Parque temático
Los vecinos de Castilla-Hermida pierden estos días un bar, el Garay, pero van a perder todavía más si finalmente el local se destina a ... lo previsto: apartamentos turísticos. Cierto que de bares y cafeterías de momento no tenemos escasez, ni en ese barrio ni en prácticamente ningún rincón de la Comunidad, e incluso del país; ni los cambios sociales ni las nuevas tecnologías han conseguido acabar con esas particulares redes sociales 'offline' que no solo conforman el paisaje urbano, sino que son casi un santo y seña de nuestra identidad patria.
De momento, claro, porque el progreso viene con la fuerza de una apisonadora, dispuesto a cambiar la cara de nuestras calles: donde antes había una modista, una librería o una churrería, de repente un día aparece una puerta con cerradura de códigos. Son esos alojamientos 'low cost', que no está muy claro si se refiere al bajo precio que prometen –y que no siempre lo es tanto– o al escaso coste inversor que realiza el promotor.
Me lo explicaba este verano Paco Roales, en la puerta de su librería en la calle del Sol: «Casi todos los pisos aquí se han reconvertido en apartamentos turísticos». Efectivamente, mientras hablábamos vimos pasar muchos más turistas que vecinos. Si ahora tienen que ubicarse en las plantas bajas, el efecto será que se acabará el comercio en el centro de la ciudad. Un centro que, por cierto, ya es inaccesible para la mayoría de santanderinos, que tienen que irse a vivir cada vez más lejos. Sin servicios y sin habitantes reales, pronto el centro de la ciudad va a parecer un decorado; uno muy rentable, eso sí, porque estará lleno de visitantes tratando de disfrutar de lo que, en realidad, será el parque temático de lo que un día fue Santander.
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