wash Club' y los primeros concursos de jeans tuneados por el tiempo y la roña. El más popular es el Indigo Invitational, que va por la cuarta edición; los participantes lucen pantalones sin pasar por la lavadora todo un año, que es cuando aseguran que adquieren su mejor aspecto. Del olor, en cambio, no dicen nada. Con todo, lo mejor del movimiento es lo que tiene de salvavidas. Resulta que los millones de adolescentes descuidados y los estudiantes que comparten piso no eran unos chones, como tan injustamente se les ha etiquetado siempre. Qué va: eran activistas del 'no wash', que queda mucho más elegante. Aunque sigan oliendo a rayos, vamos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión